Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


domingo, 29 de abril de 2012

EL CAMELLO NEGRO DE LA MUERTE





EL CAMELLO NEGRO DE LA MUERTE(LA MINA SIN DESACTIVAR)
Para mi gato Marcus Ulpiano Kola Kola, quien me vio forcejear con este relato y fue solidario
En el imperio otomano, se hacìa referencia a la Muerte como un gallardo camello negro que venìa por su vìctima y la llevaba a las sombras de la inexistencia.”Sir Winston Churchill, historiador y gran estadista británico
“la venganza es aquel postre que mientras mas frìo se come, màs exquisito se siente.” Mario Puzo, autor de El Padrino.
Caramba! Alden Ñamendi Mazurski , eminencia vistosa en tu cincuentena, te diste cuenta que yo no te había entendido nada durante la sesión de chateo que a regañadientes sostuviste conmigo,  pero no te valió màs que un comino, o un pedo atravesado que no fuese mortal, para decirlo en tu propio nicañol enrevesado que venìa de haber aprendido la lengua de Cervantes ya adulta después de haber tenido tu infancia en Israel. Tu atroz  nicañol cuando yo me esfuerzo tanto en hablar con un ceceo sureño que siento que me luce mucho. La verdad, yo siempre te valì verga para ser exactamente soez o soezmente exacto, cuando me llevaron arrestado de las pocas mechas que tenía entonces, fue el ultraje a tu status, la invasión de tu territorio privado del aula de clase, la ruptura de tu libertad de cátedra, tu ganas de cantar que vivan los estudiantes de la Violeta Parra,el bochorno ante tus discípulos, y nada mas. Territorial y taimada como los gatos que tanto detesto y que vos amàs con pasión salvaje, esa es Alden Ñamendi Mazurski. Mi indispensable pero recalcitrante vos. Quien era yo, Pedro Gonzalez Sequeira mas que un nombre mas en tus listas de alumnos, destacado pero borrable? No era tu buque insignia, nadie lo ha sido mas que esas pavorosas cuatrillizas que diste a luz al año de haberte casado y que casi te cuestan la vida, cuando te partieron en canal como destazan a las vacas en el matadero, para extraer de tus entrañas las 4 bebès prematuras que tenìan poca posibilidad de sobrevivir y para colmo cada una con un velo sobre la cara, como Edgard Cayce o Nostradamus o los grandes videntes. Aparte de eso, ni tu marido ha gozado de màs de 3 segundos de tu atención, asì que no podía ser importante el pobre Pedro Gonzàlez Sequeira cuya lengua de víbora lo metìa en lìos hasta ser considerado un enemigo público.
Por correo electrónico pareciera que hay un entendimiento perfecto pero es solo verte y la lengua se me atora, y no te digo las cosas que expreso por escrito, me sudan las sienes y hasta los callos de los pies si mucho me apuràs, y aquella frigidez de polo sur, de pingüinos de Adelaide, de nevada silenciosa que das es suficiente para darme miedo. Ni Richard Byrd en el Polo Norte, acompañado de su perro Iglu, sintieron tanta necesidad de cobijas y anorak. Te he mandado correos desde los distintos sitios donde he ido a parar en esta vida de navegante de la nada, errante estigmatizado por una sociedad que no entiende que se puede ser distinto y seguir siendo potable pero que me juzga por no nacer en cuna de oro como vos, por no tener ojos azules ni apellido rimbombante ni título universitario de Oxford... Es tan fuerte el cordòn umbilical de aprendizaje que me ata? Parece ser invisible para vos, Alden Ñamendi Mazurski, quien navega por la vida sin darle importancia a nadie ni nada, que hace las cosas con buen humor, placidez y la sonrisa que te ganó asignaciones jugosas cuando eras modelo. Yo quiero encontrar ancla, y no me digas que tengo familia y cuatro hijos allà en los departamentos, y que consumen bastante y que hay que atenderlos, y guardas silencio sobre amas de casa que ven todas las novelas del cable en chorrera y luego se quejan que sus maridos no las tratan como princesas. Tu ancla siempre has sido vos misma, prescindiendo de dependencia del marido o de los hijos. Las hijas, las temibles e invencibles hijas, cada una màs perfecta que la otra con sus absurdamente bellos nombres de Antàrtida(la brillante quìmico, primer expediente de la UNI, jefe de laboratorio en una transnacional que le paga golosamente y quien se refiere a mi entre risas como el mequetrefe que no distingue nitroglicerina de shampoo seco), Armenia( la veterinario con un corazón de oro y el novio gitano que se viste solo de negro), Arabia ( la abogada que quiere especializarse en derecho penal para acabar con todos los violadores) y Abisinia (la traductora que habla un cerro de idiomas pero detesta hablar con persona nacida).Odio multiplicado por 4 no es odio, es un tèmpano cruzando el Atlàntico sur a miles de kilómetros por hora. Las niñas Corigliano, como son conocidas, el ramillete Corigliano, porque nacieron bajo la sombrilla matrimonial y no como mis cuatro hijos legitimados pero no legítimos ya  que nunca me casè con su madre, y te oì una vez decir”  unión de hecho estable es que lo único estable de la unión todavía no se ha hecho”(el certificado de bodas, y estallaste a reir con dos pupilos favoritos mientras yo pasaba ahí cerca).
Fue poco después que me liberaron de la cárcel, que me entregaron lo mìo y me liquidaron con mucho menos que lo que yo esperaba, que me encontrè a Danita Mendez. Ya había descubierto que en la desgracia los amigos no existen, que algunos conocidos te tienden la mano por quedar bien con sombrerito ajeno, que tu hasta ahora yunta te mira con pesar sin disimulo pensando que hijueputa màs caballo y que perdonen los equinos por la comparación, que aun quien dice ser solidario se cansa de prestarte 200 dolares a escondidas de la esposa, o de sonreírte aunque ande con la regla, de esperarte para tomarse un café con vos aunque si el  prójimo se da cuenta la van a acabar en los cotilleos del ambiente, verdad? Por eso tu maquillada y bella cabecita daba vueltas no tan disimuladamente viendo quien te veìa en ese sitio semipublico…AY! La viste? Es la hija de la Martha Mazurski la judía, y debe llevar unas 4 cirugìas cosméticas porque no pasan los años por ella, filòsofa loca que solo es extravagancias, y desde cuando se sienta en una terraza de un cafetín no tan fashionable para hablar con un tipo que parece Cristo de lata de los que venden por centavos? Claro que te suena familiar.
Me hice humo sin avisarte. Permiso para salir del aula de su existencia, no no no, no lo dije. Ahí que te quedaras pensando si me pasò un bus encima, porque ya ni tren tenemos en este paisito, lo vendió en piezas el tal ministro  Pablo Vijil que hablaba como si tenìa un madurote metido en la garganta y kilos de pura mierda en la cabeza. No sè si era la nostalgia o què pero la vi igualita a vos, sàdica como solo vos sabes ser, e  irresistible en medio de aquella nebliselva amazónica donde fui a parar sin remedio. Danita Mèndez era quien suministraba todos los materiales para nuestras necesidades laborales y tramitaba pagos y otras gestiones. Era exacta y lasciva y yo estaba a merced de sus caprichos. No quiero sonar como un imberbe inútil sin voluntad propia, pero quien que se encuentre cèlibe, aislado y que tenga buenas hormonas, podría negarse a juegos de cama? La fotografiè desnuda, ella hizo lo mismo conmigo, yo hice lo que quise y luego ella hizo lo que quiso y mas de mi. Circulò sus fotos al natural, me hackeò mi correo y me hizo quedar mal. Uno de ellos te cayò en tu buzòn y casi te ahogàs con el rosquete somoteño que estabas masticando. Afirmò,además de publicar mis vergüenzas en foto,  que yo había servido de mulero para los narcotraficantes de la zona, me destrozò mi reputación y tuve suerte de no perder el empleo que tanto necesitaba. Cuando regresè de vacaciones al país iba temblando de miedo que la labor de desprestigio de Danita Mèndez hubiese surtido efecto. No querìa ni salir a la calle, me sentía como perro con una sarta de latas atadas a la cola, o bolo con el pantalòn embadurnado de su propia mierda. Y en una de esas raras salidas en familia, porque mis hijos querìan ser vistos por todos sus compañeritos para mostrar que sì tenìan papà,  que no eran fruto de los vómitos de la paloma del Espìritu Santo, vi a una de tus hijas en el mercado de las artesanìas. Fue como un golpe en el diafragma,  de momento no supe cual de ellas era. Ataviada sencillamente en un traje bordado blanco sobre blanco, con una bufanda del mismo color y zapatillas sencillas, compraba algunos artículos y al pasar yo me mirò fijamente sin sonreir. Me reconoció? Ya me había visto unas 3 veces por tu casa. Me imaginè que asì fuiste cuando estabas soltera, y el tiempo se detuvo. No dijo nada, pero supe que me había reconocido, y yo tampoco sabia cual de las 4 era. Pero regresè a mi humilde vivienda de piso de tierra con un miedo animal que jamàs había conocido. Comì con desgano, a medianoche me levantè a vomitar mientras el vecino gritaba en su borrachera jodido callen a ese hoooooooooooooombreeeeeeee que echando el perro no me deja dormir, debe ser tremendo Dobermann que està echando, y la fiebre se apoderò de mi organismo. No supe si fue paludismo o que, tuve delirios en mi calentura, y me di cuenta que nada saldría a como había planificado en mi breve estadìa en el país. El único dìa que pude sentarme en el porche de tu casa con vos las niñas no estaban y tu esposo andaba en sus quehaceres, y me mirabas con cara de aburrimiento mientras yo te comentaba que te veìa distinta. Tratè de llegar al fondo del asunto de què te sucedìa pero era como intentar subir por la Muralla China, y unas sombras extrañas, gentiles y grises, navegaban en la pared del porche por la enredadera. Tus mascotas me miraban con un cruce de làstima con desprecio. Recordè el uso de las ratas grandes del Africa que propician que menos humanos mueran detectando minas en Mozambique, o los delfines con su sonriente rostro para barrenar minas marítimas, y me reìa un poco para mis adentros. Nunca sospechè que supieras de esa pràctica…Las ratas enormes del Africa,  los leones marinos despedazados, a pesar de que costaba buen real entrenar a los perros para luego verlos volar en pedazos sanguinolentos de tripa y pelo si se equivocaban, pero no importaba, no eran humanos, como católico mi cura me dijo que los animales no tienen alma ni sienten nada asì que no era pecado. Y yo soy creyente asì que debe ser verdad, no como vos que proclamas sinvergüenzamente tu ateísmo, con una desfachatez que te traerà castigo de Dios estoy segurito.Una especie de frìo parecía morderme los huesos desde adentro, una mano gélida y muy invisible me apretaba. Originales los síntomas, no? Clasifico para 1000 Maneras de Morir, ese programa grotesco televisivo  que tanto te hace reìr cuando ves gente destripada, con el culo salido o la cabeza hecha picadillo?
Me fui a casa con la sensación de haber perdido algo muy valioso, como si de veras un òvulo de cocaína se me hubiera reventado estòmago adentro y ya me estuviera causando estragos mortales. Habìa perdido la perspectiva, no sabìa què hacer. El tiempo era mi enemigo, y vos parecías estar en el mismo bando que el tiempo. Ahora entendía, que sentiste cuando yo no llegaba a clase habiendo examen, o bien tenìamos sesiones pendientes y las dejaba caer sin avisar? Cuànta rudeza la mìa, sabìa que estaba siendo descortés y sentía el gusanillo de la satisfacción, ay ella, ella, ella tan importante y este mister la planta! Me vino a la cabeza la canción con la cual Julio Iglesias saltò a la fama, la Vida Sigue Igual. Sì, para vos la vida seguía igual, con todo garantizado, rodeada de una familia legítimamente constituida, con todo el prestigio y reconocimiento a la matrona que sos, y sin lugar a rendijas por donde nada inconveniente se colase. Tu vida seguía igual y la mìa también, pero no eran iguales entre sì.
La verdad, me sentí tan innecesario como ahorita que te redacto estas palabras, cuando el efecto de la mirada fría y letal que me lanzò una de tus hijas en su salida de compras a buscar artesanìas me està haciendo efecto. Me rasuro casi a ciegas porque no me miro bien en el pedazo de espejo que cuelga sobre el lavandero de ropa de mi casa, me visto avejentado porque no puedo andar de otra forma, no con tantos ojos sobre mì después que tratè de contactarte desde distintos sitios y no obtuve respuesta. No puedo resignarme a la personita plàcida, benigna, ataviada de una sencilla bata blanca y sonrisa ecuánime que trata de darme un reflejo de calidez apareciéndose de improviso sobre mi agenda aletargada, tratándome con pràctica bondad. Es tan espeluznante, màs que la intención de acabar conmigo de la mas perversa y leal de tus hijas, la indiferencia gentil con que me tratas. YO necesito ser importante no solo por mi trabajo, sino para adjudicarme otra victoria de las pocas que tengo en la vida. Una vez te dije que no había tenido suerte en la vida… que había tenido momentos placenteros pero solo con los pocos alguienes que me hicieron caso. Ahora debía ser el paradigma de la respetabilidad, como el  hollywoodense Hombre de Familia del guayabudo Nicolas Cage, solo que mi esposa no era ni esposa ni rubia como la Tia Leoni, ni tenía prodigios violinistas en casa, ni carro ni una casa en la suburbia. Mi vida había caìdo rodando a mis pies como una granada a la que le quitaste la espoleta antes de que fuera prudente, y mis huesos habían quedado marcados por esa explosión que debió quitarme la vida. Hay quienes cometen dos errores en su vida, escoger una carrera peligrosa y luego al momento en que no logran desactivar una bomba o mina y les estalla en la cara, sacàndolos de combate para siempre.
Sì, Antartida, porque fue ella la que me señaló para faena pendiente en aquella tarde en el mercado de artesanìas, logró demostrar que ella sabìa màs con su título y experiencias de la UNI, y me quitò de en medio. Antàrtida a sus 23 años era màs docta y exacta que yo, que tengo 36 años y andaduras de la vida. Una sombra gélida me perseguirà siempre, el hàlito del cuervo graznando nunca màs como lo diseñò Edgar Allan Poe. Me sacaste de la vida que lleva tus iniciales y tu perfume de Jean Natè, y soy unos porcentajes màs en tus enormes rècords de notas, una referencia risueña para consolar al que le cuesta trinar la R inglesa o saber como murió en un volcán el barbudo Empèdocles de Agrigento(ah si, a Pedrito Gonzàlez Sequeira le costaba también esa parte, pero hágale guevo m^hijo) un tarareo insulso que usàs como ringtone de un celular barato(porque nunca quisiste un Blackberry, a como desdeñàs la ropa de Benetton y los zapatos Charles Jourdan), un recordatorio que hay gente poco civilizada que no charchalea de orgasmo bendito ante las gracias de tus gatos malcriados, no soy la làgrima en la mejilla del tiempo a como dijo Rabindranath Tagore de los amores de Sha Jehan con su Mumtaz Mahal que culminaron en el edificio del Taj Mahal  Soy la risita maliciosa entre tus colegas, esas maestras con entrañas tan de pedernal como las tuyas aunque no lo admitan nunca, este chiste malcontado, risotada de sociedad civil o militar! Soy quizás la carcajada muda pero efectiva de que cada cosa busca su lugar y ningún lugar anda persiguiendo inconveniencias.
He jugado distintos tipos de juego en este tablero de ajedrez que es haberte conocido como maestra, y no he podido dar jaque y menos mate. Quizàs la que ha jugado màs tiempo seas vos, y por eso siempre salgo perdiendo. La lección ha sido aprendida, y con ventaja de dolor y alevosìa. No me ha hecho efecto subvalorarla, o hacerla sentirse innecesaria o estorbosa o digna de ofensas, la he llamado en secreto burguesa mientras me lee la mente y estalla en carcajadas porque solo un ignorante no sabe que el burgués tiene un medio de producción que explota aunque sea en la cara, y vos no tenès fàbrica ni supermercado y sabès la diferencia entre ser de pura sangre azul descendiente de la ranciedumbre europea y sencillamente luchar contra el sindicato de tu fàbrica de sueños. He querido insinuar que el tiempo deja estragos pero al verme a medias en el espejo o tuco de espejo de mi casa, me percato que tengo màs patas de gallo yo que vos.
Entre las ideas que pueblen tu erudito cràneo està que yo soy Neròn ordenando que se mate solito su profesor Sèneca, algo que el sabio hizo pero que a vos te desternilla de la risa, no te imagino muriendo por algo asì. Nadie de tu flota de pupilos adictos a tu plan lección desearìa ni un estornudo para vos, que menos un ataùd.
 Este texto ni siquiera podrá ser comprendido a cabalidad por mì mismo mientras te lo dicto, porque voy como en un letargo que se acaba cuando llego a casa arrastrando los zapatos de vestir que me aprietan por seis lados distintos en cada pie, me enojo si las luces del estadio de bèisbol aledaño son tan fuertes que parece de dìa. Sè que es cuestión de días o poco tiempo para que el Camello Negro de la Muerte, el que se dibujò por primera vez como sombra parcial en la pared  en aquella fallida visita a inicios de este año a tu casa, venga por mì. Tu astuta hija mayor, la primera que sacaron de tu vientre, ya le dio el mapa de mis metederos y el camello me anda buscando, se limpia el culo con una iglesia cercana a mi oficina temporal, y me fastidia cuando me quedo solo y me niego el placer que me daría abrir mi correo para encontrar algo tuyo si acaso. Me asoma la cara por la ventana del bus que abordo casi oscuro para ir a mi trabajo, con ahìnco de que no tengan quejas de mì, bien portado porque ya tengo cruces por todos lados con mi nombre puesto en ellas. Entonces Antàrtida le darà las buenas noticias a la dulce Armenia y  a su novio gitano que sì cree en nigromancias y cosas raras que ni yo entiendo, Arabia pronunciarà que se ha hecho justicia con alguien que deseaba dañar a Mami y que sería mejor si para los osados hubiera una ley que dictara sentencia de evisceramiento, ya fuera por aguijones de indiferencia mal estudiada o por manipuleos de cierta estofa, y Abisinia soltarà alguna interjección en rumano y se irà a atiborrar de bombones Perugina en mi nombre, sin decir màs nada porque los capítulos cerrados son los mejores en un libro.
Sentì el primer presagio que algo asì sucederìa mientras visitè tumbas de reyes, bañándome de un sentido de historia que nunca he tenido, atè cabos y supe que nada pasa por gusto. Algo hice que lastimò tu instinto de madre y lo convirtió en un áspid de veneno que te anida entre tus bufandas y collares. Lo cierto es que de tus cuatro hijas, Antàrtida es la que màs cerca està de vos, y por eso ha tomado el asunto en sus manos para que vos sigàs tranquilamente sacando promedios, citando a Marco Aurelio o riéndote de la lista de verbos cuyo pasado participio en inglès es tan irregular como para hacer llorar a cualquier cristiano. Un dìa despertaràs sonriendo a cabalidad, estorbos eliminados, escollos minimizados, recuerdos inexistentes apaciguados, alcanfor de apretón de manos que nunca diste, campos minados convertidos en arrozales o arboledas de mangos gordos. Y la sombra del Camello Negro de la Muerte que viene a paso tranquilo, sin aceleración, sin prisas, firmemente lidereado por la mano certera y fija de esa mujer bellísima y fría a quien le diste la vida en un ramillete de cuatro. Gracias por haberme dado el tiempo que yo no te he brindado, para escribirte esta carta desde donde me despido antes que formalmente me eches de tu vida, gracias por el cero en cortesía y el reprobado en agradecimiento que crees que merezco en la cartilla de notas que emitìs con tu firma enroscada, como la tugra de los sultanes otomanos de los cuales tengo la sospecha tangible que descendès también. De seguro apenas plasmes esto en tinta, lo vendès y comeràs aùn mejor que lo que comès regularmente, apenas te lo paguen en una revista lustrosa, habrá algún broche para Antàrtida y para las otras hijas también, y yo me quedarè en mi rincón de sombras, echándome en cara a mì mismo  el rechazo inverosímil y la crueldad intencionada, la falta de consideración y la patanada con que me di el lujo de tratarte, cuando en realidad nunca fui importante aunque yo fantaseaba que me rogaras mi presencia aunque fuera en el aula, y me sigo diciendo que vale verga, aunque sepa que cualquier mina que no logrè desactivar tarde o temprano me traerà , en una detonación.  al Camello Negro de la Muerte que tu hija me recetò.
Pedro Gonzàlez Sequeira, ahuizote frustrado del Torovenado de la Incertidumbre
28 de abril, 16:30 Managua.