Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


domingo, 4 de noviembre de 2007

Rogers, el padre de los Boinas Verdes


ROBERT ROGERS: EL PADRE DE LOS BOINAS VERDES

Habiendo sido militar por un breve tiempo de mi vida, he sentido gran fascinación por aquellos hombres y mujeres que han sido fabulosos estrategas de las armas. Robert Rogers, experto en guerra de tipo guerrilla, gringo astuto y gritón que acabó como borracho y pendenciero cuando no se le valoró debidamente, es uno de mis personajes favoritos, dado que él es el padre histórico de los Boinas Verdes y los Rangers de Estados Unidos.

Robert Rogers vino al mundo en 1731 en el seno de una familia de inmigrantes escoceses. En aquellos entonces en que Francia y Gran Bretaña se tiraban de las mechas por su supremacía en lo que hoy conocemos comos Estados Unidos y Canadá, a Robert le tocó presenciar a sus tiernos 7 años de edad cómo sus padres perdieron en un litigio gran parte de sus tierras a manos de autoridades inescrupulosas. Desde entonces Robert odió a las autoridades, y si alguna vez pensó en ser granjero como su papá, dicho futuro quedó sepultado para siempre.

En 1744 las guerras con los indios estaban en su apogeo. Robert a los 14 años ya ha visto cadáveres de blancos mutilados por los Abnakis. Siendo apenas un adolescente se va de voluntario como miliciano para fustigar a los indios. En 1752 se acaba la guerra oficialmente, aunque los disturbios nunca cesan. Robert ya es un joven de 21 años, impetuoso, con gran sentido del humor y ansioso de pelear. Conoce a John Stark, un poco mayor que él. Stark está destinado a ser su mejor amigo y compañero de aventuras.

A los 23 anos Robert es apresado por diversos cargos, pero lo sueltan poco tiempo después. En 1755 se hace un llamado a los hombres de las Colonias. Los franceses son el enemigo y se precisan hombres para pelear. A Robert y a Stark les hacen tenientes, y comienza la leyenda de los Rangers como organismo paramilitar de gran arrojo. Estos atrevidos Rangers hasta tenían sentido del humor para pelear y atacar. En una ocasión en que los hombres de Robert le mataron 16 reses a los franceses, tuvieron la "amabilidad" de mandar una nota agradeciendo por el delicioso asado.
El 18 de mayo de 1756 Francia e Inglaterra entran en guerra de nuevo.

El botín: las tierras del continente americano. En enero de 1757 comisionan a Robert y 75 hombres para entrar en acción. Robert sufre aplastante derrota a manos de los franceses pero él y Stark logran huir casi de milagro. La viruela se apresa de Robert y varios de sus hombres pero logran sobrevivir. Sin embargo, Richard Rogers, hermano de Robert, sucumbe ante la viruela y muere.
Poco después, en junio de 1757, los franceses atacan la unidad donde está sepultado Richard, y el general galo Montcalme derrota a los Rangers.

Montcalme promete mantener alejados a los indios, pero una noche los nativos se emborrachan y logran exhumar el cadáver de Richard, el cual luego aparece mutilado. Como macabra venganza del muerto, los indios que tocaron los despojos se infectan de viruela y causan epidemia entre ellos mismos. Robert jura acabar con cuanto indio le pase por delante.

En 1758 la guerra sigue. Mil Rangers obtienen su primer uniforme, por supuesto sin emperifolles como trenzas, borlas ni nada de los uniformes lujosos de los inglesitos, adornos que estorban a los Rangers. Les designan misiones de exploración en una especialidad que hoy llaman "inteligencia." El Coronel Havilland le da 181 hombres a Robert para llevar a cabo una exploración altamente riesgosa. Son emboscados y luego atacados sin piedad.

Los Rangers se ven obligados a rendirse. Los franceses les prometen buen trato como prisioneros, pero el tratamiento cariñoso resulta ser que atan a los Rangers a unos árboles, los torturan y 127 hombres pierden su cuero cabelludo ante indios aliados de los galos. Los cuerpos aparecen mutilados y desangrados, atados a gruesos troncos. Los franceses encuentran la chaqueta de Robert entre el follaje y lo dan por muerto entre risas y celebraciones.

A los 25 años ya Robert había escrito un interesante manual militar cuyas enseñanzas aún se utilizan, y a los 26 años de edad ya era mayor. Ya hay 6 compañías de Rangers. Robert se topa con Lord George Augustus, quien le toma gran simpatía y hará lo que pueda para promoverlo...pero el que tomará las riendas es el racista y chele inglés Jeffrey Amherst, quien en septiembre de 1759 manda a Robert a que acabe con los indios Abnaki. En esta misión Robert se va sin su yunta Stark, quien en el pasado estuvo prisionero de los Abnaki y los recuerda con cariño pues nunca lo maltrataron. La incursión en territorio Abnaki será funesta para los Rangers, quienes después de saquear varios poblados ceden ante la codicia y en lugar de llenar sus sacos de comida, los repletan de joyas y otros suntuarios. Los Rangers acaban empantanados, sin comida y se ven forzados a devorar los cadáveres de sus mismos compañeros muertos. Rogers logra construir una balsa para ir a pedir auxilio al fuerte más cercano.

En 1761 cae Montreal y en 1763 se firma en Tratado de París entre Francia e Inglaterra con desventajas máximas para los galos.

Canadá se sujeta a la corona inglesa, y Robert ya no sirve para mucho porque es un gran militar que no se puede adaptar a vivir en paz. Su mujer le hace su maleta y lo echa de la casa, acusándole de desobligado y mal cónyuge. Todo acaba en divorcio aparatoso. Decepcionado de la vida, se dedica al juego de naipes, a las mujeres livianas y la bebida. Protagoniza pleitos en cantinas y trata de vivir sus viejos tiempos de gloria haciendo una expedición al lejano oeste que fracasa.

John Stark pasa a ser general durante la Revolución Americana, pero Robert se va a Inglaterra, desde donde le manda a ofrecer a George Washington, futuro primer presidente norteamericano, sus servicios para luchar contra los ingleses. Washington, altivo, le rechaza la oferta y Robert, profundamente dolido, organiza los Rangers de la Reina para pelear al lado de los ingleses.

Estos Rangers se ven derrotados. Pobre, cansado, enfermo y rechazado, el padre de los Rangers y los Boinas Verdes de hoy día, muere en Inglaterra solito y olvidado en Londres, Gran Bretaña en 1795. Fiel al lema de Robert Rogers que reza "muévase rápido y pegue fuerte," su ejemplo vive en cada miembro de las fuerzas armadas estadounidenses llamadas Green Berets (Boinas Verdes) y los Rangers, expertos en guerras no tradicionales.

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