Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


lunes, 28 de enero de 2008

el orgullo de nuestras raìces


LOS INDIGENAS MAS CELEBRES DE LA HISTORIA
Cecilia Ruiz de Rìos
Dos de los indígenas más célebres de Norteamérica vieron sus vidas unidas en la lucha contra la codicia del hombre blanco: Cochise de los Apaches Chiricauas y el fabuloso Gerónimo, el último apache que sucumbió ante los blancos. Los nombres originales de estos luchadores eran Shi-Ka-She (Cochise) y Go-Hhla-Ye (Gerónimo), nacido éste último en 1829.
Ambos pelearon contra los californianos voluntarios del Coronel James Carleton en 1863. Cochise se la pasó queriéndose vengar de tantos atropellos saqueando e incendiando pueblos de blancos, pero eso solo sirvió para que el 30 de abril de 1871, 108 mujeres, niños y ancianos que habían quedado solos mientros los hombres andaban cazando, fueron masacrados por el ejército gringo. En 1873 el general Cook firmó tratado con los apaches y Cochise se sometió. Sus tribus se fueron a la reserva de San Carlos mientras Gerónimo se fue al macizo montañoso de Candelaria, a México.
Ahí Gerónimo se alió con el líder de los mescaleros, Vittorio, quien habría de fallecer en combate en 1880. Muchas luchas siguieron y en 1888 los sobrevivientes de la tribu de Gerónimo morían de hambre en la reserva de San Carlos. En junio de 1886 los gringos habían logrado la segunda rendición de Gerónimo y lo sujetaron a trabajos forzados. Pero Gerónimo, símbolo de la resistencia indígena por fin vencida, fue sometido a dos ultrajes más. Cuando le hicieron un desfile en Washington D.C. al recién electo Teodoro Roosevelt, Gerónimo formó parte de ese desfile como adorno, y en 1903, 6 años antes de su muerte, lo hicieron bautizarse.
Entre los grandes líderes de los que sería América Latina, hubo varios dirigentes que se destacaron por su valentía y dignidad. Lautaro era un hermoso indio araucano que en 1550 fue caballerizo de Pedro de Valdivia, el hombre lanzado por la corona española a conquistar Chile (el cual se llamó antes Nueva Extremadura). Cuando Lautaro -quien como criado era llamado Alfonso- se reunió con su gente, fue electo toqui o jefe poco antes de las ya célebres sublevaciones de los araucanos. Armó tremenda trampa en Tucapel y ahí capturó a Valdivia.
Una vez en su poder, Lautaro hizo torturar a su ex patrono, y mató ante Valdivia al fiel criado Agustinillo. Hizo que tomaran una conchas filosas llamadas pellos y ordenó que le descarnaran los antebrazos a Valdivia. Esa carne desprendida del español fue asada y comida por los indios delante del aterrorizado Valdivia, a quien lugo mataron. Su cabeza fue puesta en una lanza. Lautaro luego procedió a dejar sus densas selvas con su gente, para sitiar la ciudad de Santiago, la cual se vio salvada a última hora por Francisco de Villagrán, el sucesor de Valdivia. Esta gesta fue inmortalizada por Alonso de Ercilla en La Araucana, obra en la cual el sucesor de Lautaro, el valiente Caupolicán, también sale a relucir.
Nacido en 1510, Caupolicán fue electo sucesor de Lautaro a la muerte de éste el 12 de febrero de 1541. Caupolicán incluso se había opuesto a que Lautaro matase a Valdivia pues consideraba que esa muerte solo iba a inflamar innecesariamente a los españoles. Caupolicán se vio derrotado por los españoles en Monte Pinto. Cuando en 1558 el robusto Caupolicán ataca de nuevo a los españoles, le va mal en el desfiladero del Pasén. Los enfurecidos españoles lograron capturarlo tras haber estado fugitivo. Caupolicán fue juzgado en Cañete y salió condenado a muerte. En un futil intento de salvar el pellejo, el líder indígena ofreció devolver algunas pertenencias del fallecido Valdivia, pero cuando su mensajero no apareció con lo prometido, los españoles perdieron la paciencia y lo empalaron en la plaza de Cañete, poniendo así triste final al hombre que inspiró a nuestro gran Darío a cantarle en un soneto con su "robusto tronco al hombro.
Uno de los indios más bellos e inteligentes de todos los tiempos fue el gran Atahualpa, nacido en lo que hoy es Perú en 1500 y ultimado por los españoles un 16 de julio de 1533. Era hijo del gran Huayna Capác, decimoprimer rey inca, y de la preciosa princesa Paccha. Tuvo una infancia feliz, rodeado de lujos y buena educación. Hirsuto, de anchas cejas y bellísimo perfil, se destacó como soldado y cuando Huayna Capác fallece a causa de fiebres, el imperio se divide entre su hermano Huáscar y él. En 1530 brotan las hostilidades entre hermanos dando pie a una guerra civil fraticida.
Un 14 de noviembre de 1532, Francisco Pizarro entra en Cajamarca, y Atahualpa, quien ha dejado la ciudad desierta, sitia a los españoles. Cuando se sienta a hablar con Pizarro, sus hombres atacan y esto causa que Pizarro lo capture. Desde su cautiverio, Atahualpa hace capturar a su hermano Huáscar y lo manda a ejecutar. Poco después le llevan la cabeza del hermano convertida en botijo, del cual Atahualpa beberá en presencia de los españoles. Pizarro se debate entre la franca admiración por su prisionero, quien ya habla español en 20 días y lo derrota al ajedrez, y el horror de verle con tan sangre fría al beber de la cabeza de su hermano... Pero para pesar de Pizarro, no aceptan que Atahualpa compre su libertad con riquezas y le hacen colgar de la horca después de que él se bautiza para que no lo maten por hoguera. Acusaciones: parricida, idólatra, polígamo y conspirador. Y el más grave crimen: decirle NO a los españoles.
Y no podemos cerrar este artículo sin mencionar al magnífico Tupác Amaru, cacique peruano del siglo XVIII nacido en 1738 con el nombre de José Gabriel Condorcanqui. Tupác Amaru fue públicamente ejecutado por los españoles en la plaza de Cuzco un 8 de enero de 1781. Era descendiente del valiente soberano inca Tupác Amaru I, quien tras insurrecionarse contra el Virrey de Toledo había sido ejecutado en 1572. Tupác Amaru se oponía a la esclavitud de su pueblo y los vejámenes que les propinaban los españoles, y se rebeló contra ellos. Su esposa y familiares fueron capturados, torturados y asesinados para hacerles hablar. Un verdugo quiso hacerle confesar los nombres de los otros conspiradores, pero el valiente hombre nunca dijo nada. En la plaza de Cuzco, lo ataron a 4 caballos para ser descuartizado a como lo fue en el siglo XIV el patriota escocés William Wallace, pero cuando las bestias no pudieron despedazar al indio, el sangriento y macabro show acabó cuando el verdugo decapitó a este gallardo y aguerrido luchador. Desde entonces, el nombre de Tupác Amaru simboliza la resistencia indígena en América del Sur.

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