Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


lunes, 11 de febrero de 2008

El Cowboy màs sexy de todos


JOHN WAYNE, EL PISTOLERO MAS AMADO DE TODOS

Cecilia Ruiz de Rìos

Durante la década pasada, cuando yo cumplía mi servicio militar como oficial de cultura e historia, casi fui echada a la infame "chiquita" (léase cárcel de castigo para oficiales) cuando cometí la "espantosa atrocidad" de presentarles a los reservistas aglutinados en un centro de entrenamiento la cinta Las Arenas de Iwo Jimo, con estelares del eterno rudo del cine John Wayne. Dado que Wayne tenía opiniones muy derechistas, apoyaba al Ku Klux Klan y estuvo a favor de la guerra en VietNam, los sandinistas veían con muy malos ojos a este hermoso pistolero. La película en betamax fue a parar al escritorio de mi excompañero de clases del Colegio Americano (ahora convertido en jefe de estado mayor, el recordado "Chele Marcos"), quien esa noche la degustó con otros oficiales en una mesa de tragos en su casa y la sangre -preferiblemente la mía-no llegó al río.
Curiosamente, la película que yo le presenté a los soldados es la misma que hasta la vez muchas escuelas de entrenamiento militar estadounidenses incluyen en el pénsum de sus reclutas. Sin embargo, John Wayne, más que como soldado de celuloide, pasó a la historia como la quintaesencia del pistolero norteamericano. Había nacido con el horrible nombre de Marion Morrison en 1907 en el estado de Iowa. Su padre siempre fue amoroso y tierno con él, pero su madre fue una arpía que nunca supo darle cariño ni seguridad. De chico, Wayne sufría porque los amigos se burlaban de su nombre de mujer. Ni siquiera le gustaban los caballos, no podía correr bien y cuando fue a la universidad con una beca de deportes, la perdió por mal atleta y nunca pudo terminar sus estudios de leyes. En 1927 se enrumbó hacia Hollywood para buscar porvenir, y su primer trabajo ahí fue de encargado de artículos usados en las producciones. Una vez que le apearon el nombre de Marion Morrison, obedeció solo al de John Wayne y comenzó a trabajar en varias películas de categoría B que se rodaban en un promedio de una semana cada una. Durante diez años rodó unos 12 filmes B al año, guiones fáciles con muchos tiros y poco arte.
A los 26 años de edad se casó con Josephine Saenz, de origen hispano, y en rápida sucesión tuvo 4 hijos con ella. Pero a John, quien era protestante, le comenzó a caer mal el acendrado catolicismo de su esposa, y se burlaba de ella diciendo que solo quería consumar el matrimonio en sábado. Este matrimonio habría de concluir en divorcio. En 1927 por pura casualidad un cineasta de apeliido Ford lo vio en una de sus películas "maletas" u decidió darle una oportunidad en cuanto se pudiera hacer algo. En 1938, Ford le dio el rol estelar en La Diligencia, hoy un clásico del cine del oeste. John Wayne recibió un cheque por 3 mil dólares por su soberbio papel en esta cinta, y Ford pasaría a ser una especie de padrino suyo.
John Wayne, a pesar que creía en la supremacía del blanco gringo anglosajón y protestante (por eso comulgaba con el Ku KLux Klan y se oponía a que los negros tuvieran iguales derechos mientras "no estuvieran civilizados") sentía debilidad por las mujeres latinas, el tequila y México. Se pasaba semanas enteras consumiendo tequila y tenía una casa en el Paseo de la Reforma en Ciudad México. Wayne estaba en una de sus parrandas en México cuando los japoneses atacaron a Pearl Harbor en diciembre de 1941, catapultando a los Estados Unidos a declararle la guerra al Japón para entrar en la II Guerra Mundial.
Wayne quiso ser ejemplo y alistarse en las filas a como lo hicieron estrellas como Clark Gable, Henry Fonda y hasta el bisexual Tyrone Power, pero a última hora nunca llegó hasta un buró de reclutamiento. Ponía las excusas más inverosímiles para no irse a combatir, y durante el período de 1942 a 1945 actuó en unas 15 películas. Le gustaba ir a animar a los soldados en California, echarse tragos con ellos, bromear y darles ánimos, pero muchos ya murmuraban en cuanto a si John Wayne, el macho más rotundo de Hollywood... en realidad no fuera un tremendo cobarde. En una ocasión, un oficial le sugirió que le temía al combate y John, quien ya andaba sus cuatro botellas de whisky entre pecho y espalda, se lió a puños con el joven. En 1945 John Wayne se casó con una alcohólica mejicana apodada La Chata, de quien se decía que había practicado "el oficio más viejo del mundo. "Según rumores, a John con su meretriz azteca le pasó las mismas del Bardo Darío, quien se casó ebrio con Rosario Murillo... El matrimonio duró poco, y en 1952 John se casó con una actriz peruana que lo trataba como si fuera el mismito Dios.
En 1949 ya era considerado una superestrella. Volvió a filmar con su padrino Ford. Para entonces ya caminaba bien, tenía mucha gracia y se sabía vestir. En 1955 Ford y John se embarcaron en una nueva película llamada Los Buscadores, la cual fue rodada en Utah cerca de un sitio donde habían hecho pruebas nucleares. Buena parte del reparto de esta película acabaría muriendo de cáncer años después, incluso el mismo John.
En 1960 John quiso convertirse en director solo para encontrarse con su más estruendoso fracaso. En octubre de ese año se dio a la tarea de filmar El Alamo, la cual desde que estaba siendo filmada fue catalogada como "la película más costosa y llena de desperdicios que ha habido." John era el protagonista, el productor y el director, y el ser hombre orquesta no le sentó nada bien. Para colmo su popularidad venía en mengua desde que se prestó a formar parte de las cacerías de brujas contra supuestos comunistas que el dañino senador Joe MacCarthy había organizado en la Meca del Cine en 1948. John Wayne además se llevaría la dudosa distinción de haber sido el único hombre que hizo una cinta a favor de la intervención gringa en Viet Nam, la infame Green Berets (Boinas Verdes). Cuando Ronald Reagan hizo su campaña, John Wayne se volcó a ayudarle en cuerpo y alma. Para entonces sus finanzas andaban mal, lo habían operado de un pulmón y su matrimonio con la peruana andaba mal. A los 62 años ya estaba tripudo, y era visto como un dinosaurio del cine.
Pero con la película True Grit se llevó el Oscar al mejor actor, solo para ver castigada su soberbia con la "verguenza" de tener que recibir su "hombre desnudo" (léase el Oscar) de manos de la judía Barbra Streisand. Sin embargo, se sintió tan conmovido que lloró. En 1974 fue invitado por los estudiantes de Harvard a que visitara el campus, y algunos indecentes atacaron al pobre y enfermo viejo con bolas de nieve. John nunca ocultó su odio por Jimmy Carter. En 1978 le encontraron cáncer terminal del estómago. Aunque moribundo, el gran vaquero se hizo presente en la ceremonia del Oscar para presentar estatuillas. Antes de morir, se llevó a casa la medalla de oro del Congreso estadounidense, y un 11 de junio de 1979 se fue de este valle de lágrimas, dejando tras de sí la leyenda de uno de los íconos más grandes del cine norteamericano.

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