Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


jueves, 7 de febrero de 2008

somos todos los patriotas pendejos?


ALFRED DREYFUS, EL JUDIO MAS ENAMORADO DE FRANCIA
En la historia de Francia, un hombre la amó con más pasión que todos los galos puestos juntos: el judío Alfred Dreyfus. Lástima que La Belle France no siempre le correspondió en buena medida debido al antisemitismo!
Viajemos a 1894. Francia aún se lame las heridas que le dejó la Guerra Franco-Prusiano 23 años atrás, cuando además de 5 billones de francos de indemnización Francia debió cederle Alsacia a Alemania. La inteligencia francesa tiene en su nómina de pago a una sirvienta llamada Marie Bastien, quien labora en la embajada germana en París. La tarea de esta atolondrada criada es de vaciar las cubetas y mandar cuanto trozo de papel encuentre en ellas para ser rearmado en los cuarteles de inteligencia. En una ocasión ella cree ganarse un bono entregando un memorándum roto en el cual se hace alusión al nuevo cañón de 100 milímetros que tiene Francia. Los alemanes aluden a un oficial D. El único oficial con inicial que lleve D y que tenga acceso a los secretos de artillería, deciden los oficiales, es Alfred Dreyfus. Este Dreyfus ostenta un seductor bigote, está felizmente casado y tiene dos retoños. No le debe a nadie, no tiene vicios, es muy inteligente... y es judío. Se ha graduado 9no. en su clase en la academia y le espera un gran futuro. PERO ES JUDIO! El antisemitismo en Francia ruge tan campante como siempre.
El 15 de octubre de 1894 le ordenan a Alfred que llegue de civil y que escriba algo similar a lo que está en el memo encontrado. Lo arrestan. El cargo: alta traición a la patria. Lo acusa y se hace cargo del caso un tosco, tozudo, embrutecido y estúpido mayor Henri. Por dos semanas el judío languidece en prisión sin entender qué está pasando. Le arman un caso pavoroso. Amenazan a su mujer, Lucía, para que no vaya con el chisme a nadie. El diario La Libre Parole (La Palabra Libre), que de libre no tenía nada y de palabra solo basura) lo acusa a grandes titulares a ocho calumnias, perdón, ocho columnas. Lo llevan a corte marcial. Afirman que la letra es igualita, crean todo un expediente de "pruebas fehacientes" para inculpar al judío, testimonios creados por los infames militares y mostrados solamente a los jueces.
En la escuela militar, Alfred pasa el bochorno de su vida al ser degradado ante sus compañeros de armas. Proclamó a gritos su inocencia, exclamando VIVA FRANCIA! Y en menos de lo que canta un gallo lo condenaron a salir rumbo a la Isla del Diablo, en la Guyana Francesa, a bordo del barco prisión San Lázaro. Esta islita caribeña no era el mejor balneario. Estaba infestada de sabandijas, había sido una colonia de leprosos y era más apestosa que el trasero del diablo. Expuesto a pestes, malaria, zancudos, calor insoportable y lluvias constantes, Alfred tuvo que soportar de todo desde su arribo el 14 de abril de 1895. Habitaba en un pequeño cubículo con una garita en frente. Los guardias eran rotados cada 2 horas para que estuvieran en máxima alerta. Solo le permitían unos pocos libros y papel. Con estoicismo, Dreyfus enfrenta su infierno cotidiano. En París, su familia trató de limpiar su nombre.
Su hermano Mateo no desmayó en su lucha por obtener la liberación de su adorado hermano. Gastó mucho dinero tratando de investigar para que reluciera la verdad.
Marie Georges Picard, un alsaciano católico, antisemita pero en todo lo demás muy recto en sus cosas, ascendió al cargo de jefe de contrainteligencia militar. Este perfeccionista se puso a trabajar en el caso. En marzo de 1896 la sirvienta de la embajada alemana halló un telegrama que no fue despachado. Lo firmaba un tal Mayor Esterházy, un militar francés de dudosa reputación, con gusto por el licor, las apuestas y las mujeres livianas. Picard, convencido de que Dreyfus había sido condenado injustamente, le dio seguimiento al asunto. La letra de Esterhazy y la del memorándum de 1894 coincidía. En septiembre de 1896 Picard reportó que lo de Dreyfus era un error, y que el culpable era Esterhazy. Presentó las evidencias a los superiores inmediatos.
Lo mandaron a "fermer la gueule" (cerrar el pico). Los altos mandos no se podían permitir el lujo de destapar tamaño bochorno. Picard se vio amenazado hasta de muerte, y los mandos lo mandaron a Túnez para que dejara de neciar. Antes de partir, el asustado Picard dejó un testimonio lacrado con su abogado, instruyéndole que si "algo le pasaba" abriera el documento y divulgara el testimonio sobre Dreyfus. Mateo Dreyfus por su parte, en un intento desesperado de ayudar a su pobre hermano, le dijo a un periodista que Alfred se había logrado fugar, cosa que era falsa. Cuando la noticia llegó a la Isla del Diablo, las autoridades militares decidieron reforzar la seguridad contra el prisionero, tomando medidas que afligieron mucho a Alfred, quien estaba con la oreja fría dado que nunca supo de la falsa noticia difundida por Mateo. A los 3 años del arresto de Alfredo, Mateo sacó las agallas para defenderlo en público. Mateo acusó al libertino Esterhazy de traición. Cómo se atrevía un "vil judío" a ensuciar a un buen francés! Esterhazy fue a llorar a los cuarteles militares y el ejército le apoyó.
Envalentonado, el sucio Esterhazy optó por pedir un juicio militar. En 5 horas los abogados prepararon su defensa, y en tres minutos los jueces le libraron de cargos. La controversia rugía no solo en París, Europa entera estaba debatiendo el caso. El gran novelista francés Emilio Zola se sumó a la defensa de Dreyfus lanzando numerosos epítetos contra los militares y el gobierno galo. Zola fue acusado de libelo por el gobierno, y mientras esperaba ser convicto huyó a Inglaterra. Aterrorizados, los militares crearon más documentos falsos. Aparecieron unos misteriosos papeles rotos del tosco Henri, quien ya era teniente coronel. El recién nombrado ministro de la guerra no conocía el caso a fondo e hizo el bulto, el cuadro y el ridículo en un discurso ante el parlamento.
Se descubrió la falsedad de los papeles rotos, los cuales no correspondían ni en la textura del papel. Los diarios hicieron más escándalo que cuando salió a luz en este siglo los lúbricos detalles del puro de Clinton, y Henri se vio obligado a confesar que él había manufacturado los testimonios contra Dreyfus "en aras del bien." Echaron preso al imbécil Henri y éste apareció muerto en la celda con el gaznate partido... al parecer alguien lo suicidó. Esterhazy huyó a Inglaterra, y el 3 de junio de 1899 una corte francesa anuló el veredicto del juicio a Dreyfus, ordenando que el judío fuera sacado de su prisión caribeña para regresar a París para otro juicio. Dreyfus a estas alturas era un guiñapo humano, pálido, verde y envejecido. El segundo juicio fue el 7 de agosto de 1899. Otra vez reapareció como cadejo la carta falsa de Esterhazy. Acusaron de nuevo al judío de traición. Era la lucha de los derechos de los generalotes contra los derechos del hombre como ser humano. Hallaron culpable al salado de Alfred otra vez.
Le recetaron diez años más de tabo. La opinión público estaba ciega de la ira. Ante tanta crueldad y no deseando escándalos que le empañaran París para la apertura de la Feria Mundial, el presidente de turno de Francia le dio un indulto al valiente hebreo. El 12 de julio de 1906 la corte francesa de nuevo anuló el veredicto. El 13 de julio de 1906 el parlamento reintegró a Dreyfus a las fuerzas armadas. Luego le dieron la condecoración de la Legión de Honor. El 4 de julio de 1908 Alfredo estaba colocando las cenizas de su gran amigo, Zola, en el Panteón de París cuando le dispararon en medio de la ceremonia. El tipo que le disparó fue dictaminado como "inocente por estar loco." En agosto de 1914, Alfredo volvió a ponerse el uniforme de artillería para irse a defender a su venerada patria en la I Guerra Mundial.
En mayo de 1923 Esterhazy murió en Inglaterra. El 12 de julio de 1935, Alfred, el enamorado más ardiente y fiel que tuvo Francia, murió a los 75 años de edad y lo sepultaron en el cementerio judío de Montparnasse. Siendo alcalde de París, el actual presidente Chirac de Francia, quien ordenó que la estatua de Dreyfus la sacaran de las Tullerías hacia Montparnasse. La estatua había estado en el jardín de las Tullerías desde que en tiempos de Mitterand la ministro de cultura ordenó su confección pero no su admisión en Les Invalides.


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