Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


domingo, 3 de febrero de 2008

fue algo formidable que vio la vieja raza!


El empalado más aguerrido del mundo: Caupolicán
Cecilia Ruiz de Ríos

Un buen alumno mío, un brillante asiático que recientemente se aprendió el soneto que nuestro Darío dedicara a Caupolicán, me preguntó si de veras existía el toqui que anduvo con robusto tronco
de árbol a hombros de un campeón.Con gran orgullo pude explicarle a mi discípulo que Caupolicán figura entre los caudillos más valientes de la historia.
Se cree que Caupolicán vino al mundo hacia 1510, a fines del mes de noviembre que en el cono sur ya es buscando verano. Su padre, también nacido en Palmaiquén, era de la estirpe de valerosos guerreros y desde chico le gustó involucrarse en juegos y participar en actividades de la comunidad. Los araucanos vivían en sociedades patriarcales, y al joven Caupolicán no le extrañó que su padre tuviera varias esposas ya que le poligamia era el pan de ellos de cada día. Los araucanos, hermosos ejemplares de indígenas de elevada estatura, tez clara y pelo lacio abundante, no solían tener jefe al menos que hubiera estado de guerra. Este jefe era llamado el toqui, o mandamás. En tiempos de paz, el gobernante solía ser el más viejo o más acaudalado. Los araucanos eran expertos en manejo de arcos, la maza, la boleadora, la pica o huasqui y una especie de espada.
Caupolicán ya era un joven casado con varias mujeres cuando en 1541 el español Pedro de Valdivia fundó la ciudad de Santiago. El primer gran choque entre los araucanos y las huestes del cruel conquistador Valdivia se dio en el valle de Tucapel, donde los cheles tenían sus fuertes fronterizos.En 1551 se fundó la ciudad de Imperial. Cuando el sol se puso un 2 de diciembre de 1553, Valdivia salió bañado en sangre tras una fuerte sacudida que le pegaron los indios. Al destacarse Caupolicán en la batalla, los araucanos lo colocaron bajo órdenes del famoso toqui Lautaro. A pesar de que Caupolicán ya era un cuarentón, tenía mejor musculatura que Dolph Lundgren, y Lautaro llegó a depender bastante en él. En 1554, en el mes de abril, Caupolicán derrotó a Francisco Villagrán, quien había quedado al mando de los españoles después de que en 1553 Valdivia fuera capturado por Lautaro, quien le torturó, y posteriormente le ajustició. En 1554 Caupolicán se dio el lujo de de saquear e incendiar la ciudad de Concepción y en 1555, envalentonado por su éxito del año anterior, Caupolicán trata de tomarse la ciudad de IMperial sin lograr su cometido. En 1556 Lautaro se dirige hacia el norte con sus tropas para apoderarse de Santiago, pero la tragedia toca a la puerta de los araucanos cuando en 1557 Lautaro es vilmente asesinado por Villagrán y sus hombres cuando éste se apodera del campamento indio cerca del río Mataquito. Los araucanos eligen a Caupolicán como su toqui. Una vez electo toqui, la buena suerte se ausentó de la vida de Caupolicán. A inicios de 1558 Caupolicán atacó de nuevo a los españoles pero en el desfiladero de Pasén habría de saborear el polvo de la derrota, viéndose forzado a retirarse a las montañas. Los conquistadores peinaron los refugios de los araucanos y ahí fue que el valiente Caupolicán fue capturado junto a otros líderes indígenas. Caupolicán fue atado, sopapeado y llevado como prisionero a Cañete. Ahí, el altivo indígena fue sometido a torturas y humillaciones antes de hacerle un juicio, acabando condenado a muerte. Al verse perdido, Caupolicán ofreció devolver el casco, cadena de oro y espada que pertenecían a Valdivia y que habían quedado en poder de los indios como trofeos de guerra. Pero al pasar los días y cuando no apareció el mensajero con los objetos, los españoles se enojaron y perdiendo la paciencia, resolvieron dar una pavorosa y humillante muerte al toqui en la plaza de Cañete. Tapado solamente con un trozo de tela blanca para cubrir sus menudencias, Caupolicán fue empalado a plena vista y paciencia de todos, aunque no se sabe a ciencia cierta si también aprovecharon algunos españoles para tomar puntería en él y asaetarlo.
Caupolicán encontró suficientes artistas y poetas que le inmortalizaran y su leyenda es una de las más encantadoras de nuestro continente. Alonso de Ercilla lo glorificó en su poema épico La Araucana, en el cual tanto Lautaro como él son las estrellas del show. Nuestro propio Rubén Darío le inmortalizó también en un delicioso soneto que es piéce de résistance para
declamarse en grandes ocasiones. El escritor nipón Yukio Mishima no solo le dedica un cuento, sino que el famosísimo literato gay además se hizo retratar como Caupolicán por un célebre fotógrafo pocos meses antes de que Mishima decidiera suicidarse en público el 25 de noviembre de 1970. Mishima en sus borracheras solía aúllar que estaba segurísimo que él había sido Caupolicán en una vida anterior y confesaba tener sueños eróticos con el gran caudillo araucano. Varios pintores latinoamericanos han mostrado su fascinación por la figura de Caupolicán en sus lienzos, sobre todo que se dice que era un ejemplar extraordinario de pulcritud y belleza masculina.
En España, algunos sectores reaccionarios y racistas siguen considerando tanto a Lautaro como a Caupolicán como demonios sangrientos debido a que Lautaro no solo capturó a Pedro de Valdivia(quien por cierto no era ninguna alma caritativa),sino que aprovechó para torturarlo, arrancarle la carne de los antebrazos, asar esta carne delante del conquistador, comerla ante sus ojos y luego proceder a matarlo. Pero si nos ponemos a pensar en la tamaña osadía que se arrogaron los cheles al venirnos a quitar oro, ilusiones, riquezas y civilización, violar a las indias y esclavizar a la orgullosa raza indígena, no sé quiénes realmente merezcan ser condenados, y Lautaro y Caupolicán sin ser judíos sencillamente ejercieron la sana Lex Talión.
Caupolicán pasa a la historia como uno de los más ardientes independentistas, la encarnaión del grito de los pueblos por su autodeterminación y derecho a vivir en paz, a como solía decir el inefable Tío Ho de Vietnam.

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