La historia de las navidades
Cecilia Ruiz de Ríos
Uno de los símbolos más navideños es la media colgada en la chimenea, en países donde el clima exige que ésta exista. La tradición data de una historia navideña de San Nicolás, el bonachón obispo radicado en Turquía en el siglo IV después de Cristo. Famoso por ser muy dulce y benévolo con los pobres y los niños, San Nicolás pasó a ser santo de la iglesia y patrono de las palomitas cafecitas y diminutas. Resulta que en los 1800s, había un atribulado obrero que tenía solo hijas, y debía hallar una dote para poderlas casar bien. Al enterarse el santo caritativo que las chicas podrían quedarse cotorronas, secretamente lanzó un bolsón de monedas de oro chimenea abajo.
Estas monedas aterrizaron en las medias que las chicas habían puesto a secar. Desde entonces, chicos y chicas cuelgan sus medias para Nochebuena para recibirlas bien atiborradas a la mañana siguiente. Las tarjetas navideñas fueron puestas en circulación durante la época victoriana también. Sir Henry Cole, impresor e innovador que fundó el Museo Alberto y Victoria en Londres, hizo la primera tarjeta en 1843.Al principio hechas a mano y a veces hasta en óleos, las tarjetas eran casi incomparables por lo caras, y no fue hasta un siglo después que las maravillas de las imprentas modernas las pusieron al alcance de todo el mundo.
Las lucecitas navideñas tuvieron origen en Europa en el siglo XVII cuando en lugar de electricidad, se usaban candelas para adornar los árboles navideños que los alemanes cortaban para traer dentro de sus salas desde inicios de diciembre. Fue el guapo y germano príncipe Alberto de Saxe- Coburgo- Gotha, el esposo de la reina Victoria de Inglaterra, quien llevó la costumbre a Gran Bretaña de decorar la sala del Castillo de Windsor con un enorme árbol para 1840. Las lucecitas simbolizaban el renacimiento del espíritu humano. En 1882 el primer árbol con luces eléctricas fue instalado en Nueva York en la casa de un amigo del inventor Tomás Alva Edison.Tenía 80 bombillos. Las hileras de lucecitas salieron a luz comercialmente en 1903, y costaban como promedio el salario semanal de un obrero norteamericano.
Las candelas tienen un origen más antiguo que las cacareadas lucecitas. Los antiguos romanos solían prender candelas no solo para sus actividades nocturnas, sino también para ahuyentar al mal.
Antes de ellos, los etruscos creían que una candela encendida a través de la noche en cada hogar convencía al sol de cuán necesario era, y por eso el astro rey regresaba cada mañana. Las candelas posteriormente, al afianzarse el cristianismo tras el bautizo en su lecho de muerte del emperador Constantino I, significaron al ser puestas en la ventana que dentro de esa casa había hospitalidad y comida disponible para los forasteros.
El muérdago, con sus hojas brillantes y bayas rojas, es una de las pocas plantas de los países templados que se mantienen frescas y verdes durante todo el invierno aunque caigan costales de nieve. Los antiguos druidas que habitaban Irlanda lo usaban como ornamento en sus cabelleras durante las ceremonias de sus sacerdotes. El muérdago era la planta sagrada del dios Saturno, y los romanos la utilizaban como adorno durante la Saturnalias, o grandes bacanales que se celebraban a fines de diciembre. Cuando los cristianos aún eran perseguidos por el imperio romano, decoraban sus ventanas con muérdago para seguirles la corriente" a los paganos y evitar que los llevaran para servir de cena saturnálica a los leones.
Curiosamente, la existencia de las Saturnalias fue lo que hizo que la Iglesia Católica impusiera la fecha del nacimiento de Cristo para el 25 de diciembre, buscando como erradicar la costumbre pagana de las grandes bacanales de los romanos.Estudiosos indican que Papa Chú vino al mundo un 14 de agosto, y no a fines de diciembre!
Otra planta que ha llegado a ser símbolo de la Navidad (y por cierto que Navidad es un apócope de la palabra Natividad, nacimiento) es la poinsettia, pastora o aguinaldo. En Estados Unidos es conocida como poinsettia porque el primer embajador que tuvo Gringolandia en México, Dr. Joel Poinsett, la llevó a los Estados Unidos hace más de un siglo. La roja flor tiene una bella leyenda entre los mejicanos. Reza la historia que María y su hermanito Pablo estaban muy amocepados porque siendo tan pobres, no tenían dinero para comprarle un buen regalo al Niño Dios. Pero como sus tiernos corazoncitos estimaban que era la intención y no el costo lo que importaba del regalo, le llevaron al Divino Bebé unas hierbas aromáticas. Al ver las hierbas, Jesús se enterneció y las convirtió en vistosas flores rojas. Llamadas aguinaldos en el resto de América Latina, de ellas se toma el nombre a ese beneficioso laboral que es el aguinaldo o decimotercer mes.
El árbol navideño en sí también se ve trazado a un controversial personaje de la historia: Martín Lutero, padre del protestantismo. Dicen que el ex monje, quien se casó con una ex monja y tuvieron un hijo después que Lutero fue expulsado del catolicismo por un furibundo papa, regresaba a casa una noche de diciembre cuando a la luz de la luna, vio un maravilloso árbol a través de cuyas ramas brillaban las estrellas. Maravillado por el efecto, fue a contarle a su mujer e hijo de lo lindo que vio, y para ilustrarles cortó un arbolito y lo decoró con candelitas.
Los primeros pavos navideños arribaron a la mesa europea en 1526 provenientes de México cuando el comerciante William Strickland compró seis de estas aves a unos indios americanos y las revendió en Bristol. El rey inglés Eduardo VII, uno de los grandes gourmets de la historia, se aficionó a comer pavo en las navidades, pero el pavo en la mesa solo fue manjar de ricos hasta que en la década de los 1950s en Estados Unidos comenzaron a criarlos comercialmente y en masa. En cada país, los niños piden obsequios a distintas figuras. En países que fueron colonizados por los españoles, el receptor de tanta petición es el Niño Dios. La carta, enviada con la debida antelación, es una radiografía encantadora del alma infantil. El Nacimiento también es de origen español, y en México las posadas resulta una tradición muy alegre que es a menudo comparada con las pastorelas de América Central.
En Holanda, es San Nicolás y su equipo de Pedros Negros quienes se ponen manos a la obra un 6 de diciembre para cumplir con lo que les piden. En Francia, el Papá Noel es el pobre santo a quien le toca bailar con la loca de tantas cartas exigiendo desde Nintendos hasta orejas de Chocolate Tyson. El Santa Claus adoptado por los estadounidenses tiene su raíz en el famoso obispo de Turquía San Nicolás, del siglo IV después de Cristo. Tras ser conocido en Holanda y partes de Alemania y Suiza como Sinter Klaus, en 1870, los gringos lo llamaron Santa Claus. Hasta 1890 Santa era más flaco que un silbido de lora, alto y ataviado de verde o café. La artista sueca Jenny Nystrom fue la que creó al santa gordo que hoy conocemos.Su compatriota Haddon Sundblom ayudó a universalizar esta imagen cuando adoptó las ideas de Nystrom para una campaña de la Coca Cola, armonizando el logo rojo y blanco de la Coca con el uniforme colorado de Santa. Sundblom también le asignó un séquito de venados voladores con Rodolfo del Hocico Rojo a la cabeza.
Finalmente, la Navidad fue buen marco para algunos de los eventos históricos más importantes de todos los tiempos. El Papa León III escogió la Navidad del año 800 después de Cristo para coronar al altísimo y vigoroso soberano galo Carlomagno como Sacro Emperador Romano, iniciando una tradición que no decaería hasta cuando Napoleón Bonaparte en el siglo XIX acabó con tan rimbombante título. Posteriormente, Guillermo el Conquistador, bastardo duque de Normandía que se ganó el trono inglés un 14 de octubre de 1066 derrotando y matando al rey inglés Harold II en la batalla de Hastings, fue coronado en mera Navidad en Londres. Por otro lado, durante la guerra independentista de los Estados Unidos, el hasta entonces general Jorge Washington escogió el 25 de diciembre para cruzar el río Delaware en lugar de estar tranquilo en casa aturugándose de pavo, dando así un paso importante hacia la libertad con una victoria más en contra de los ingleses.
Quizás lo más conmovedor que sucedió en una Navidad fue cuando en 1914, apenas comenzada la I Guerra Mundial, se dio la tregua Navideña entre los soldados de los Aliados y las huestes alemanas. Al amanecer el 25 de diciembre, lo alemanes comenzaron a cantar villancicos. Luego cruzaron hacia los soldados aliados y los abrazaron deseándoles felices navidades. Los militares intercambiaron abrazos, cigarrillos y sonrisas, uno de ellos sacó un balón y pronto hubo partido de soccer, mostrando al mundo que a veces, cuando el espíritu navideño no es solamente una quimera tragamonedas sino algo que podría cambiar al mundo aunque sea por un instante.
Cecilia Ruiz de Ríos
Uno de los símbolos más navideños es la media colgada en la chimenea, en países donde el clima exige que ésta exista. La tradición data de una historia navideña de San Nicolás, el bonachón obispo radicado en Turquía en el siglo IV después de Cristo. Famoso por ser muy dulce y benévolo con los pobres y los niños, San Nicolás pasó a ser santo de la iglesia y patrono de las palomitas cafecitas y diminutas. Resulta que en los 1800s, había un atribulado obrero que tenía solo hijas, y debía hallar una dote para poderlas casar bien. Al enterarse el santo caritativo que las chicas podrían quedarse cotorronas, secretamente lanzó un bolsón de monedas de oro chimenea abajo.
Estas monedas aterrizaron en las medias que las chicas habían puesto a secar. Desde entonces, chicos y chicas cuelgan sus medias para Nochebuena para recibirlas bien atiborradas a la mañana siguiente. Las tarjetas navideñas fueron puestas en circulación durante la época victoriana también. Sir Henry Cole, impresor e innovador que fundó el Museo Alberto y Victoria en Londres, hizo la primera tarjeta en 1843.Al principio hechas a mano y a veces hasta en óleos, las tarjetas eran casi incomparables por lo caras, y no fue hasta un siglo después que las maravillas de las imprentas modernas las pusieron al alcance de todo el mundo.
Las lucecitas navideñas tuvieron origen en Europa en el siglo XVII cuando en lugar de electricidad, se usaban candelas para adornar los árboles navideños que los alemanes cortaban para traer dentro de sus salas desde inicios de diciembre. Fue el guapo y germano príncipe Alberto de Saxe- Coburgo- Gotha, el esposo de la reina Victoria de Inglaterra, quien llevó la costumbre a Gran Bretaña de decorar la sala del Castillo de Windsor con un enorme árbol para 1840. Las lucecitas simbolizaban el renacimiento del espíritu humano. En 1882 el primer árbol con luces eléctricas fue instalado en Nueva York en la casa de un amigo del inventor Tomás Alva Edison.Tenía 80 bombillos. Las hileras de lucecitas salieron a luz comercialmente en 1903, y costaban como promedio el salario semanal de un obrero norteamericano.
Las candelas tienen un origen más antiguo que las cacareadas lucecitas. Los antiguos romanos solían prender candelas no solo para sus actividades nocturnas, sino también para ahuyentar al mal.
Antes de ellos, los etruscos creían que una candela encendida a través de la noche en cada hogar convencía al sol de cuán necesario era, y por eso el astro rey regresaba cada mañana. Las candelas posteriormente, al afianzarse el cristianismo tras el bautizo en su lecho de muerte del emperador Constantino I, significaron al ser puestas en la ventana que dentro de esa casa había hospitalidad y comida disponible para los forasteros.
El muérdago, con sus hojas brillantes y bayas rojas, es una de las pocas plantas de los países templados que se mantienen frescas y verdes durante todo el invierno aunque caigan costales de nieve. Los antiguos druidas que habitaban Irlanda lo usaban como ornamento en sus cabelleras durante las ceremonias de sus sacerdotes. El muérdago era la planta sagrada del dios Saturno, y los romanos la utilizaban como adorno durante la Saturnalias, o grandes bacanales que se celebraban a fines de diciembre. Cuando los cristianos aún eran perseguidos por el imperio romano, decoraban sus ventanas con muérdago para seguirles la corriente" a los paganos y evitar que los llevaran para servir de cena saturnálica a los leones.
Curiosamente, la existencia de las Saturnalias fue lo que hizo que la Iglesia Católica impusiera la fecha del nacimiento de Cristo para el 25 de diciembre, buscando como erradicar la costumbre pagana de las grandes bacanales de los romanos.Estudiosos indican que Papa Chú vino al mundo un 14 de agosto, y no a fines de diciembre!
Otra planta que ha llegado a ser símbolo de la Navidad (y por cierto que Navidad es un apócope de la palabra Natividad, nacimiento) es la poinsettia, pastora o aguinaldo. En Estados Unidos es conocida como poinsettia porque el primer embajador que tuvo Gringolandia en México, Dr. Joel Poinsett, la llevó a los Estados Unidos hace más de un siglo. La roja flor tiene una bella leyenda entre los mejicanos. Reza la historia que María y su hermanito Pablo estaban muy amocepados porque siendo tan pobres, no tenían dinero para comprarle un buen regalo al Niño Dios. Pero como sus tiernos corazoncitos estimaban que era la intención y no el costo lo que importaba del regalo, le llevaron al Divino Bebé unas hierbas aromáticas. Al ver las hierbas, Jesús se enterneció y las convirtió en vistosas flores rojas. Llamadas aguinaldos en el resto de América Latina, de ellas se toma el nombre a ese beneficioso laboral que es el aguinaldo o decimotercer mes.
El árbol navideño en sí también se ve trazado a un controversial personaje de la historia: Martín Lutero, padre del protestantismo. Dicen que el ex monje, quien se casó con una ex monja y tuvieron un hijo después que Lutero fue expulsado del catolicismo por un furibundo papa, regresaba a casa una noche de diciembre cuando a la luz de la luna, vio un maravilloso árbol a través de cuyas ramas brillaban las estrellas. Maravillado por el efecto, fue a contarle a su mujer e hijo de lo lindo que vio, y para ilustrarles cortó un arbolito y lo decoró con candelitas.
Los primeros pavos navideños arribaron a la mesa europea en 1526 provenientes de México cuando el comerciante William Strickland compró seis de estas aves a unos indios americanos y las revendió en Bristol. El rey inglés Eduardo VII, uno de los grandes gourmets de la historia, se aficionó a comer pavo en las navidades, pero el pavo en la mesa solo fue manjar de ricos hasta que en la década de los 1950s en Estados Unidos comenzaron a criarlos comercialmente y en masa. En cada país, los niños piden obsequios a distintas figuras. En países que fueron colonizados por los españoles, el receptor de tanta petición es el Niño Dios. La carta, enviada con la debida antelación, es una radiografía encantadora del alma infantil. El Nacimiento también es de origen español, y en México las posadas resulta una tradición muy alegre que es a menudo comparada con las pastorelas de América Central.
En Holanda, es San Nicolás y su equipo de Pedros Negros quienes se ponen manos a la obra un 6 de diciembre para cumplir con lo que les piden. En Francia, el Papá Noel es el pobre santo a quien le toca bailar con la loca de tantas cartas exigiendo desde Nintendos hasta orejas de Chocolate Tyson. El Santa Claus adoptado por los estadounidenses tiene su raíz en el famoso obispo de Turquía San Nicolás, del siglo IV después de Cristo. Tras ser conocido en Holanda y partes de Alemania y Suiza como Sinter Klaus, en 1870, los gringos lo llamaron Santa Claus. Hasta 1890 Santa era más flaco que un silbido de lora, alto y ataviado de verde o café. La artista sueca Jenny Nystrom fue la que creó al santa gordo que hoy conocemos.Su compatriota Haddon Sundblom ayudó a universalizar esta imagen cuando adoptó las ideas de Nystrom para una campaña de la Coca Cola, armonizando el logo rojo y blanco de la Coca con el uniforme colorado de Santa. Sundblom también le asignó un séquito de venados voladores con Rodolfo del Hocico Rojo a la cabeza.
Finalmente, la Navidad fue buen marco para algunos de los eventos históricos más importantes de todos los tiempos. El Papa León III escogió la Navidad del año 800 después de Cristo para coronar al altísimo y vigoroso soberano galo Carlomagno como Sacro Emperador Romano, iniciando una tradición que no decaería hasta cuando Napoleón Bonaparte en el siglo XIX acabó con tan rimbombante título. Posteriormente, Guillermo el Conquistador, bastardo duque de Normandía que se ganó el trono inglés un 14 de octubre de 1066 derrotando y matando al rey inglés Harold II en la batalla de Hastings, fue coronado en mera Navidad en Londres. Por otro lado, durante la guerra independentista de los Estados Unidos, el hasta entonces general Jorge Washington escogió el 25 de diciembre para cruzar el río Delaware en lugar de estar tranquilo en casa aturugándose de pavo, dando así un paso importante hacia la libertad con una victoria más en contra de los ingleses.
Quizás lo más conmovedor que sucedió en una Navidad fue cuando en 1914, apenas comenzada la I Guerra Mundial, se dio la tregua Navideña entre los soldados de los Aliados y las huestes alemanas. Al amanecer el 25 de diciembre, lo alemanes comenzaron a cantar villancicos. Luego cruzaron hacia los soldados aliados y los abrazaron deseándoles felices navidades. Los militares intercambiaron abrazos, cigarrillos y sonrisas, uno de ellos sacó un balón y pronto hubo partido de soccer, mostrando al mundo que a veces, cuando el espíritu navideño no es solamente una quimera tragamonedas sino algo que podría cambiar al mundo aunque sea por un instante.
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