Isabella La Loba Francesa: Una venganza magistral
Cecilia Ruiz de Ríos
No hay peor ira que la de una mujer despechada, solía decir un profesor que tuve en Francia, y la historia de Ana Isabella Capeto, hija de Felipe IV de Francia y posteriormente reina de Inglaterra, es apenas una confirmación de esto. Sin embargo, considerando lo que le tocó vivir a esta desdichada mujer, muchos opinan que apenas tomó su justa revancha al disponer de su marido en la peor forma posible, dando pie para la creación de la leyenda negra que envuelve su nombre en la historia.
Anna Isabella de Francia era una de las hijas de la numerosa prole del rey galo Felipe IV el Bello, quien a pesar de tener una cara de angel para muchos era peor que el demonio después de que hizo confiscar todas las propiedades de los Caballeros Templarios, asó en la estaca al gran maestre templario Jacques de Molay y se tiró de las mechas con el papa de turno llegando a llamarlo sodomita.Con un papi tan pleitisto, es lógico que Isabella, nacida en 1297, heredera un recio carácter combinado con una gran belleza rubia. Su madre Juana de Navarra sufría con el mal carácter de la chica, quien no obstante era buena alumna y pronto dominó vario sidiomas. Felipe IV expiró en 1314, y tres de los hermanos de Isabella sucesivamente fueron los tres últimos reyes franceses de dicha dinastía: Luis X(muerto en 1316), Felipe V(muerto en 1322) y Carlos IV, muerto en 1328). Cuando su tía Margarita(hermana de su papá) fue entregada como segunda esposa del cruel rey inglés Eduardo "Pataslargas" I, Isabella fue comprometida con el hijo de Pataslargas, el amariposado pero guapo Eduardo II. Isabella, infatuada con su prometido al verle tan gallardo, se hizo ilusiones de llegar a ser feliz.
En 1308, Isabella contrajo nupcias con Eduardo II de Inglaterra, siendo la boda efectuada en Bolonia, Francia. Inmediatamente se trasladó a Inglaterra para comenzar su nueva vida, pero le esperaba una faena de pesadilla. Una vez en la tierra de su esposo, Isabella se vio abandonada en su lecho de casada por Eduardo, quien obviamente prefería a los machos, entre ellos el arrogante y guapo bardo gascón Piers Gaveston. Gaveston e Isabella experimentaron un odio a primera vista pocas veces visto en la historia, a tal punto que cuando éste fue asesinado por los nobles cuando osó regresar del exilio de Flandes al cual lo destinaron brevemente los nobles ingleses, Isabella bailaba en un pie de la alegría ante su muerte.
Isabella de inmediato le había escrito a su padre mencionando que estaba casada con un maricón que odiaba el deporte sexual con hembras, pero Felipe IV, ya atribulado con tantos problemas y sintiéndose enfermo, le respondió que sencillamente tenía que aguantarse y tolerar a su marido. Los nobles ingleses antagonizaban a Eduardo II con sus preferencias por los hombres, y los celos de Isabella no conocían límites, a pesar de que logró hacer funcionar como hombre a su esposo las veces necesarias para engendrar a 3 hijos. Isabella, siempre interesada en política y viendo que su marido era una cobarde mequetrefe, le acompañaba hasta cuando iba a la guerra contra Escocia, y en una ocasión Isabella casi fue capturada por los escoceses. Las habilidades de pacificadora y mediadora de Isabella la hicieron muy popular entre la plebe.En 1312 parió al futuro rey Eduardo III en Windsor, luego dio a luz a otro hijo en 1314 y a una hija dos años después. Sin embargo, la popularidad de Eduardo II iba menguando. Fue para esa época que primero exiliaron a Gaveston, y cuando Eduardo II lo llamó de nuevo, los nobles lo juzgaron y ejecutaron. Pero Eduardo II no podía vivir sin un amorcito masculino, y pronto el lugar de Gaveston fue ocupado por los ambiciosos Despensers, una pareja de padre e hijo de quien desciende Lady Di de Gales. Harta de los devaneos de su marido y atolondrada por las molestias de su última barriga, fue durante una guerra civil que Isabella, faltando poco para dar a luz a su hija en la Torre de Londres que conoció al amor de su vida, Lord Róger Mortimer. Mortimer y su tío estaban guardados en la Torre de Londres con sentencia de muerte. Al morir el viejo tío, Róger vio su sentencia pospuesta, y pronto este joven escapó ayudado por Isabella.Huyendo a Francia, Róger fue recibido en Francia por el hermano de Isabella,ahora rey Felipe V. Felipe V estaba desatando su odio contra su cuñado Eduardo II, confiscándole las posesiones francesas.Isabella viajó a Francia bajo pretexto de mediar a favor de Eduardo II con Felipe V, y una vez en Francia, pidió que enviaran a su primogénito Eduardo(de 15 años ya) para que diera validez a las negociaciones. Cuando el joven Eduardo llegó, Isabella anunció que ninguno de los dos regresaba a Inglaterra si Eduardo II no se deshacía de los nefastos Despensers.Eduardo II escribía cartas desesperadas a su "compadre" Róger, quien ya era el amante de Isabella.Eduardo hablaba pestes de su mujer.
Isabella llegó con su amante Róger y su hijo Eduardo a Inglaterra en 1326, a cargo de unos 3 mil hombres.Muchos ingleses se unieron a los mercenarios.Eduardo II fue capturado, los Despensers fueron ejecutados y Eduardo II fue formalmente depuesto. Eduardo hijo pasó a ser Eduardo III con Isabella y Róger como regentes mientras pudiera ceñirse la corona solo(en 1327). Eduardo II fue remitido al Castillo de Berkeley, donde Isabella dio órdenes que calentaran al rojo vivo grandes estacas de metal, las cuales fueron introducidas al cuerpo desnudo de su marido por el trasero, ocasionándole una muerte tan atroz que muchos juran que sus gritos aún se oyen en dicho castillo. Así se cobraba Isabella los desprecios y afrentas de su esposo, y reza la leyenda que mientras Eduardo moría, ella dijo entre dientes"Por donde tanto gozaste, ahora sufres, maldito." Venganza magistral de una mujer despechada, quien a estas alturas ya era llamada por el populacho inglés como La Loba Francesa. Isabella luego arregló la boda de su hijo con Felipa de Hainault, hija de uno de sus colaboradores en el golpe de estado. Eduardo III posteriormnte ejecutaría a Róger, la herencia de Isabella fue confiscada y la confinaron al castillo de Rising en Norfolk. Ahí moriría 31 años después de ser encerrada, y su cuerpo fue enterrado donde los Monjes Grises al lado del de su amante Róger Mortimer.
Ni muerta tuvo paz Isabella. En este siglo el actor- director hollywoodense Mel Gibson escogió distorsionar la historia poniéndola a copular con William Wallace y saliendo preñada del caudillo escocés en Braveheart, cuando esto es imposible porque Wallace murió tres años antes que ella llegara a Inglaterra como recién casada. Eduardo III, su hijo, al ver que su tío materno Carlos IV moría sin descendencia acabando así la línea Capeto, quiso reclamar el trono de Francia por ser hijo de Isabella, y así se inició ese maxipleito que fue la espantosa Guerra de los Cien Años cuando los ingleses quisieron apoderarse de Francia.
Cecilia Ruiz de Ríos
No hay peor ira que la de una mujer despechada, solía decir un profesor que tuve en Francia, y la historia de Ana Isabella Capeto, hija de Felipe IV de Francia y posteriormente reina de Inglaterra, es apenas una confirmación de esto. Sin embargo, considerando lo que le tocó vivir a esta desdichada mujer, muchos opinan que apenas tomó su justa revancha al disponer de su marido en la peor forma posible, dando pie para la creación de la leyenda negra que envuelve su nombre en la historia.
Anna Isabella de Francia era una de las hijas de la numerosa prole del rey galo Felipe IV el Bello, quien a pesar de tener una cara de angel para muchos era peor que el demonio después de que hizo confiscar todas las propiedades de los Caballeros Templarios, asó en la estaca al gran maestre templario Jacques de Molay y se tiró de las mechas con el papa de turno llegando a llamarlo sodomita.Con un papi tan pleitisto, es lógico que Isabella, nacida en 1297, heredera un recio carácter combinado con una gran belleza rubia. Su madre Juana de Navarra sufría con el mal carácter de la chica, quien no obstante era buena alumna y pronto dominó vario sidiomas. Felipe IV expiró en 1314, y tres de los hermanos de Isabella sucesivamente fueron los tres últimos reyes franceses de dicha dinastía: Luis X(muerto en 1316), Felipe V(muerto en 1322) y Carlos IV, muerto en 1328). Cuando su tía Margarita(hermana de su papá) fue entregada como segunda esposa del cruel rey inglés Eduardo "Pataslargas" I, Isabella fue comprometida con el hijo de Pataslargas, el amariposado pero guapo Eduardo II. Isabella, infatuada con su prometido al verle tan gallardo, se hizo ilusiones de llegar a ser feliz.
En 1308, Isabella contrajo nupcias con Eduardo II de Inglaterra, siendo la boda efectuada en Bolonia, Francia. Inmediatamente se trasladó a Inglaterra para comenzar su nueva vida, pero le esperaba una faena de pesadilla. Una vez en la tierra de su esposo, Isabella se vio abandonada en su lecho de casada por Eduardo, quien obviamente prefería a los machos, entre ellos el arrogante y guapo bardo gascón Piers Gaveston. Gaveston e Isabella experimentaron un odio a primera vista pocas veces visto en la historia, a tal punto que cuando éste fue asesinado por los nobles cuando osó regresar del exilio de Flandes al cual lo destinaron brevemente los nobles ingleses, Isabella bailaba en un pie de la alegría ante su muerte.
Isabella de inmediato le había escrito a su padre mencionando que estaba casada con un maricón que odiaba el deporte sexual con hembras, pero Felipe IV, ya atribulado con tantos problemas y sintiéndose enfermo, le respondió que sencillamente tenía que aguantarse y tolerar a su marido. Los nobles ingleses antagonizaban a Eduardo II con sus preferencias por los hombres, y los celos de Isabella no conocían límites, a pesar de que logró hacer funcionar como hombre a su esposo las veces necesarias para engendrar a 3 hijos. Isabella, siempre interesada en política y viendo que su marido era una cobarde mequetrefe, le acompañaba hasta cuando iba a la guerra contra Escocia, y en una ocasión Isabella casi fue capturada por los escoceses. Las habilidades de pacificadora y mediadora de Isabella la hicieron muy popular entre la plebe.En 1312 parió al futuro rey Eduardo III en Windsor, luego dio a luz a otro hijo en 1314 y a una hija dos años después. Sin embargo, la popularidad de Eduardo II iba menguando. Fue para esa época que primero exiliaron a Gaveston, y cuando Eduardo II lo llamó de nuevo, los nobles lo juzgaron y ejecutaron. Pero Eduardo II no podía vivir sin un amorcito masculino, y pronto el lugar de Gaveston fue ocupado por los ambiciosos Despensers, una pareja de padre e hijo de quien desciende Lady Di de Gales. Harta de los devaneos de su marido y atolondrada por las molestias de su última barriga, fue durante una guerra civil que Isabella, faltando poco para dar a luz a su hija en la Torre de Londres que conoció al amor de su vida, Lord Róger Mortimer. Mortimer y su tío estaban guardados en la Torre de Londres con sentencia de muerte. Al morir el viejo tío, Róger vio su sentencia pospuesta, y pronto este joven escapó ayudado por Isabella.Huyendo a Francia, Róger fue recibido en Francia por el hermano de Isabella,ahora rey Felipe V. Felipe V estaba desatando su odio contra su cuñado Eduardo II, confiscándole las posesiones francesas.Isabella viajó a Francia bajo pretexto de mediar a favor de Eduardo II con Felipe V, y una vez en Francia, pidió que enviaran a su primogénito Eduardo(de 15 años ya) para que diera validez a las negociaciones. Cuando el joven Eduardo llegó, Isabella anunció que ninguno de los dos regresaba a Inglaterra si Eduardo II no se deshacía de los nefastos Despensers.Eduardo II escribía cartas desesperadas a su "compadre" Róger, quien ya era el amante de Isabella.Eduardo hablaba pestes de su mujer.
Isabella llegó con su amante Róger y su hijo Eduardo a Inglaterra en 1326, a cargo de unos 3 mil hombres.Muchos ingleses se unieron a los mercenarios.Eduardo II fue capturado, los Despensers fueron ejecutados y Eduardo II fue formalmente depuesto. Eduardo hijo pasó a ser Eduardo III con Isabella y Róger como regentes mientras pudiera ceñirse la corona solo(en 1327). Eduardo II fue remitido al Castillo de Berkeley, donde Isabella dio órdenes que calentaran al rojo vivo grandes estacas de metal, las cuales fueron introducidas al cuerpo desnudo de su marido por el trasero, ocasionándole una muerte tan atroz que muchos juran que sus gritos aún se oyen en dicho castillo. Así se cobraba Isabella los desprecios y afrentas de su esposo, y reza la leyenda que mientras Eduardo moría, ella dijo entre dientes"Por donde tanto gozaste, ahora sufres, maldito." Venganza magistral de una mujer despechada, quien a estas alturas ya era llamada por el populacho inglés como La Loba Francesa. Isabella luego arregló la boda de su hijo con Felipa de Hainault, hija de uno de sus colaboradores en el golpe de estado. Eduardo III posteriormnte ejecutaría a Róger, la herencia de Isabella fue confiscada y la confinaron al castillo de Rising en Norfolk. Ahí moriría 31 años después de ser encerrada, y su cuerpo fue enterrado donde los Monjes Grises al lado del de su amante Róger Mortimer.
Ni muerta tuvo paz Isabella. En este siglo el actor- director hollywoodense Mel Gibson escogió distorsionar la historia poniéndola a copular con William Wallace y saliendo preñada del caudillo escocés en Braveheart, cuando esto es imposible porque Wallace murió tres años antes que ella llegara a Inglaterra como recién casada. Eduardo III, su hijo, al ver que su tío materno Carlos IV moría sin descendencia acabando así la línea Capeto, quiso reclamar el trono de Francia por ser hijo de Isabella, y así se inició ese maxipleito que fue la espantosa Guerra de los Cien Años cuando los ingleses quisieron apoderarse de Francia.
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