LOS TERRORISTAS MAS SANGRIENTOS DE LA HISTORIA
Cecilia Ruiz de Ríos
Indudablemente que el reciente atentado contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono en Estados Unidos nos da escalofrío porque nos dimos el lujo de presenciar todo el horror en vivo y a todo color por la televisión, pero los terroristas siempre han existido en la historia.Muchas veces, han sido precisamente los gobernantes o reyes los que han perpetrado las peores masacres, a veces en nombre de una religión a la cual Marx catalogaría como el opio de los pueblos.
Desde los tiempos más antiguos, el hombre ha usado el terror para someter a sus semejantes, pero como la historia muchas veces ha sido redactada desde la perspectiva chela occidental, es fácil, a como decía Sir Winston Churchill, llamar barbarie a lo que otros hacen siempre que sea un blanco el que critique. El blanquísimo Julio César, considerado como una de las figuras más prominentes del imperio romano, no dudó en sembrar el terror cuando se le ocurrió ir a conquistar el centro de Francia, que en aquel entonces se llamaba Galia.Fueron miles de inocentes los que perecieron en la conquista de las Galias, a tal punto que el caudillo adolescente avernio Vercingétorix prefirió entregarse ante Julio César antes que siguieran destripando a su pueblo. Para añadir insulto a injuria, Julio César se llevó arrastrado del hermoso moño de pelo a Vercingétorix, de quien se había enamorado como un colegial. La negativa del avernio de acostarse con Julio César solo le costó años de prisión y finalmente una pública muerte atroz en Roma.Como terrorista que fue, Julio César apenas tuvo el castigo que se merecía cuando lo hicieron salpicón a la entrada del senado.
Las Cruzadas fueron una viva muestra de cómo el fanatismo religioso combinado con codicia puede dar como resultado el terrorismo más encarnizado. Los musulmanes del Medio Oriente tuvieron que armar su secta de Asesinos del Viejo de la Montaña-un grupo de fundamentalistos dispuestos a hacer ataques suicidas-para contrarrestar las "bondades " de los cristianos que llegaban a saquear en nombre de la fe.
Rubio como la mantequilla y con ojitos celestes, el mariconazo de Ricardo Corazón de León se sumó a las filas del terrorismo cuando dejó a la vieja intrigante y salaz de su madrecita Leonor calentándole el taburete real allá en Inglaterra.Este irresponsable monarca solo usó el dinero de su reino inglés para financiar sus aventuras en la Tercera Cruzada, donde se dedicó a la cristianísima tarea de masacrar a inocentes árabes maronitas(por cierto tan cristianos como cualquiera que crea en Jesucristo)mientras charchaleaba de ganas por acostarse con su rival, el sultán seljuk Saladino.Las huestes de Ricardo mataron a tantos niños árabes que hasta la vez en Medio Oriente, las madres musulmanas amenazan a sus hijos díscolos con echarles el Coco Chele Ricardo si no se portan mejor. Habrá mejor tarjeta de presentación de terrorista para Ricardito que ésa?
Ibrahim Ibn Ahmed, príncipe de Africa y Sicilia en la segunda mitad del siglo IX del oscurantismo, se le había adelantado a Ricardo Corazón de León en cuanto al uso del terror.La barbarie era aplicada tanto en su reino como con su propia familia y sirvientes. Cuando 300 eunucos lo vieron arreando chanchos floreados en medio de una borrachera, hizo que ejecutaran a los pobres capones por haber presenciando su bolenca. Tras gozar de 60 jóvenes, Ibrahim los quemó de cinco en seis echándolos a hornos o ahogándolos en
agua caliente en sus baños.8 de sus hermanos fueron asesinados por orden suya delante de él, y el maldito Ibrahim gozó cuando su propio hijo Aghlab fue decapitado delante de él. Odiaba tanto a las mujeres que sus esposas y concubinas eran estranguladas, mutiladas o enterradas vivas si mostraban síntomas de gestación.Sus hijas fueron eliminadas apenas nacieron y su madre se vio obligada a esconder a 16 de las niñas por algún tiempo, pero las chiquillas fueron masacradas apenas Ibrahim supo quién las había engendrado.
Uno de los más grandes guerreros de todos los tiempos indudablemente fue Genghis Khan, pero sus métodos de conquista a veces eran bastantes rojos. Enviaba emisarios a advertir a las próximas víctimas de las atrocidades que haría si no se rendían inmediatamente. Estos emisarios hablaban de empalamientos, torturas, evisceraciones, decapitaciones y toda suerte de crímenes. Sin embargo, para aquellos que decidieron resistir aunque fuera por un momentito, Genghis destinaba las más dolorosas torticerías y tras de sí solo quedaban cuerpos mutilados, ciudades quemadas y saqueadas y dolor por doquier. Un descendiente de este gran señor de las Estepas sería conocido por sus terroríficos métodos de conquista: el tártaro Timur Lang, conocido com Tamerlán el Cojo. El hecho que tenía un defecto en una patita nunca lo detuvo, y por donde pasaba dejaba sangre, destrucción y lágrimas.Sin embargo, tras haber sido buen patrono de las artes en Samarkanda, donde tuvo su asiento su reino, el imperio se desmoronó dado que nada construido con sangre como cemento puede perdurar.Antes de partir de este mundo, Timur se dio el lujo de apresar a otro soberano terrorista(Bayaceto El Rayo del Imperio Otomano) y de hacer despellejar viva a Zuleika, la legendaria lugarteniente del sultán.
Enrique VIII de Inglaterra comenzó siendo un gran soberano y acabó siendo un rechoncho viejo matón con gusto por el asesinato. No solo se dio el lujo de deschincacar los monasterios, arrancarle la cabeza a dos esposas y varios allegados, sino que le gustaba administrar castigos ejemplares, como cuando ordenó que el cocinero Richard Roose(quien había envenenado a dos comensales en la casa del amo)fue condenado a muerte. Tomando en cuenta que el reo era cuque, Enrique VIII lo remitió a un enorme calderón donde lo hirvieron vivo en el centro de Londres mientras la muchedumbre presenciaba tan grotesca ejecución.Un promedio de unas 2 mil personas al año fueron ejecutadas de las más horribles formas durante los 38 años del reinado de Enrique VIII.
Y como hijo de tigre sale rayado, María Tudor, la hija que tuvo Enrique VIII de su primera esposa Catalina de Aragón, pasó a la historia como Sangrienta Mary y su apodo hasta sirvió para dar nombre a un popular trago alcohólico. María,amargada,fea, machorra, enfermiza y frustrada en su matrimonio con el también sanguinario Felipe II de España, utilizó su celo católico para condenar a muerte a miles de protestantes en Inglaterra, los cuales murieron de las formas más atroces imaginables. Felipe II suspiró de alivio cuando Mary murió de cáncer ovárico, y como rey de España se ganó el apodo de El Demonio del Sur por haber permitido tantas chanchadas de los conquistadores españoles contra los indios en América. Felipe II además soltó a su asqueroso Duque de Alba para que masacrara a los protestantes en los Países Bajos, los cuales estaban bajo el yugo español.Felipe II promovió el terrorismo no solo sembrando la muerte en lo que hoy es Holanda y Bélgica, sino que hizo asesinar al padre de la independencia holandesa Guillermo el Silencioso, y se habituó tanto a ejercer de verdugo que también en su familia hizo atrocidades, como cuando mandó a ejecutar al primogénito Carlos que hubo de su primera esposa.El tufo de violencia se pegó tanto al de su atroz hedor corporal que hay una leyenda negra que hasta le acusa de haber matado a su propia tercera esposa, Isabel de Valois.
La línea de Osman, o sea la dinastía de rigió Turquía como sultanes otomanes, ostentó varios terroristas en su genealogía. Bayaceto I El Rayo (apodado así por su velocidad en el campo de batalla)figuró como un real terror para sus enemigos, pero un terrorista mayor que él lo puso a buen recaudo-Tamerlán. Posteriormente Mehmet II-llamado el Conquistador pues fue quien acabó con Bizancio al tomarse Constantinopla-no solo ejercería el terror contra sus enemigos extranjeros, sino que también contra la propia familia. Fue Mehmet II quien decretó que cada sultán al subir al poder debería eliminar a sus hermanos para poder reinar solo en paz. Selim el Excelente al librar guerra contra Persia ejerció el terror, dejando campos enteros ensopados de sangre. Posteriormente la línea de Osman vería las atrocidades de sultanes como Ibrahim el Desquiciado y Mustafá, quienes parecían tener un gusto muy particular por la sangre, preferiblemente la ajena.
La iglesia católica no se ha visto exenta de terroristasen sus filas. El papa que autorizó la sangrienta cruzada en contra de la secta católica de los albigenses en el sur de Francia quedó menos manchado que el noble francés Simón de Monfort, quien fue el hombre encargado de ejecutar a numerosos inocentes.En España, el nombre de Torquemada, confesor de Isabel la Católica(la cual es vista como una desalmada oportunista, terrorista y malagradecida por judíos y musulmanes, dado que los echó de España después que ellos llevaron el progreso), aún suscita muecas de asco y repudio. Este viejo dominico de hígados negros sabía que se las debía a medio mundo, por eso nunca caminaba sin excolta.Gracias a él, miles murieron en la hoguera, en el potro y bajo las más inmencionables torturas.Todo un terrorista en nombre de Dios, para mayor peligro.
El terrorismo a menudo ha sido arma oficial de un estado totalitario. Iván IV, llamado El Grozny o El Terrible, fue el primer hombre en ser llamado zar de Rusia. Quizás a consecuencia de su traumática niñez, Iván no tuvo escrúpulos en ejercer el terror contra los boyardos(nobles) y su propio pueblo tras la muerte súbita de su idolatrada primera esposa Anastasia, de quien se dijo que había sido envenenada. Iván llegó a crear una policía secreta dedicada a exterminar a los nobles, y en una ocasión depositó tantos cadáveres en unrío que áun en invierno las aguas no lograron congelarse por el contenido de sangre.Las atrocidades del Grozny pasaron a la historia como muestra de lo que un soberano desquiciado puede hacer, y hasta la valiente reina Elizabeth I Tudor no quiso casarse con él por su tufo de matón.
Lord Cornwallis, noble militar inglés, mordió el polvo de la derrota cuando los milicianos de Norteamérica lograron independizarse del poderío inglés, pero posteriormente se fue con sed de venganza a la India, donde se dio a la nada noble tarea de practicar el pillaje, secuestro(de los hijos del valiente Tipoo Sultán) y al final sus tropas mataron en 1799 a uno de los hombres más íntegros, justos y honrados de la historia de la India, a como fue el Tigre de Mysore Tipoo Sultán.
La palabra terrorismo se usó por primera vez como tal durante el reino del Terror en medio de la sangrienta Revolución Francesa. Entre sus nombres más populares figuran Carlota Corday(quien asesinó a Jean Paul Marat), Danton y Robespierre. Muchos de ellos recetaron la guillotina para luego probar de su propia medicina. Napoleón Bonaparte, a quien lo enano no le quitaba lo maldoso, fue un gran maestro del terrorismo solo para acabar en la más triste desgracia.
El siglo XX se mostró repleto de terroristas de todo color y para cualquier gusto.Lenin al quitarse de encima a la dinastía Romanov apenas marcó la pauta a seguir por el mostachudo José Stalin, quien realizó una de las purgas más rojas y totales de la historia en plan de terrorista absoluto.Stalin solo se vio rivalizado por el asqueroso chacal Adolfo Hitler, quien elevó el terrorismo a un nivel de genocidio pataguino, exterminando a más de 6 millones de judíos en venganza porque su papá Alois era el bastardo no reconocido de un judío. La sífilis de la que padecía el imbañable Benito Mussolini solo llevó a su febril cerebro a ejercer las peores atrocidades en Italia, mientras que Hirohito en Japón disimulaba su gusto por el terrorismo paseando a lomos de un caballo blanco mientras sus huestes hicieron una gran matansinga en en Rapto de Nanking en China y años luego atacaron a Pearl Harbor en 1941 dándole licencia para hacerse terrorista al gobierno yanqui. Los crímenes de guerra de Hirohito incluyen el reclutamiento de desvalidas mujeres coreanas para brindar servicio obligatorio de prostitutas a los soldados nipones.
Estados Unidos asumió su rol de terrorista con pleno gusto bajo la batuta de Harry Truman cuando el avioncito Enola Gay en agosto de 1945 dejó caer dos bombitas sobre Hiroshima y Nagasaki, acabando así no solo con la II Guerra Mundial sino también con miles de valiosas vidas niponas. Y como a los gringos les gustó el terrorismo siempre que no fueran ellos el blanco de la masacre, no tuvieron asco en irse a meter a VietNam, Líbano, Golfo Pérsico y otros sitios donde les han cantado entre epítetos YANKEE GO HOME!
Otros notables terroristas de este siglo han sido el camboyano Pol Pot, quien casi acaba con su propio pueblo, Nicolás Ceaucescu en Rumanía(a quien al final le dieron su merecido),los canibalescos negrazos Jean Bedel Bokassa de Zaire(quien se autocoronó emperador imitando a Napoleón Bonaparte y comió niños que protestaron por el alza del costo de los uniformes escolares) y el bufonesco Idi Amín Dada(quien por cierto dijo Obras no Palabras).El francés Francois Mitterand se apuntó una raya de terrorista no solo cuando cooperó con los nazis en el gobierno de ocupación de Vichy sino también cuando lo mandaron a aquietar a los rebeldes argelinos.Los franceses se colorearon como sanguinarios tanto en el Chad como cuando Ho Chi Minh los tuvo que sacar a patadas de Vietnam. El seudocowboy de baratija Ronald Reagan también probó ser terrorista cuando invadió Grenada en 1983, y en América Latina los que se han llevado medalla de oro en esta lista negra son el dominicano lujurioso Trujillo(quien hasta practicó canibalismo), nuestro propio Anastasio Somoza a quien hicieron en hamburguesa en Asunción merced a un bazucazo y por supuesto que Augusto Pinochet, aunque recientemente viaja con pasaporte de enfermito tonto ungido de inocencia. Saddam Hussein en Irak y Moammar El Khadaffi de Lybia figuran al lado de Ossama Bin Laden como mentes macabras capaces de cualquier cosa, y aunque Estados Unidos ahora haya probado de la misma medicina que siempre recetó a los paísitos del Tercer Mundo, esperemos que la lista de nefastos terroristas no se siga agrandando por el bien de este planeta.
Cecilia Ruiz de Ríos
Indudablemente que el reciente atentado contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono en Estados Unidos nos da escalofrío porque nos dimos el lujo de presenciar todo el horror en vivo y a todo color por la televisión, pero los terroristas siempre han existido en la historia.Muchas veces, han sido precisamente los gobernantes o reyes los que han perpetrado las peores masacres, a veces en nombre de una religión a la cual Marx catalogaría como el opio de los pueblos.
Desde los tiempos más antiguos, el hombre ha usado el terror para someter a sus semejantes, pero como la historia muchas veces ha sido redactada desde la perspectiva chela occidental, es fácil, a como decía Sir Winston Churchill, llamar barbarie a lo que otros hacen siempre que sea un blanco el que critique. El blanquísimo Julio César, considerado como una de las figuras más prominentes del imperio romano, no dudó en sembrar el terror cuando se le ocurrió ir a conquistar el centro de Francia, que en aquel entonces se llamaba Galia.Fueron miles de inocentes los que perecieron en la conquista de las Galias, a tal punto que el caudillo adolescente avernio Vercingétorix prefirió entregarse ante Julio César antes que siguieran destripando a su pueblo. Para añadir insulto a injuria, Julio César se llevó arrastrado del hermoso moño de pelo a Vercingétorix, de quien se había enamorado como un colegial. La negativa del avernio de acostarse con Julio César solo le costó años de prisión y finalmente una pública muerte atroz en Roma.Como terrorista que fue, Julio César apenas tuvo el castigo que se merecía cuando lo hicieron salpicón a la entrada del senado.
Las Cruzadas fueron una viva muestra de cómo el fanatismo religioso combinado con codicia puede dar como resultado el terrorismo más encarnizado. Los musulmanes del Medio Oriente tuvieron que armar su secta de Asesinos del Viejo de la Montaña-un grupo de fundamentalistos dispuestos a hacer ataques suicidas-para contrarrestar las "bondades " de los cristianos que llegaban a saquear en nombre de la fe.
Rubio como la mantequilla y con ojitos celestes, el mariconazo de Ricardo Corazón de León se sumó a las filas del terrorismo cuando dejó a la vieja intrigante y salaz de su madrecita Leonor calentándole el taburete real allá en Inglaterra.Este irresponsable monarca solo usó el dinero de su reino inglés para financiar sus aventuras en la Tercera Cruzada, donde se dedicó a la cristianísima tarea de masacrar a inocentes árabes maronitas(por cierto tan cristianos como cualquiera que crea en Jesucristo)mientras charchaleaba de ganas por acostarse con su rival, el sultán seljuk Saladino.Las huestes de Ricardo mataron a tantos niños árabes que hasta la vez en Medio Oriente, las madres musulmanas amenazan a sus hijos díscolos con echarles el Coco Chele Ricardo si no se portan mejor. Habrá mejor tarjeta de presentación de terrorista para Ricardito que ésa?
Ibrahim Ibn Ahmed, príncipe de Africa y Sicilia en la segunda mitad del siglo IX del oscurantismo, se le había adelantado a Ricardo Corazón de León en cuanto al uso del terror.La barbarie era aplicada tanto en su reino como con su propia familia y sirvientes. Cuando 300 eunucos lo vieron arreando chanchos floreados en medio de una borrachera, hizo que ejecutaran a los pobres capones por haber presenciando su bolenca. Tras gozar de 60 jóvenes, Ibrahim los quemó de cinco en seis echándolos a hornos o ahogándolos en
agua caliente en sus baños.8 de sus hermanos fueron asesinados por orden suya delante de él, y el maldito Ibrahim gozó cuando su propio hijo Aghlab fue decapitado delante de él. Odiaba tanto a las mujeres que sus esposas y concubinas eran estranguladas, mutiladas o enterradas vivas si mostraban síntomas de gestación.Sus hijas fueron eliminadas apenas nacieron y su madre se vio obligada a esconder a 16 de las niñas por algún tiempo, pero las chiquillas fueron masacradas apenas Ibrahim supo quién las había engendrado.
Uno de los más grandes guerreros de todos los tiempos indudablemente fue Genghis Khan, pero sus métodos de conquista a veces eran bastantes rojos. Enviaba emisarios a advertir a las próximas víctimas de las atrocidades que haría si no se rendían inmediatamente. Estos emisarios hablaban de empalamientos, torturas, evisceraciones, decapitaciones y toda suerte de crímenes. Sin embargo, para aquellos que decidieron resistir aunque fuera por un momentito, Genghis destinaba las más dolorosas torticerías y tras de sí solo quedaban cuerpos mutilados, ciudades quemadas y saqueadas y dolor por doquier. Un descendiente de este gran señor de las Estepas sería conocido por sus terroríficos métodos de conquista: el tártaro Timur Lang, conocido com Tamerlán el Cojo. El hecho que tenía un defecto en una patita nunca lo detuvo, y por donde pasaba dejaba sangre, destrucción y lágrimas.Sin embargo, tras haber sido buen patrono de las artes en Samarkanda, donde tuvo su asiento su reino, el imperio se desmoronó dado que nada construido con sangre como cemento puede perdurar.Antes de partir de este mundo, Timur se dio el lujo de apresar a otro soberano terrorista(Bayaceto El Rayo del Imperio Otomano) y de hacer despellejar viva a Zuleika, la legendaria lugarteniente del sultán.
Enrique VIII de Inglaterra comenzó siendo un gran soberano y acabó siendo un rechoncho viejo matón con gusto por el asesinato. No solo se dio el lujo de deschincacar los monasterios, arrancarle la cabeza a dos esposas y varios allegados, sino que le gustaba administrar castigos ejemplares, como cuando ordenó que el cocinero Richard Roose(quien había envenenado a dos comensales en la casa del amo)fue condenado a muerte. Tomando en cuenta que el reo era cuque, Enrique VIII lo remitió a un enorme calderón donde lo hirvieron vivo en el centro de Londres mientras la muchedumbre presenciaba tan grotesca ejecución.Un promedio de unas 2 mil personas al año fueron ejecutadas de las más horribles formas durante los 38 años del reinado de Enrique VIII.
Y como hijo de tigre sale rayado, María Tudor, la hija que tuvo Enrique VIII de su primera esposa Catalina de Aragón, pasó a la historia como Sangrienta Mary y su apodo hasta sirvió para dar nombre a un popular trago alcohólico. María,amargada,fea, machorra, enfermiza y frustrada en su matrimonio con el también sanguinario Felipe II de España, utilizó su celo católico para condenar a muerte a miles de protestantes en Inglaterra, los cuales murieron de las formas más atroces imaginables. Felipe II suspiró de alivio cuando Mary murió de cáncer ovárico, y como rey de España se ganó el apodo de El Demonio del Sur por haber permitido tantas chanchadas de los conquistadores españoles contra los indios en América. Felipe II además soltó a su asqueroso Duque de Alba para que masacrara a los protestantes en los Países Bajos, los cuales estaban bajo el yugo español.Felipe II promovió el terrorismo no solo sembrando la muerte en lo que hoy es Holanda y Bélgica, sino que hizo asesinar al padre de la independencia holandesa Guillermo el Silencioso, y se habituó tanto a ejercer de verdugo que también en su familia hizo atrocidades, como cuando mandó a ejecutar al primogénito Carlos que hubo de su primera esposa.El tufo de violencia se pegó tanto al de su atroz hedor corporal que hay una leyenda negra que hasta le acusa de haber matado a su propia tercera esposa, Isabel de Valois.
La línea de Osman, o sea la dinastía de rigió Turquía como sultanes otomanes, ostentó varios terroristas en su genealogía. Bayaceto I El Rayo (apodado así por su velocidad en el campo de batalla)figuró como un real terror para sus enemigos, pero un terrorista mayor que él lo puso a buen recaudo-Tamerlán. Posteriormente Mehmet II-llamado el Conquistador pues fue quien acabó con Bizancio al tomarse Constantinopla-no solo ejercería el terror contra sus enemigos extranjeros, sino que también contra la propia familia. Fue Mehmet II quien decretó que cada sultán al subir al poder debería eliminar a sus hermanos para poder reinar solo en paz. Selim el Excelente al librar guerra contra Persia ejerció el terror, dejando campos enteros ensopados de sangre. Posteriormente la línea de Osman vería las atrocidades de sultanes como Ibrahim el Desquiciado y Mustafá, quienes parecían tener un gusto muy particular por la sangre, preferiblemente la ajena.
La iglesia católica no se ha visto exenta de terroristasen sus filas. El papa que autorizó la sangrienta cruzada en contra de la secta católica de los albigenses en el sur de Francia quedó menos manchado que el noble francés Simón de Monfort, quien fue el hombre encargado de ejecutar a numerosos inocentes.En España, el nombre de Torquemada, confesor de Isabel la Católica(la cual es vista como una desalmada oportunista, terrorista y malagradecida por judíos y musulmanes, dado que los echó de España después que ellos llevaron el progreso), aún suscita muecas de asco y repudio. Este viejo dominico de hígados negros sabía que se las debía a medio mundo, por eso nunca caminaba sin excolta.Gracias a él, miles murieron en la hoguera, en el potro y bajo las más inmencionables torturas.Todo un terrorista en nombre de Dios, para mayor peligro.
El terrorismo a menudo ha sido arma oficial de un estado totalitario. Iván IV, llamado El Grozny o El Terrible, fue el primer hombre en ser llamado zar de Rusia. Quizás a consecuencia de su traumática niñez, Iván no tuvo escrúpulos en ejercer el terror contra los boyardos(nobles) y su propio pueblo tras la muerte súbita de su idolatrada primera esposa Anastasia, de quien se dijo que había sido envenenada. Iván llegó a crear una policía secreta dedicada a exterminar a los nobles, y en una ocasión depositó tantos cadáveres en unrío que áun en invierno las aguas no lograron congelarse por el contenido de sangre.Las atrocidades del Grozny pasaron a la historia como muestra de lo que un soberano desquiciado puede hacer, y hasta la valiente reina Elizabeth I Tudor no quiso casarse con él por su tufo de matón.
Lord Cornwallis, noble militar inglés, mordió el polvo de la derrota cuando los milicianos de Norteamérica lograron independizarse del poderío inglés, pero posteriormente se fue con sed de venganza a la India, donde se dio a la nada noble tarea de practicar el pillaje, secuestro(de los hijos del valiente Tipoo Sultán) y al final sus tropas mataron en 1799 a uno de los hombres más íntegros, justos y honrados de la historia de la India, a como fue el Tigre de Mysore Tipoo Sultán.
La palabra terrorismo se usó por primera vez como tal durante el reino del Terror en medio de la sangrienta Revolución Francesa. Entre sus nombres más populares figuran Carlota Corday(quien asesinó a Jean Paul Marat), Danton y Robespierre. Muchos de ellos recetaron la guillotina para luego probar de su propia medicina. Napoleón Bonaparte, a quien lo enano no le quitaba lo maldoso, fue un gran maestro del terrorismo solo para acabar en la más triste desgracia.
El siglo XX se mostró repleto de terroristas de todo color y para cualquier gusto.Lenin al quitarse de encima a la dinastía Romanov apenas marcó la pauta a seguir por el mostachudo José Stalin, quien realizó una de las purgas más rojas y totales de la historia en plan de terrorista absoluto.Stalin solo se vio rivalizado por el asqueroso chacal Adolfo Hitler, quien elevó el terrorismo a un nivel de genocidio pataguino, exterminando a más de 6 millones de judíos en venganza porque su papá Alois era el bastardo no reconocido de un judío. La sífilis de la que padecía el imbañable Benito Mussolini solo llevó a su febril cerebro a ejercer las peores atrocidades en Italia, mientras que Hirohito en Japón disimulaba su gusto por el terrorismo paseando a lomos de un caballo blanco mientras sus huestes hicieron una gran matansinga en en Rapto de Nanking en China y años luego atacaron a Pearl Harbor en 1941 dándole licencia para hacerse terrorista al gobierno yanqui. Los crímenes de guerra de Hirohito incluyen el reclutamiento de desvalidas mujeres coreanas para brindar servicio obligatorio de prostitutas a los soldados nipones.
Estados Unidos asumió su rol de terrorista con pleno gusto bajo la batuta de Harry Truman cuando el avioncito Enola Gay en agosto de 1945 dejó caer dos bombitas sobre Hiroshima y Nagasaki, acabando así no solo con la II Guerra Mundial sino también con miles de valiosas vidas niponas. Y como a los gringos les gustó el terrorismo siempre que no fueran ellos el blanco de la masacre, no tuvieron asco en irse a meter a VietNam, Líbano, Golfo Pérsico y otros sitios donde les han cantado entre epítetos YANKEE GO HOME!
Otros notables terroristas de este siglo han sido el camboyano Pol Pot, quien casi acaba con su propio pueblo, Nicolás Ceaucescu en Rumanía(a quien al final le dieron su merecido),los canibalescos negrazos Jean Bedel Bokassa de Zaire(quien se autocoronó emperador imitando a Napoleón Bonaparte y comió niños que protestaron por el alza del costo de los uniformes escolares) y el bufonesco Idi Amín Dada(quien por cierto dijo Obras no Palabras).El francés Francois Mitterand se apuntó una raya de terrorista no solo cuando cooperó con los nazis en el gobierno de ocupación de Vichy sino también cuando lo mandaron a aquietar a los rebeldes argelinos.Los franceses se colorearon como sanguinarios tanto en el Chad como cuando Ho Chi Minh los tuvo que sacar a patadas de Vietnam. El seudocowboy de baratija Ronald Reagan también probó ser terrorista cuando invadió Grenada en 1983, y en América Latina los que se han llevado medalla de oro en esta lista negra son el dominicano lujurioso Trujillo(quien hasta practicó canibalismo), nuestro propio Anastasio Somoza a quien hicieron en hamburguesa en Asunción merced a un bazucazo y por supuesto que Augusto Pinochet, aunque recientemente viaja con pasaporte de enfermito tonto ungido de inocencia. Saddam Hussein en Irak y Moammar El Khadaffi de Lybia figuran al lado de Ossama Bin Laden como mentes macabras capaces de cualquier cosa, y aunque Estados Unidos ahora haya probado de la misma medicina que siempre recetó a los paísitos del Tercer Mundo, esperemos que la lista de nefastos terroristas no se siga agrandando por el bien de este planeta.
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