Y TODO POR ACCIDENTE..!
Cecilia Ruiz de Ríos
"A veces la casualidad otorga cosas que la planificación jamás cede," solía decir el gran estadista inglés Sir Winston Churchill.
Cosas tan útiles o deliciosas como el estetoscopio, la penicilina, la pizza y las papas fritas se dieron de forma casual, mientras que las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, o la implantación de un imperio en México también se dieron por azar.
El descubrimiento del té por parte de los chinos es uno de los accidentes más afortunados de la historia. Estaba un noble chino esperando que hirviera el agua para prepararse unas pócimas cuando las hojas de una planta llamada té cayeron en el agua. El aroma que emitió la hirviente porra fue tan tentadora que el chinito no pudo contenerse las ganas de beber la infusión. Desde entonces, el té es la bebida oficial del Asia y la delicia de todos aquellos que lo gozan en sus más diversas variedades.
Un eunuco chino es el responsable de que tengamos papel. Hasta entonces, se escribía en diversas cortezas de árboles o en piel de animales. Pero este vanidoso eunuco de la corte china no estaba buscando como crear papel, sino que tomando fibras vegetales se puso a preparar lo que sería parte de un atuendo suyo. El resultado fue el papel, y aunque el eunuco tuvo que posponer su estreno, desde entonces el mundo escribe en ese material.
Los Estados Unidos han contribuido con varias innovaciones que se crearon por accidente. Durante una feria a fines del siglo XIX, al vendedor de sorbete se le agotaron los recipientes para servir el helado. A su lado estaba una caseta de un árabe que vendía barquillos tostados. El ingenioso vendedor de sorbete, al sustituir el envase con un barquillo enrollado en forma de cucurucho, creó el cono de sorbete, éxito arrollador para la industria de postres de todo el mundo.
Los ositos de peluche que hoy llamamos Teddy Bears llevan ese nombre por un tierno accidente. El presidente Theodore Roosevelt llamado cariñosamente Teddy- estaba en el poder cuando estos juguetitos salieron al mercado. Cuando el mandatario autorizó el uso de su nombre para los peluches, estos pasaron a ser los Teddy Bears por los cuales hoy claman millones de infantes a la hora de dormir. A Teddy Roosevelt también se le debe la existencia del pase delantero en el violento fútbol americano, dado que este juego tan rudo estuvo a punto de ser prohibido a inicios de siglo por la cantidad de heridos y muertos que dejaba.
Muchos creen que el delicioso chocolate de maní llamado Baby Ruth es en honor al gran pelotero gringo Babe Ruth. Nada más lejos de la verdad. Resulta que la hijita menor del presidente gringo Grover Cleveland era devoradora de chocolates... y se llamaba Ruth. Cuando una chocolatería sacó al mercado su producto no tuvieron mejor idea que llamarle Baby (pues así llamaban cariñosamente a la benjamina del mandatario) Ruth.
Un curioso rey francés es el que dio origen a las papas fritas: Enrique II de Valois. A como todos sabemos, la papa -que es del Nuevo Mundo- es llevada por los conquistadores a España, donde los reyes y nobles la consumen en guiso, puré y sencillamente cocida. Cuando se comienza a cultivar papas en Europa, parte de los sembradíos brotan en Francia. Un día, el rey francés se aburrió del guiso e incursionó en la cocina. Al mirar un hirviente caldero de manteca de chancho, se le ocurrió pedirle al cocinero de turno que pelara las papas, las cortara en lascas y las pusiera a freír. Voilá, fritas a la francesa!
De Francia también proviene el estetoscopio, por iniciativa de un galeno que quiso respetar la pudibundez de una dama al momento de auscultarle el pecho. La señorita no permitía que el médico posara su oreja sobre su hermosísimo buche, por lo cual el hijo de Hipócrates debio enrollar una pieza de cartulina y posar en un extremo su oreja y en el otro el pecho de la joven para escucharle el corazón. Uno de los peores accidentes de la historia fue el involucramiento de la bella emperatriz Eugenia de Montijo, consorte del francés Napoleón III, en la política internacional.
La caprichosa españolita que compartía el trono con el sobrino del Gran Corso se aburría de esperar que su maridito dejara de cortejar cortesanas como Virginia Oldoini o bailarinas como tadea Mirslac, y a cambio de que se hiciera de la vista gorda, Napoleón III le permitió tener injerencia en asuntos políticos. De ella fue la macabra idea de crear artificialmente un imperio en México, poniendo como emperadores a nada menos que a Maximiliano de Habsburgo y a su esposa belga Carlota. Este craso error de la intervención napoleónica en México costó miles de baldes de sangre y hasta el propio Maximiliano acabó pagando el pato de la fiesta yendo a parar al paredón de fusilamiento.
Nadie puede atestiguar si efectivamente una manzana cayó sobre la colochona y brillante testa del genial inglés Isaac Newton, quien llegó a ostentar el título de Sir cuando la corona inglesa le reconoció sus aportes a la ciencia, entre ellos las leyes de la gravedad. Pero si en realidad una roja manzana cayó sobre su frente mientras dormitaba bajo un árbol, esa fruta ocasionó uno de los accidentes más afortunados de la historia.
La pizza, esa obra maestra de la gastronomía italiana, nació por accidente cuando el estadista renacentista Lorenzo de Médicis casi pesca in fraganti a su cocinero titular llevándose masa de pan para su casa. El atribulado cuque lanzó la lámina de masa de pan a un horno para no ser despedido por ladrón, y en el horno se fraguó la primera pizza.
Un accidente del traductor fue lo que ocasionó que al presidente gringo Harry Truman se le ocurriera la piadosa idea de lanzar dos "confites explosivos" sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki al final de la II Guerra Mundial.
En japonés, el mismo término se usa para expresar "seguimos en negociación" que para "ignorar" u "obviar" algo. Era harto sabido que el Imperio del Sol Naciente ya estaba a punto de jaque mate en el tablero del ajedrez del conflicto, pero las negociaciones en Tokyo se estancaban, y el que tradujo el informe para los gringos hizo pensar que los japoneses querían ignorar o confundir las amenazas de Estados Unidos con papel higiénico. Esta vez, y para lección ejemplar de algunos traductores que a veces confunden el sebo con la manteca, una mala interpretación ocasionó la pérdida de miles de vidas humanas cuando las bombas cayeron del cielo en agosto de 1945 formando dos tenebrosos hongos de radioactividad en el cielo.
Y hablando de hongos, penicilina, el material orgánico con el cual se abrió el inmenso campo de los antibióticos, fue descubierta por Sir Alexander Fleming cuando éste hacía experimentos con cultivos en un laboratorio. Fleming casi bota a la basura una de sus muestras cuando vio que le había nacido un musgo raro, pero prefirió someter al hongo al microscopio. Gracias al descubrimiento y las investigaciones de Fleming, la penicilina hoy en día salva millones de vidas.
"A veces la casualidad otorga cosas que la planificación jamás cede," solía decir el gran estadista inglés Sir Winston Churchill.
Cosas tan útiles o deliciosas como el estetoscopio, la penicilina, la pizza y las papas fritas se dieron de forma casual, mientras que las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, o la implantación de un imperio en México también se dieron por azar.
El descubrimiento del té por parte de los chinos es uno de los accidentes más afortunados de la historia. Estaba un noble chino esperando que hirviera el agua para prepararse unas pócimas cuando las hojas de una planta llamada té cayeron en el agua. El aroma que emitió la hirviente porra fue tan tentadora que el chinito no pudo contenerse las ganas de beber la infusión. Desde entonces, el té es la bebida oficial del Asia y la delicia de todos aquellos que lo gozan en sus más diversas variedades.
Un eunuco chino es el responsable de que tengamos papel. Hasta entonces, se escribía en diversas cortezas de árboles o en piel de animales. Pero este vanidoso eunuco de la corte china no estaba buscando como crear papel, sino que tomando fibras vegetales se puso a preparar lo que sería parte de un atuendo suyo. El resultado fue el papel, y aunque el eunuco tuvo que posponer su estreno, desde entonces el mundo escribe en ese material.
Los Estados Unidos han contribuido con varias innovaciones que se crearon por accidente. Durante una feria a fines del siglo XIX, al vendedor de sorbete se le agotaron los recipientes para servir el helado. A su lado estaba una caseta de un árabe que vendía barquillos tostados. El ingenioso vendedor de sorbete, al sustituir el envase con un barquillo enrollado en forma de cucurucho, creó el cono de sorbete, éxito arrollador para la industria de postres de todo el mundo.
Los ositos de peluche que hoy llamamos Teddy Bears llevan ese nombre por un tierno accidente. El presidente Theodore Roosevelt llamado cariñosamente Teddy- estaba en el poder cuando estos juguetitos salieron al mercado. Cuando el mandatario autorizó el uso de su nombre para los peluches, estos pasaron a ser los Teddy Bears por los cuales hoy claman millones de infantes a la hora de dormir. A Teddy Roosevelt también se le debe la existencia del pase delantero en el violento fútbol americano, dado que este juego tan rudo estuvo a punto de ser prohibido a inicios de siglo por la cantidad de heridos y muertos que dejaba.
Muchos creen que el delicioso chocolate de maní llamado Baby Ruth es en honor al gran pelotero gringo Babe Ruth. Nada más lejos de la verdad. Resulta que la hijita menor del presidente gringo Grover Cleveland era devoradora de chocolates... y se llamaba Ruth. Cuando una chocolatería sacó al mercado su producto no tuvieron mejor idea que llamarle Baby (pues así llamaban cariñosamente a la benjamina del mandatario) Ruth.
Un curioso rey francés es el que dio origen a las papas fritas: Enrique II de Valois. A como todos sabemos, la papa -que es del Nuevo Mundo- es llevada por los conquistadores a España, donde los reyes y nobles la consumen en guiso, puré y sencillamente cocida. Cuando se comienza a cultivar papas en Europa, parte de los sembradíos brotan en Francia. Un día, el rey francés se aburrió del guiso e incursionó en la cocina. Al mirar un hirviente caldero de manteca de chancho, se le ocurrió pedirle al cocinero de turno que pelara las papas, las cortara en lascas y las pusiera a freír. Voilá, fritas a la francesa!
De Francia también proviene el estetoscopio, por iniciativa de un galeno que quiso respetar la pudibundez de una dama al momento de auscultarle el pecho. La señorita no permitía que el médico posara su oreja sobre su hermosísimo buche, por lo cual el hijo de Hipócrates debio enrollar una pieza de cartulina y posar en un extremo su oreja y en el otro el pecho de la joven para escucharle el corazón. Uno de los peores accidentes de la historia fue el involucramiento de la bella emperatriz Eugenia de Montijo, consorte del francés Napoleón III, en la política internacional.
La caprichosa españolita que compartía el trono con el sobrino del Gran Corso se aburría de esperar que su maridito dejara de cortejar cortesanas como Virginia Oldoini o bailarinas como tadea Mirslac, y a cambio de que se hiciera de la vista gorda, Napoleón III le permitió tener injerencia en asuntos políticos. De ella fue la macabra idea de crear artificialmente un imperio en México, poniendo como emperadores a nada menos que a Maximiliano de Habsburgo y a su esposa belga Carlota. Este craso error de la intervención napoleónica en México costó miles de baldes de sangre y hasta el propio Maximiliano acabó pagando el pato de la fiesta yendo a parar al paredón de fusilamiento.
Nadie puede atestiguar si efectivamente una manzana cayó sobre la colochona y brillante testa del genial inglés Isaac Newton, quien llegó a ostentar el título de Sir cuando la corona inglesa le reconoció sus aportes a la ciencia, entre ellos las leyes de la gravedad. Pero si en realidad una roja manzana cayó sobre su frente mientras dormitaba bajo un árbol, esa fruta ocasionó uno de los accidentes más afortunados de la historia.
La pizza, esa obra maestra de la gastronomía italiana, nació por accidente cuando el estadista renacentista Lorenzo de Médicis casi pesca in fraganti a su cocinero titular llevándose masa de pan para su casa. El atribulado cuque lanzó la lámina de masa de pan a un horno para no ser despedido por ladrón, y en el horno se fraguó la primera pizza.
Un accidente del traductor fue lo que ocasionó que al presidente gringo Harry Truman se le ocurriera la piadosa idea de lanzar dos "confites explosivos" sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki al final de la II Guerra Mundial.
En japonés, el mismo término se usa para expresar "seguimos en negociación" que para "ignorar" u "obviar" algo. Era harto sabido que el Imperio del Sol Naciente ya estaba a punto de jaque mate en el tablero del ajedrez del conflicto, pero las negociaciones en Tokyo se estancaban, y el que tradujo el informe para los gringos hizo pensar que los japoneses querían ignorar o confundir las amenazas de Estados Unidos con papel higiénico. Esta vez, y para lección ejemplar de algunos traductores que a veces confunden el sebo con la manteca, una mala interpretación ocasionó la pérdida de miles de vidas humanas cuando las bombas cayeron del cielo en agosto de 1945 formando dos tenebrosos hongos de radioactividad en el cielo.
Y hablando de hongos, penicilina, el material orgánico con el cual se abrió el inmenso campo de los antibióticos, fue descubierta por Sir Alexander Fleming cuando éste hacía experimentos con cultivos en un laboratorio. Fleming casi bota a la basura una de sus muestras cuando vio que le había nacido un musgo raro, pero prefirió someter al hongo al microscopio. Gracias al descubrimiento y las investigaciones de Fleming, la penicilina hoy en día salva millones de vidas.
2 comentarios:
Hola, quise leer tus comentarios interesantes pero los colores que elegiste para las letras de la pagina molestan la lectura y no podes leer con tranquilidad, espero uses colores menos perturbadores. ejemplo fondo blanco letras negras etc.
Muy interesantes notas. me sumo al comentario son letras luminosas, tal vez algo mas conservador estaria bien, blanco y negro o amarillo y fondo azul. Gracias
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