RAZZIA, LA UNICA SULTANA DELA INDIA
Cecilia Ruiz de Rios
Hace poco, una alumna mía de tendencias feministas tuvo una niña y le puso Razzia, en honor a la única sultana por derecho propio de la India. Razzia Sultana, de la dinastía de los mamelucos, fue una vigorosa mujer que osó tomar las riendas del poder en nombre propio hacia 1236 de la era cristiana, cuando las damas solo servían para parir y callar.
Razzia nació hacia fines de octubre en 1220, cuando a muchas millas de su zona norte de la India aún vivía el pavoroso Genghis Khan de los mongoles. Era la hija favorita de Shamsudin Iltutmish, un ex esclavo de origen turco quien gracias a su audacia y gran inteligencia se hizo con el trono de sultán de Dehli y el mejor gobernante de la línea mameluca. Habida con una esclava muy bella, Razzia pronto demostró haber heredado la gran belleza de su progenitora y la buena sesera de su papá, a tal punto que el sultán se percató que sus dos hijos varones habidos con mujeres nobles no valían ni un centavo a la par de su hijita. Consiguiendo los mejores tutores para su chica prodigio de ojos negros, el monarca con el correr del tiempo designó a Razzia para ser su sucesor. A los medio hermanos de la muchacha esta decisión le supo a veneno, y debido al machismo imperante en el norte de la India en aquellos entonces, era lógico que una buena parte del pueblo también se negara a aceptar a una mujer en el poder. Cuando el sultán anunció sus intenciones, hubo revueltas en la ciudad hasta que la misma joven Razzia, vistiendo con ropas de macho y a lomos de un bravo elefante, guió las tropas para acabar con las rebeliones.
Su primer acto como soberana fue dar a acuñar monedas con su nombre e imagen. La leyenda en las monedas decía "pilar de las mujeres, reina de los tiempos, Sultana Razzia Bint Shams al-Din Iltutmish ". Pero no bastaría un costal de monedas para facilitar las cosas.Aunque valiente y muy sagaz, los súbditos no se acostumbraban a tener a una mujer agarrando la sartén del poder por el mango. No usaba velo ni ajorcas, se vestía como hombre con turbante, pantalones amplios y una espada. Ella iba de cacería, sostenía audiencias en su corte, y encabezaba a su ejército cuando iba a la batalla. Poco femenino y muy inconveniente! Ella valoraba la honestidad y capacidad en sus funcionarios, por eso elegía a sus ministros sin importarle si eran nobles, de origen turco o de una u otra religión. Esto enfureció a la nobleza. Para colmo Razzia, siendo una mujer casadera ya, se prendó de Jamal al-Din Yaqut, el titular de caballeriza, un esclavo de origen etíope.
El ascenso del africano hacia posiciones encumbradas en la corte de Razzia dio origen a celos, intrigas y habladurías, y la cosa estalló cuando vieron al hermoso negro besando a la reina cuando esta se bajaba de su brioso corcel. Consideraron que era una violación de la moralidad y la ética esa actitud, pues la persona del monarca era intocable y menos por un esclavo. Dos de sus esclavas afirmaron haberlos visto practicando actos extraños en el lecho, alegando que Razzia se bañaba en leche y miel para retozar junto a su esclavo etíope y varios animalitos.
Otros la tildaron de corrupta, argumentando que derrochaba el erario en favoritos que le vendían favores de todo tipo. Sus enemigos quisieron quitarla del trono acusándola de asquerosa meretriz, y un tipo ambicioso llamado Ikhtyar al-Din Altuniyya encabezó las tropas rebeldes que se alzaron contra las huestes de Razzia. Al ser capturada Razzia en la batalla, fue tomada como prisionera de guerra por Ikhtayar, pero lo inesperado sucedió. Este hombre se enamoró violentamente de su cautiva y la desposó. Juntos trataron de reconquistar Dehli pero fracasaron. Ikhtayar viéndose perseguido huyó una noche mientras Razzia dormía, y nunca más se supo de su paradero. Se cree que fue asesinado por facciones enemigas.
Razzia al verse derrotada y sola huyó al campo. Deambuló bajo sol y lluvia, hambrienta y sedienta por diversos sectores hasta que un granjero le ofreció un mendrugo de pan y agua. Aunque iba vestida como hombre, el campesino se percató que era una mujer cuando ella cayó vencida por el cansancio. Debajo de la ropa sucia de hombre, Razzia andaba joyas y el campesino la mató mientras dormía. Llevó el caballo y las joyas de la monarca al mercado para venderlos, pero los mercaderes sospecharon que había algo raro en la transacción. Llamaron a los guardianes del orden y el asesino confesó su crimen, señalando donde había enterrado el cadáver de la desdichada mujer. Razzia estuvo en el trono solamente por cuatro años, pero su nombre nunca pudo borrarse de la historia de la milenaria India.Hoy en día, su nombre es recordado por cantores, pintores y poetas. Muchas niñas llevan su nombre recordando a la mujer que nunca quiso doblegarse por los machos de la especie ni las vicisitudes de la vida. Razzia no dejó hijos y se rumora que la bella musulmana era estéril, sin embargo, siempre fue piadosa y tierna con los niños. Su elefante favorito, Abid, fue sacrificado con saña por sus enemigos tras saberse de su muerte a manos del campesino. Razzia era muy dulce y juguetona con sus mascotas, entre ellos 20 gatos, 10 perros, un tigre amaestrado, 3 elefantes y numerosos corceles.
Razzia nunca supo plegarse a los convencionalismos, y entre sus planes de gobierno había escritos que demostraban que pensaba legislar a favor de los pobres y las mujeres, a quienes se les negaban casi todos sus derechos en aquellos entonces. Nunca más se volvió a ver el caso de una mujer musulmana mandando sola en la India, y cuando posteriormente Babar el Tigre fundó su dinastía mugala, las mujeres fueron genuinos poderes tras el trono como en el caso de Nur Jehan y su Jahangir o Mumtaz Mahal y su Sha Jahan, pero jamás por derecho propio.
Cecilia Ruiz de Rios
Hace poco, una alumna mía de tendencias feministas tuvo una niña y le puso Razzia, en honor a la única sultana por derecho propio de la India. Razzia Sultana, de la dinastía de los mamelucos, fue una vigorosa mujer que osó tomar las riendas del poder en nombre propio hacia 1236 de la era cristiana, cuando las damas solo servían para parir y callar.
Razzia nació hacia fines de octubre en 1220, cuando a muchas millas de su zona norte de la India aún vivía el pavoroso Genghis Khan de los mongoles. Era la hija favorita de Shamsudin Iltutmish, un ex esclavo de origen turco quien gracias a su audacia y gran inteligencia se hizo con el trono de sultán de Dehli y el mejor gobernante de la línea mameluca. Habida con una esclava muy bella, Razzia pronto demostró haber heredado la gran belleza de su progenitora y la buena sesera de su papá, a tal punto que el sultán se percató que sus dos hijos varones habidos con mujeres nobles no valían ni un centavo a la par de su hijita. Consiguiendo los mejores tutores para su chica prodigio de ojos negros, el monarca con el correr del tiempo designó a Razzia para ser su sucesor. A los medio hermanos de la muchacha esta decisión le supo a veneno, y debido al machismo imperante en el norte de la India en aquellos entonces, era lógico que una buena parte del pueblo también se negara a aceptar a una mujer en el poder. Cuando el sultán anunció sus intenciones, hubo revueltas en la ciudad hasta que la misma joven Razzia, vistiendo con ropas de macho y a lomos de un bravo elefante, guió las tropas para acabar con las rebeliones.
Su primer acto como soberana fue dar a acuñar monedas con su nombre e imagen. La leyenda en las monedas decía "pilar de las mujeres, reina de los tiempos, Sultana Razzia Bint Shams al-Din Iltutmish ". Pero no bastaría un costal de monedas para facilitar las cosas.Aunque valiente y muy sagaz, los súbditos no se acostumbraban a tener a una mujer agarrando la sartén del poder por el mango. No usaba velo ni ajorcas, se vestía como hombre con turbante, pantalones amplios y una espada. Ella iba de cacería, sostenía audiencias en su corte, y encabezaba a su ejército cuando iba a la batalla. Poco femenino y muy inconveniente! Ella valoraba la honestidad y capacidad en sus funcionarios, por eso elegía a sus ministros sin importarle si eran nobles, de origen turco o de una u otra religión. Esto enfureció a la nobleza. Para colmo Razzia, siendo una mujer casadera ya, se prendó de Jamal al-Din Yaqut, el titular de caballeriza, un esclavo de origen etíope.
El ascenso del africano hacia posiciones encumbradas en la corte de Razzia dio origen a celos, intrigas y habladurías, y la cosa estalló cuando vieron al hermoso negro besando a la reina cuando esta se bajaba de su brioso corcel. Consideraron que era una violación de la moralidad y la ética esa actitud, pues la persona del monarca era intocable y menos por un esclavo. Dos de sus esclavas afirmaron haberlos visto practicando actos extraños en el lecho, alegando que Razzia se bañaba en leche y miel para retozar junto a su esclavo etíope y varios animalitos.
Otros la tildaron de corrupta, argumentando que derrochaba el erario en favoritos que le vendían favores de todo tipo. Sus enemigos quisieron quitarla del trono acusándola de asquerosa meretriz, y un tipo ambicioso llamado Ikhtyar al-Din Altuniyya encabezó las tropas rebeldes que se alzaron contra las huestes de Razzia. Al ser capturada Razzia en la batalla, fue tomada como prisionera de guerra por Ikhtayar, pero lo inesperado sucedió. Este hombre se enamoró violentamente de su cautiva y la desposó. Juntos trataron de reconquistar Dehli pero fracasaron. Ikhtayar viéndose perseguido huyó una noche mientras Razzia dormía, y nunca más se supo de su paradero. Se cree que fue asesinado por facciones enemigas.
Razzia al verse derrotada y sola huyó al campo. Deambuló bajo sol y lluvia, hambrienta y sedienta por diversos sectores hasta que un granjero le ofreció un mendrugo de pan y agua. Aunque iba vestida como hombre, el campesino se percató que era una mujer cuando ella cayó vencida por el cansancio. Debajo de la ropa sucia de hombre, Razzia andaba joyas y el campesino la mató mientras dormía. Llevó el caballo y las joyas de la monarca al mercado para venderlos, pero los mercaderes sospecharon que había algo raro en la transacción. Llamaron a los guardianes del orden y el asesino confesó su crimen, señalando donde había enterrado el cadáver de la desdichada mujer. Razzia estuvo en el trono solamente por cuatro años, pero su nombre nunca pudo borrarse de la historia de la milenaria India.Hoy en día, su nombre es recordado por cantores, pintores y poetas. Muchas niñas llevan su nombre recordando a la mujer que nunca quiso doblegarse por los machos de la especie ni las vicisitudes de la vida. Razzia no dejó hijos y se rumora que la bella musulmana era estéril, sin embargo, siempre fue piadosa y tierna con los niños. Su elefante favorito, Abid, fue sacrificado con saña por sus enemigos tras saberse de su muerte a manos del campesino. Razzia era muy dulce y juguetona con sus mascotas, entre ellos 20 gatos, 10 perros, un tigre amaestrado, 3 elefantes y numerosos corceles.
Razzia nunca supo plegarse a los convencionalismos, y entre sus planes de gobierno había escritos que demostraban que pensaba legislar a favor de los pobres y las mujeres, a quienes se les negaban casi todos sus derechos en aquellos entonces. Nunca más se volvió a ver el caso de una mujer musulmana mandando sola en la India, y cuando posteriormente Babar el Tigre fundó su dinastía mugala, las mujeres fueron genuinos poderes tras el trono como en el caso de Nur Jehan y su Jahangir o Mumtaz Mahal y su Sha Jahan, pero jamás por derecho propio.
1 comentario:
Muy interesante tu blog, Cecilia.
Ya volveré para interiorizarme en profundidad.
Te espero por mis letras...
Saludos desde Argentina.
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