MARIDO Y MUJER...IGUALMENTE CELEBRES
Cecilia Ruiz de Ros
Siempre detrás de una gran mujer, suele estar un gran hombre, y viceversa. Pero no siempre el poder tras el trono es tan célebre pero en la historia han habido casos de matrimonios en los cuales ambas partes han brillado con luz propia.
Fue en la Edad Media que se dio uno de los casorios más explosivos de la historia: El de Leonor de Aquitania, dueña de casi la mitad de Francia, con el Duque de Normandía y futuro rey inglés Enrique II de Plantagenet. Siendo mayor que su esposo por 11 años, Leonor llegaba a él divorciada de Luis VII, rey de Francia, quien la había repudiado por lasciva. Leonor y Enrique se casaron charchaleando de pasión, siendo ambos igualmente famosos en Europa. Sin embargo, el paso de los años y las infidelidades de Enrique agriarían esta relación que comenzó tan auspiciosamente. En la literatura inglesa, dos parejas de esposos produjeron memorables obras. Mary Godwin era la precoz hija de la feminista Mary Wollstonecraft cuando se enamoró del gran bardo Percy Bysshe Shelley, quien estaba ya casado cuando la osada Mary se le declaró en medio de un cementerio. Cuando la esposa de Percy se suicidó, Mary pasó de sucursal a esposa en segundas nupcias, y a los 19 años de edad había ya concebido la obra maestra Frankenstein, considerada piedra angular del género de terror. Percy dejó algunas de las poesías más bellas escritas en la lengua de Shakespeare, pero la fama de Mary, firmando con su apellido de casada de Shelley, la hizo la indiscutible madre del género de terror.
En la época victoriana, Robert Browning era considerado como uno de los poetas más notables. Comenzó una correspondencia con una chica inválida a quien apodaban la Virgen de Wimpole Street: Elizabeth Barrett. Se enamoraron por carta, decidieron conocerse y luego la boda fue inevitable. Ya casada Elizabeth produjo sus almibarados sonetos titulados Sonetos de la Portuguesa (siendo ese el apodo que le daba su esposo) y conquistó tal fama que posteriormente a él lo llamaban Mr. Barrett. El gran compositor romántico, pianista y periodista empírico germano Robert Schumann se prendó fulminantemente de una joven pianista llamada Clara Wieck cuando ella era adolescente. El padre de la chica consideraba que Roberto era muy poca cosa para ella, y les hizo la guerra. Roberto debió llevar a su futuro suegro a un juzgado para demandarlo judicialmente y conseguir el permiso de desposar a Clara antes que los enamorados pudieran casarse. Una vez matrimoniados, Clara se convirtió en la mejor pianista de la Europa del siglo XIX y Roberto ganó merecida fama como compositor de bellas sinfonías y un concierto para piano y orquesta. Sin embargo, esta historia de amor acabó trágicamente cuando Roberto murió loco, no sin que antes Clara le pusiera los cachos con el alumno predilecto de Roberto(Juan Brahms).
En la ciencia, dos parejas francesas lograron el equilibrio perfecto en la cama, casa y laboratorio. Primero, Manya Sklodowska, una rubia polaca con una sesera envidiable, se casó con el científico francés Pedro Curie, afrancesando el Manya a Marie. Fueron obscenamente felices, engendrando dos bellas e inteligentes niñas, pero la tragedia tocó a la puerta cuando Pedro fue atropellado en las calles de París, dejando viuda con dos hijas que criar a la pobre Marie. Sin embargo, Marie no se dejó vencer y dio esmerada educación a sus muchachitas. Eva llegó a ser una gran escritora e Irene se convirtió en notable científica. Irene a su vez halló la dicha a su medida en el alumno de su madre, Federico Joliot. Irene y Federico se casaron y además de convertirse en orgullosos padres de familia, entre los dos se ganaron un Premio Nóbel de Física, repitiendo la hazaña de los padres de Irene, quienes junto también se llevaron el galardón Nobel a casa cuando eran el binomio más respetado de la ciencia.
Ernesto Hemingway resultó ser un macho de armas tomar para todo, llegando a ser gran corresponsal de guerra y novelista galardonado con el Nobel de Literatura. Tuvo cuatro esposas, de las cuales solo la tercera fue tan famosa como él. Martha Gellhorn era una bella y atrevida corresponsal de guerra que cubría la Guerra Civil Española cuando se conocieron. Martha nunca quiso ser una mantenida ni la sombra de Hemingway y aunque se casaron enamorados en 1940, cinco años más tarde la unión acabó en divorcio. Obviamente, Papá Hemingway no soportaba que una mujer fuera mejor que él. En el arte, la unión de Frida Khlo con su protomacho Diego Rivera fue una de las más explosivas y productivas de la historia. El matrimonio de ellos se vino a pique cuando el gran muralista probó que le era biológicamente imposible serle fiel a Frida, pero luego volvieron a casarse y fueron muy felices. Tanto Diego como Frida son considerados titanes de la pintura latinoamericana. Aunque nunca hubo boda entre ellos, el gran filósofo existencialista Jean Paul Sartre y su compatriota y colega Simone de Beauvoir se amaron con una pasión pocas veces vista. Se negaron a casarse porque rechazaban el matrimonio como símbolo de decadencia burguesa, pero su relación tuvo mayor solidez que muchos matrimonios con velo y corona.
En la meca del cine, hubo varias parejas de esposos que fueron celebérrimos. Mary Pickford y Douglas Fairbanks Jr. dieron mucho en que hablar por la suntuosidad de sus estilos de vida, pero no se quedó atrás el bellísimo Clark Gable con su comiquísima y bella rubia Carole Lombard. Cuando la Lombard murió en una accidente de aviación Gable quedó como papalote sin cola. Marylin Monroe y Joe Di Maggio ataron el lazo en 1954, cuando ambos estaban en la cima de su fama. Ella ya había estado casada siendo una adolescente, y él era el idolatrado Yankee Clipper del béisbol. Lástima que dos personas que tanto se amaron no pudieran ponerse de acuerdo, ya que Di Maggio le pedía a la chela más linda del mundo que solo fuera ama de casa y no superestrella sexy. Esta relación, igual a la de Monroe con su tercer esposo el dramaturgo judío Arthur Miller, acabaría en divorcio.
Lauren Bacall fue la última esposa del gran ídolo hollywoodense Humphrey Bogart, y se conocieron en un set filmando juntos. Sin embargo, la diferencia de edades no hizo mella en la pareja una vez que pudieron casarse, y se amaron como pocos en la historia hasta que Bogie murió. Ingrid Bergman estaba casada con un doctor y tenía una hija cuando conoció filmando en Italia a Roberto Rosselinni. La diva sueca abandonó a esposo e hija para ser la amante, y luego la esposa de Roberto Rossellinni, considerado un titán del neorrealismo. Tras el nacimiento de varios hijos, este matrimonio también acabó en divorcio, a como sucedería con los matrimonios de Liz Taylor y Richard Burton, quien a pesar de ser tan ricos, famosos y bellos y haberse casado entre sí en dos ocasiones, no pudieron ser dichosos
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