Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


jueves, 7 de febrero de 2008

el hombre que usò un piano como excusado


EL CHE GUEVARA: MODELO DE GUERRILLERO, DESASTRE DE PADRE
Cecilia Ruiz de Ríos


"Uno tiene derecho a descansar, pero el que descansa no es hombre de vanguardia,"solía decir Ernesto "Che" Guevara, el hombre que para muchos es el ícono más prominente del izquierdismo y del desapego a los bienes materiales. La barba pícara, los ojos de soñador y la boina de lado aparecen en llaveros, camisetas, afiches, y portadas de cuadernos, mientras que sus restos descansan por fin en la Cuba que tanto amó. La realidad es que aunque mucho tenemos que aprender del Che Guevara por su modestia y amor por el trabajo, hay facetas de su personalidad que no le terminan de gustar a la madre-leona que soy.
Ernesto vino al mundo el 14 de mayo de 1928, y por poco nace bastardo. Su madre Celia ya iba bien entradita en preñez cuando se casó su progenitor. El papá de Ernesto tuvo varios negocios pero nunca pudo dar solidez económica a su familia, pero Celia fue la persona que le brindó seguridad, apoyo intelectual y mucho afecto al enfermizo Ernesto, quien desde chico padeció de una recurrente asma. En 1933 la familia se mudó a Altagracia, y su aya Rosario Amanda González lo recuerda como una niño muy dulce que se molestaba por la diferencia existente entre patronos y criados. En Altagracia conoció al exiliado compositor y pianista español Manuel de Falla, pero en el colegio se aburría y era mal alumno. En una ocasión llegó a tomar un piano por excusado, haciendo sus necesidades encima del teclado para horror de sus maestros, y le gustaba escalar árboles como gato. Díscolo, se perfiló como líder de una pandilla de traviesos chicos que a menudo jugaban malas bromas a los vecinos. Ya desde entonces, no daba importancia a las posesiones materiales y quebraba las luminarias de alumbrado público. Fue a Córdoba para su secundaria, trató de destacarse en deportes y acabó aprendiendo a disparar. En marzo de 1947 los Guevaras se fueron a Buenos Aires, y Celia decidió divorciarse del incansable faldero que era el papá de Ernesto, quien le restregaba las queridas en la cara. A estas alturas del campeonato, a Ernesto lo llamaban "El Chancho" por su poco aseo personal. Cuando su adorada abuela falleció, cambió de idea en cuanto a ser ingeniero y quiso ser médico para poder evitar muertes. En 1947 ingresó a la escuela de medicina en la universidad de Buenos Aires. Compró una bicicleta a la cual le adaptó un motor y se lanzó en vacaciones a hacer una gira enorme por Argentina. Se enamoró violentamente de Carmen Ferreira, una chica bien chelita y bonita que pertenecía a la alta burguesía. La idea que su niña fuera a parar con el "vago" de Ernesto espeluznaba a los estirados padres de la chica, y después de saber que Ernesto había estado en contacto con una comunidad de leprosos, el rechazo de los Ferreira fue mayor.
Al graduarse de galeno, Ernesto se fue a Guatemala. Ya tenía sus ideas de izquierda bastante cimentadas, y creía que Cuba debía salir lo antes posible del régimen de Fulgencio Batista. Fidel Castro entonces ya estaba exiliado en México, y el destino juntó por primera vez a Ernesto y a Fidel cuando Ernesto hizo un viaje a la nación azteca. Ambos estaban destinados a aguantar tabo juntos, y aunque Ernesto ya estaba matrimoniado con Hilda, una peruana que le dio a su primogénita Hildita, no parecía medir las consecuencias de revolver familia con vida de guerrillero. En 1956 82 guerrilleros se fueron de México a Cuba. En diciembre de ese año Ernesto, quien ya era apodado como Che por su costumbre de interjectar Che! cada vez y cuando, recibió una herida en el cuello. Ya era el médico de los guerrilleros. Los rebeldes se fueron a la Sierra Maestra, y el núcleo inmediato del Che constaba de 22 hombres. Los cubanos lo respetaban mucho, y la estrella en su boina era indicativo de ser comandante. Atacaron Muellecito, destruyeron un puente, y el entrenamiento de los hombres no se detuvo nunca. El Che, aunque no se preocupara si su hijita tuviera leche o cobija, era un típico candil de la calle y oscurana de su casa, y en medio de sus entrenamientos tuvo tiempo para fundar un comisariato de alimentos y una escuelita popular. No toleraba los abusos de poder ni a los traidores, y en una ocasión fue implacable al condenar a un soplón a muerte. En febrero de 1958 salió al aire Radio Rebelde, y el Che fracasó como locutor pues al faltarle el aire era exasperante escucharle.
Entre las mujeres guerrilleras, el Che se prendó de Aleyda, olvidando casi por completo la existencia de Hilda y su hija hasta que la peruana a regañadientes habría de darle el divorcio más adelante. Aleyda se contentó con ser su amante hasta que después del triunfo de la revolución por fin el Che le cumplió su promesa de boda. Para la batalla de Santa Clara, Fulgencia Batista envió un tren con armas.El Che consiguió unos tractores y descarrilló el tren. En enero de 1959, habiendo triunfado la revolución cubana, el Che tenía 30 años de edad. Entró triunfante a La Habana con Fidel. Inmediatamente vio que debía convertirse en un burócrata, algo para lo cual no estaba hecho. Se hicieron los juicios a criminales de guerra. El Che juzgó a unos 50 torturadores y los mandó al paredón sin perder el apetito. Se divorció de la aullante Hilda, quien lo acusó de ser desnaturalizado y cruel. Tras una boda incómoda con Aleyda, se dedicó a ser un embajador itinerante de la causa de Cuba. Fue a la URSS con boina en mano a pedir lo que le quisieran dar. Posteriormente Castro lo puso de presidente del banco, y aunque con costo podía sacar raíces cuadradas salvó a Cuba de la bancarrota porque estudiaba matemáticas y finanzas de noche. Sin embargo, tuvo tiempo para fabricarle 4 muchachos a Aleyda, hijos con los cuales jamás tuvo mayor relación pues nunca estaba disponible en casa. Los domingos se iba a hacer trabajo voluntario, sin camisa y descalzo. Exteriorizó su odio hacia los Estados Unidos y gozaba pensando en los misiles soviéticos apuntando hacia el Coloso Gringo. Por eso cuando Fidel pidió a los rusos que se llevaran sus cohetecitos a casa tras estallar la crisis de los misiles, el Che lloró decepcionado pues al parecer no había medido el alcance desastroso que un estallido nuclear podía acarrear a la mera existencia del planeta. En 1965 el Che se hartó de jugar a burócrata. No era suficiente haber sido aplaudido en la ONU, adonde tuvo que llegar bañado y peinado. Buscaba causas nuevas y en 1965 puso los ojos en Africa Central.En el continente negro iba a vivir solo rabiando al censurar que los guerrilleros no tenían disciplina y se cruzaban por zonas peligrosas para irse a revolcar en el monte con sus novias. Consideró que no tenían espíritu de sacrificio y criticó tanto a los africanos que cuando recibió en el Congo la noticia de la muerte de su madre, se deprimió por completo. De ahí salió disfrazado hacia Bolivia, donde habría de entrar en contradicciones con los izquierdosos locales al afirmar arrogantemente "el jefe soy yo". Lo traicionaron aquellos a quien esperó poder ayudar. Una agente de la CIA lo logró capturar y fue rumbo a la ejecución. Su mensaje final para Aleyda:"Cásate de nuevo y trata de ser feliz." Buen consejo porque no creo que la señora ni los hijos hayan sido muy dichosos al lado de tamaño irresponsable. "Díganle a Fidel que la revolución continúa", añadió antes de morir un 8 de octubre de 1967.Sus restos fueron enterrados con tal sigilo tras haber sido fotografiados para difundir la noticia de su muerte que llevaría varios años para poderlos hallar, exhumar, y llevar a Cuba, donde sigue siendo idolatrado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bastaria con decir que no salvo a cuba, muy por el contrario ahi las mujeres se prostituyen hasta por un jabon cuba es un pais miserable donde los ciudadanos viven a duras penas