Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


domingo, 3 de febrero de 2008

tras corneado por su mujer,apaleado por la vida


LOCO,ROMANTICO Y CORNUDO:CARLOS VI "CHALE LOCO" DE FRANCIA
Cecilia Ruiz de Ríos

La vida del rey galo Carlos VI parece material para un cuento de terror. Nacido en 1368 y muerto en 1422, Carlos VI subió al trono siendo un muchachote chele y aseado de 12 años. Era sentimental, soñador, dulce y amante del jolgorio. Pronto, mientras él bailaba y gozaba, sus tíos los duques de Anjou, Berry, Borgoña y Borbón se adueñaron de las riendas del gobierno y subieron los impuestos, aprovechando para comerse el erario público. La Guerra de los Cien Años con Inglaterra había dejado a Francia "en la lipidia" y en 1382 se dieron varias revueltas en Francia y en 1388, ayudándose de su hermano Luis de Orléans, Carlitos quitó del poder a sus tíos para reemplazarlos con un grupo de consejeros humildes que habían asistido a su papá. Pero en 1385 la bellísima princesita bávara Isabeau-nacida en 1371 y muerta en 1435-había sido enviada a Francia para que Carlos la desposara. Para Carlos, romántico mozalbete de 16 años, el flechazo fue inmediato y no podía dejarla en paz. Carlos no pudo aguantarse las ganas de consumar el matrimonio y la hizo su esposa con una velocidad casi indecente. Al inicio, fue solamente una atracción sexual galopante porque la chica no hablaba más que su alemán natal, y como para retozar en el lecho a veces solo gruñidos se precisan, Carlos y su adorada Isabeau la pasaron bien en los primeros años de su enlace. Carlos como rey era afable, amante de la muchedumbre, generoso, accesible y amable. Isabeau, sensual y frívola como ella sola, aprovechó que tenía de las narices al marido para mostrar el cobre En abril de 1892, Carlos se vio aquejado de una extraña dolencia, y sus uñas y cabellos se le cayeron. Luego tuvo ataques súbitos de fiebre y se comportaba de forma incoherente. En agosto Carlos cabalgaba a la cabeza de un grupo de caballeros cuando un hombre extraño le alcanzó y le habló de tragedias y traiciones por venir.Carlos continuó cabalgando pero durante el viaje, un paje accidentalmente botó una lanza y Carlos creyó que era un atentado. Carlos desenvainó la espada y antes que los acompañantes pudieran hacer algo, mató a 4 de los integrantes del cortejo. El rey se lanzó al suelo, donde yació inmóvil, mudo y con los ojos girando como enloquecido.Los cortesanos lo montaron en una carreta de bueyes y durante dos días Carlos estuvo en coma. Con la ayuda del galeno Guillermo de Harcigny, logró una recuperación parcial. Al enterarse el rey de lo sucedido, lloró como plañidera malpagada. Las cosas empeorarían el 28 de enero de 1393 cuando la reina dio un baile en el cual varios caballeros acudieron vestidos de locos. Accidentalmente uno de ellos volcó una antorcha y 4 de ellos se quemaron hasta morir. Carlos esa vez fue salvado por la Duquesa de Berry, quien apagó las llamas del traje real con sus enaguas. Isabeau se desmayó del susto. Sin embargo el accidente dejó huella en la siquis ya debilitada del rey y en junio de ese año tuvo otro ataque de locura. Un cirujano le taladró el cráneo al rey esperando "aliviar la presión de se revuelve en su sesera". Carlos mejoró temporalmente, pero en 1395 ya estba mal de nuevo. En 1397 Carlos pidió que le quitaran su espada dado que sentía que se ponía peor. Algunos galenos y sacerdotes opinaron que Carlos era víctima de brujería y en 1398 se intentó exorcisarlo.Carlos lloraba cuando tenía los ataques, y estos cada vez se hicieron más frecuentes y largos. En medio de sus delirios, Carlos juraba llamarse Jorge, negando que fuera rey o que tuviera mujer e hijos. Corría de un cuarto a otro sin parar, acabando exhausto. Se meaba en la ropa y destruía muebles. Sufría complejo de persecusión y le dio por creer que él estaba hecho de vidrio. Pedía que su ropa tuviera alambres de hierro para evitar que él se rompiera dentro de ellas. En 1405 Carlos se negó a que le cambiaran ropa de cama y pronto se vio atacado por piojos y ronchas cutáneas. Después de tratamientos drásticos, Carlos acordó lavarse, rasurarse y poner atención a las riendas del gobierno. Isabeau continuó compartiendo la cama de su marido hasta 1407 a pesar de que Carlos en su esquizofrenia en cuanto la adoraba la repudiaba. Tanta repulsión y miedo la causaba su marido que Isabeau le consiguió una querida para saciar los ardientes deseos del loco: Odette de Champdivers. Mientras tanto, Isabeau halló consuelo en los brazos de su cuñado Luis de Orléans, quien la había piropeado desde que la muchacha había llegado a Francia. Se dudó de la legitimidad de los hijos menores de Isabeau y el amorío con el cuñadito estaba en lo mejorcito cuando nació el joven Carlos, quien habría de pasar a la historia como Carlos VII de Francia, el Pusilánime y Bienservido. Aunque el cuerpo de Carlos VI seguía en buen estado, su mente era un desastre. Una lucha de poder por la custodia del enfermo soberano se dio entre su hermano Luis de Orleans(quien le estaba haciendo el turno con Isabeau) y Juan sin Miedo de Borgoña, y el desenlace fatal se dio cuando Juancito hizo honor a su nombre mandando a asesinar a Luis en noviembre de 1407. La reina Isabeau cambiaba de amantes como maniquí en un desfile de modas y se hizo aliada de los asesinos de su amante , entrando en grandes migas con Juan sin Miedo. Aprovechando que los nobles peleaban como perros entre sí y el rey estaba loco, Enrique V de Inglaterra invadió Francia en 1415 y sus tropas triunfaron en la espantosa Batalla de Agincourt.Con el correr de los años, tanto bacanal y comida acabó con la buena silueta de Isabeau, quien se hizo tan elefantiásica que debía moverse a bordo de una silla de ruedas. Se retiró a vivir a Vincennes con sus caniches y pajecillos.El conde Bernard de Armagnac cuidaba de la prole de Isabeau, pero cuando supo que la gordiflona seguía de intrigante con el Duque de Borgoña, le fue con el cuecho al Loco Chale. Azuzado por su heredero-Carlos, quien lo más seguro es que no llevaba su sangre-Carlos VI se fue con el muchacho a Vincennes a arrestar al Conde de Armagnac y para arrestar al amante más reciente de su mujer. El favorito real fue torturado, estrangulado y lanzado al Río Sena en un saco de cuero. Isabeu fue despedida en desgracia con la sanción oficial de "conducta disoluta de sus damas". En 1419 el heredero de 16 años fue desacreditado, cuando Juan sin Miedo fue despedazado en medio de una reunión que sostenían. A cambio de una pensión vitalicia para seguirse atiborrando como chancho, Isabeau declaró que el Delfín Carlos era bastardo. Isabeau además dio a su hija Catalina en matrimonio a Enrique V de Inglaterra y los reconoció como herederos de la corona francesa en un acto de traición abominable. Enrique V trajo a Carlos VI de vuelta a París, ya que lo habían dejado botado y desatendido como calache viejo en Senlis,y en otoño de 1422 el rey se enfermó de nuevo, muriendo en medio de delirios. El trono fue a parar al bebé de Enrique V, quien fue llamdo Enrique VI de Inglaterra y Francia...

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