Federíco Guillermo, el rey sopapeador de Prusia
Cecilia Ruiz de Ríos
Cuando uno de mis alumnos me explicó unos enormes moretones en el brazo y las rodillas afirmando que su señor padre le había cobrado caro por sus malas calificaciones, como enemiga del castigo físico a los niños palidecí, pero tuve que reconocer que en la historia, nadie más sopapeador que el rey Federico Guillermo I de Prusia.
Federico Guillermo no traía de donde ser buena cosa. Nacido en 1688 como hijo del primer rey prusiano Federico I. El papi de Federico Guillermo adoraba a su esposa pero la martirizó tomando una amante dado que él creía que era lo que se esperaba de él como monarca. Federico I aspiraba a ser una fotocopia del rey galo Luis XIV, pero sus finanzas no daban para tanto boato. Federico Guillermo supo de estrecheces mientras crecía, y quizás por eso mostró una cabeza fría a la hora de sacar las cuentas. Para 1711, harto de los sueños de grandeza de su atolondrado padre, Federico Guillermo presentó a su progenitor con fuertes evidencias de los malos manejos financieros y el hecho que el primer ministro literalmente había saqueado el erario.
Cuando Federico I murió en 1713,su adusto heredero le dio un funeral lujoso pero al día siguiente, comenzó a recortar presupuestos por doquier. Federico Guillermo dio el ejemplo pagando sus impuestos de consumo y prohibió que se dejaran candelabros humeando toda la noche en su palacio. Vivía con frugalidad, trabajaba desde las 5 de la madrugada y se dio a la tarea de levantar el nivel de vida de su pueblo, promoviendo el cultivo de granos en las granjas y la ganadería. Era implacable con los funcionarios estatales que desarrollaban sus tareas "in absencia" (se imaginan a este rey enfrentando al aparato estatal nica?), puso a las mercaderas a que tejieran medias mientras esperaban clientes y hasta personalmente se ocupó de romper los vestidos lujosos de mujeres coquetas que se encontrara en la calle.
A pesar de su odio hacia su primo Jorge II de Inglaterra, Federico Guillermo I tuvo que casarse con la hermana de éste, Sofía Dorotea. Al inicio la luna de miel pareció promisoria, pero luego Federico Guillermo amenazó con divorciarse de su prima-esposa si ella no daba muestras de ser una "mujer de ñeque." Resulta que Sofía tenía gusto excesivo por los ropajes finos, las joyas, la comida muy condimentada, estar echada todo el día en cama sin hacer nada, y era una ludópata consumada que perdía sumas jugosas en la mesa de juego. Federico Guillermo despidió a muchos sirvientes para ahorrar dinero, y puso a su encopetada mujer a lavar su propia ropa, algo nunca visto. En lo único que no ahorró Federico Guillermo I fue en su simienta, ya que Sofía habría de parir 14 muchachos. El tercer hijo de esta enorme marimba fue nada menos que el futuro monarca Federico II de Prusia, considerado como uno de los hombres más dotados de la historia.
Federico Guillermo I nunca abrumó a su hijito con besos ni nada por el estilo. Siendo apenas un niñito, lo hacía levantarse al sonido de un cañón bajo su ventana. A los 6 años Federico Guillermo I le dio a su chiquito un regimiento de niños para convertirlos en cadetes miniaturas. Cualquier desobediencia del pequeño Federico le garantizaba una zopilotera de golpes por cortesía de su padre, quien después de tanto fabricar hijos con su esposa, comenzó a mostrar una inquietante faceta:le gustaban los soldados altotes, cheles, fornidos y rudos. Federico Guillermo I hizo que su equipo de reclutamiento buscara hombres gigantones por todo el reino para ofrecerles jugosos puestos de oficiales en sus tropas. No podía abstenerse de acariciarlos, pero jamás tuvo un gesto de cariño para con su propio Federico. Durante un banquete, cuando Federico tenía 12 añitos de edad, comenzó a regañarlo ante los comensales.
Pronto la ira de Federico Guillermo I fue montando más y más hasta que acabó lanzándole encima platos con todo y comida caliente. Federico comenzó a odiar a su padre en secreto, guardando mucho rencor por las brutales palizas que su progenitor le daba. Sofía tomaba partido de su hijo, lo cual empeoraba las cosas para el pobre Federico. Federico Guillermo I siempre padeció de ataques, comenzando a los 19 años con uno tan severo que tuvo cólicos,fiebres y desmayos por varios días. Tras cumplir los 39 años de edad, se hizo cada vez más irascible. Al encontrarse con su hijo Federico(a quien llamaban cariñosamente Fritz), hacía que el muchacho se arrodillara y pidiera perdón aunque no hubiera hecho nada. Fritz a menudo se sinceraba con su hermana Guillermina, quien le brindaba consuelo tras las sopapeadas. En 1727 Federico Guillermo I tuvo un serio colapso nervioso.
Dos años luego, un severo ataque lo dejó insomne y con brotes de gota. Fumaba y bebía sin medida. Tenía un guaro tan pavoroso que hasta sus amigos lo desertaban cuando estaba bolo. Tras una grotesca pateada que Federico Guillermo I le pegó a Fritz durante un evento militar-delante del rey Augusto II el Fuerte de Polonia-Fritz fue encarcelado por órdenes de su papi. Fritz fue obligado a presenciar la ejecución de un teniente que era su amigo. Federico Guillermo I llegó a contemplar la ejecución de su mismito hijo, pero al no poderla llevar a cabo planificó desheredar a Fritz. Afortunadamente, ninguna de las dos cosas sucedió. En 1731 Federico I Guillermo I obligó a Fritz a casarse con Isabel Cristina de Brunswick, quien era gorda, fea, lerda pero amable. Fritz nunca pudo amarla.
En 1734 Prusia apoyó a Austria en una campaña militar, y Federico Guillermo fue al frente al visitar a sus hombres. El caos que prevaleció asqueó al rey, quien regresó iracundo, cansado, con gota y problemas cardíacos a casa. Federico Guillermo I logró recuperarse lo suficiente como para seguir sopapeando a su hijo.
La gordura se apoderó del Rey Soldado, a como era llamado, y la hidropesía se añadió a los 123 kilos de peso que llegó a ostentar. Al verlo tan enfermo, Fritz sintió un asomo de lástima y ofreció viajar para traerle al mejor doctor, pero el malagradecido viejo gordo solo atinó a decirle a su hijo que su propio médico acabaría matándolo de todas formas. Los dolores se intensificaron, y la mañana del 31 de mayo de 1740 hizo que lo llevaran a los aposentos de su pobre esposa Sofía solo para gritarle,"Levántante, floja, que hoy me voy a morir!" Tras esta expresión, fue devuelto a su cuarto, hizo que le sacaran sus caballos de los establos para poderlos ver desde la ventana de su dormitorio y pocas horas luego murió. Fritz heredó el trono, respiró de alivio, y no soltó lágrima alguna. Luego Fritz, ya como Federico II El Grande de Prusia, procedió a convertirse en un monarca ilustradísimo, tremendo patrono de las artes, excelente historiador, insuperable soldado, eximio repostero, buen flautista, gran compositor y uno de los hombres más dotados de toda la historia a pesar de haber tenido el padre más cruel de todos los tiempos
Cecilia Ruiz de Ríos
Cuando uno de mis alumnos me explicó unos enormes moretones en el brazo y las rodillas afirmando que su señor padre le había cobrado caro por sus malas calificaciones, como enemiga del castigo físico a los niños palidecí, pero tuve que reconocer que en la historia, nadie más sopapeador que el rey Federico Guillermo I de Prusia.
Federico Guillermo no traía de donde ser buena cosa. Nacido en 1688 como hijo del primer rey prusiano Federico I. El papi de Federico Guillermo adoraba a su esposa pero la martirizó tomando una amante dado que él creía que era lo que se esperaba de él como monarca. Federico I aspiraba a ser una fotocopia del rey galo Luis XIV, pero sus finanzas no daban para tanto boato. Federico Guillermo supo de estrecheces mientras crecía, y quizás por eso mostró una cabeza fría a la hora de sacar las cuentas. Para 1711, harto de los sueños de grandeza de su atolondrado padre, Federico Guillermo presentó a su progenitor con fuertes evidencias de los malos manejos financieros y el hecho que el primer ministro literalmente había saqueado el erario.
Cuando Federico I murió en 1713,su adusto heredero le dio un funeral lujoso pero al día siguiente, comenzó a recortar presupuestos por doquier. Federico Guillermo dio el ejemplo pagando sus impuestos de consumo y prohibió que se dejaran candelabros humeando toda la noche en su palacio. Vivía con frugalidad, trabajaba desde las 5 de la madrugada y se dio a la tarea de levantar el nivel de vida de su pueblo, promoviendo el cultivo de granos en las granjas y la ganadería. Era implacable con los funcionarios estatales que desarrollaban sus tareas "in absencia" (se imaginan a este rey enfrentando al aparato estatal nica?), puso a las mercaderas a que tejieran medias mientras esperaban clientes y hasta personalmente se ocupó de romper los vestidos lujosos de mujeres coquetas que se encontrara en la calle.
A pesar de su odio hacia su primo Jorge II de Inglaterra, Federico Guillermo I tuvo que casarse con la hermana de éste, Sofía Dorotea. Al inicio la luna de miel pareció promisoria, pero luego Federico Guillermo amenazó con divorciarse de su prima-esposa si ella no daba muestras de ser una "mujer de ñeque." Resulta que Sofía tenía gusto excesivo por los ropajes finos, las joyas, la comida muy condimentada, estar echada todo el día en cama sin hacer nada, y era una ludópata consumada que perdía sumas jugosas en la mesa de juego. Federico Guillermo despidió a muchos sirvientes para ahorrar dinero, y puso a su encopetada mujer a lavar su propia ropa, algo nunca visto. En lo único que no ahorró Federico Guillermo I fue en su simienta, ya que Sofía habría de parir 14 muchachos. El tercer hijo de esta enorme marimba fue nada menos que el futuro monarca Federico II de Prusia, considerado como uno de los hombres más dotados de la historia.
Federico Guillermo I nunca abrumó a su hijito con besos ni nada por el estilo. Siendo apenas un niñito, lo hacía levantarse al sonido de un cañón bajo su ventana. A los 6 años Federico Guillermo I le dio a su chiquito un regimiento de niños para convertirlos en cadetes miniaturas. Cualquier desobediencia del pequeño Federico le garantizaba una zopilotera de golpes por cortesía de su padre, quien después de tanto fabricar hijos con su esposa, comenzó a mostrar una inquietante faceta:le gustaban los soldados altotes, cheles, fornidos y rudos. Federico Guillermo I hizo que su equipo de reclutamiento buscara hombres gigantones por todo el reino para ofrecerles jugosos puestos de oficiales en sus tropas. No podía abstenerse de acariciarlos, pero jamás tuvo un gesto de cariño para con su propio Federico. Durante un banquete, cuando Federico tenía 12 añitos de edad, comenzó a regañarlo ante los comensales.
Pronto la ira de Federico Guillermo I fue montando más y más hasta que acabó lanzándole encima platos con todo y comida caliente. Federico comenzó a odiar a su padre en secreto, guardando mucho rencor por las brutales palizas que su progenitor le daba. Sofía tomaba partido de su hijo, lo cual empeoraba las cosas para el pobre Federico. Federico Guillermo I siempre padeció de ataques, comenzando a los 19 años con uno tan severo que tuvo cólicos,fiebres y desmayos por varios días. Tras cumplir los 39 años de edad, se hizo cada vez más irascible. Al encontrarse con su hijo Federico(a quien llamaban cariñosamente Fritz), hacía que el muchacho se arrodillara y pidiera perdón aunque no hubiera hecho nada. Fritz a menudo se sinceraba con su hermana Guillermina, quien le brindaba consuelo tras las sopapeadas. En 1727 Federico Guillermo I tuvo un serio colapso nervioso.
Dos años luego, un severo ataque lo dejó insomne y con brotes de gota. Fumaba y bebía sin medida. Tenía un guaro tan pavoroso que hasta sus amigos lo desertaban cuando estaba bolo. Tras una grotesca pateada que Federico Guillermo I le pegó a Fritz durante un evento militar-delante del rey Augusto II el Fuerte de Polonia-Fritz fue encarcelado por órdenes de su papi. Fritz fue obligado a presenciar la ejecución de un teniente que era su amigo. Federico Guillermo I llegó a contemplar la ejecución de su mismito hijo, pero al no poderla llevar a cabo planificó desheredar a Fritz. Afortunadamente, ninguna de las dos cosas sucedió. En 1731 Federico I Guillermo I obligó a Fritz a casarse con Isabel Cristina de Brunswick, quien era gorda, fea, lerda pero amable. Fritz nunca pudo amarla.
En 1734 Prusia apoyó a Austria en una campaña militar, y Federico Guillermo fue al frente al visitar a sus hombres. El caos que prevaleció asqueó al rey, quien regresó iracundo, cansado, con gota y problemas cardíacos a casa. Federico Guillermo I logró recuperarse lo suficiente como para seguir sopapeando a su hijo.
La gordura se apoderó del Rey Soldado, a como era llamado, y la hidropesía se añadió a los 123 kilos de peso que llegó a ostentar. Al verlo tan enfermo, Fritz sintió un asomo de lástima y ofreció viajar para traerle al mejor doctor, pero el malagradecido viejo gordo solo atinó a decirle a su hijo que su propio médico acabaría matándolo de todas formas. Los dolores se intensificaron, y la mañana del 31 de mayo de 1740 hizo que lo llevaran a los aposentos de su pobre esposa Sofía solo para gritarle,"Levántante, floja, que hoy me voy a morir!" Tras esta expresión, fue devuelto a su cuarto, hizo que le sacaran sus caballos de los establos para poderlos ver desde la ventana de su dormitorio y pocas horas luego murió. Fritz heredó el trono, respiró de alivio, y no soltó lágrima alguna. Luego Fritz, ya como Federico II El Grande de Prusia, procedió a convertirse en un monarca ilustradísimo, tremendo patrono de las artes, excelente historiador, insuperable soldado, eximio repostero, buen flautista, gran compositor y uno de los hombres más dotados de toda la historia a pesar de haber tenido el padre más cruel de todos los tiempos
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