DE BIEN AMADA A ODIADA: Ma. Antonieta de Habsburgo, reina de Francia.
Cecilia Ruiz de Ríos
Quizás porque es una de las personas más obnoxias que han pasado por este mundo, he venido ignorando la figura de la altiva Ma.Antonieta de Habsburgo, pero han sido tantos los que me la han solicitado que no tengo más remedio que escribir sobre ella. María Antonia de Habsburgo, que era el nombre real de esta monarca, prueba que no todo hijo de tigre sale rayado, pues su madre era una mujer de ñeque.
Esta rubia chavala era la hija menor de nada menos que la formidable emperatriz Ma. Teresa de Austria-una de las mejores estadistas de la historia-y de su zanganete maridito Francisco de Lorena.Vino al mundo un 2 de noviembre de 1755 y creció muy mimada. Siendo apenas una chiquilla, recibió su primera oferta de matrimonio: cuando el prodigio infantil Wolfgang Amadeus Mozart llegó a tocar ante la familia real austríaca, el muchachito que era el futuro genio se cayó y comenzó a llorar. La emperatriz Ma. Teresa corrió a chinearlo y Ma. Antonieta lo besó. El agradecido chiquito expresó su gratitud ofreciéndole boda a la archiquesa niña, y muchos, sabiendo el triste final de Ma. Antonieta, opinan que quizás hubiera sido mil veces más feliz con el alegre músico que con su sonso y feo marido Luis XVI. Apenas había tenido Ma. Antonieta su primera regla cuando sehicieron los amarres finales para una boda con el delfín de Francia, el futuro rey Luis XVI, y en 1774 Ma. Antonieta(quien optó por llamarse así afrancesando su nombre)se vio matrimoniada sin amor con el fofo Luis.
Al inicio, Ma. Antonieta fue muy amada por todos, aunque no por su marido quien no le puso la mano encima en la noche de bodas ni en años posteriores porque padecía de fimosis.La joven era idolatrada por su bondad y dulzura con los menos privilegiados. A veces se disfrazaba e iba con sus doncellas por los barrios pobres de París para conocer las vicisitudes del pueblo. En su fuero interno, Ma. Antonieta fue muy desdichada al ver que su marido no podía consumar el matrimonio con ella. Luis debería ser operado antes que pudieran relacionarse comno marido y mujer, pero en el diario de su noche de bodas quedó plasmado el fatídico NADA. Pasarían 3 años antes que Luis pudiera operarse para quedar "servible." El trauma que le dejó a Ma. Antonieta la impotencia inicial de su esposo la haría fría y distante en sus relaciones personales, y se hizo muy discriminativa en cuanto a quiénes eran dignas de sus confidencias. Muchas damas de la corte le cobraron odio y se encargaron de regar las más lúbricas historias en cuanto a su comportamiento.
Para colmo, Ma. Antonieta al estar lejos de la disciplina férrea de su madre, se había echado " a la calle de en medio" en cuanto a sus formas de vestir y comportarse. Era extravagante en sus gastos, comprando ropas y joyas a más no poder. La abundancia de su vestuario no significaba que anduviera elegante, e hizo gala de un mal gusto altamente criticable. Al no encontrar solaz en su lecho matrimonial, comenzó a tener amantes que pudieran satisfacer su insaciable líbido. El populacho, odiando su derroche y malas costumbres, comenzó a llamarla "la p...austríaca" y "Madame Déficit". Cuando estalló el escándalo de un costosísimo collar que ella compró mientras el pueblo se moría de hambre, el resentimiento del pueblo francés no tuvo límites. Nunca se ha podido comprobar si en realidad Ma. Antonieta espetó "Pues que se harten tortas!" cuando un funcionario le mencionó que los pobres de París no tenían pan, pero la leyenda negra en torno a esta chela cada vez se fue haciendo peor.Entre los amantes de la reina se mencionan a Arthur Dillon, el Duque de Lauzun y el enamoradísimo Axel von Fersen(quien la pronunció "absolutamente deliciosa y fogosa"), sin obviar a Barón de Besenval, el Príncipe de Ligne y el conde de Vaudreuil. María Antonieta en una ocasión confesó estar llevando peor vida que una meretriz despreciable, y la noche antes de la coronación en 1775, ella estuvo en la Porte de Neuve en Reims ataviada como bacante. En esa noche pasó tres horas completas copulando desenfrenadamente con un joven a quien ella llamó Hercules, mientras su tonto esposo Luis suponía que estaba rezando al igual que él. Posteriormente, se supo que se encerró con el conde de Artois en Le Trianon con varios manuales de técnica sexual oriental para aprender posiciones nueva e inventar algunas propias. El colmo fue cuando se dijo que también le gustaban las mujeres y que algunas de sus damas de compañía le servían además para refocilarse con ella.
Ma. Antonieta además era una ludópata que podía pasar horas y días enteros con los juegos de azar apostando cantidades navegables. Luis XVI, su marido, era el hazmerreír de todos. Lo llamaban "La Corona de Cuernos" y se mofaban de su carácter manso y pusilánime. Los ecologistas de odian al atolondrado Luis pues salía a cazar indiscriminadamente en los bosques de París, y se cree que él llevó a la extinción a varias especies locales. En 1789, Ma. Antonieta pudo saborear la amargura del desprecio público.Al pasar por una muchedumbre, todos gritaban en contra suya y pedían su muerte. El hecho de que ya había parido varios herederos a Luis XVI no servía de atenuante. Cagliostro, un charlatán que frecuentaba el círculo de la nobleza francesa, le predijo a Ma. Antonieta y a su esposo una muerte violenta.
El 14 de julio de 1789 una enfurecida muchedumbre parisina asaltó la fortaleza de la Bastilla, liberando un puñado de prisioneros entre los cuales iba pegando gritos el rubio Marqués de Sade. La revolución francesa avanzaba entre sangre y violencia, y cuando la monarquía absoluta se abolió en Francia, eso fue el inicio del fin de esta altiva señora.La familia real fue encerrada en el temple bajo vigilancia de la comuna. La princesa de Lamballe, una de las amigas más fieles de Ma. Antonieta, pagó por su devoción siendo llevada a la guillotina. Su cabeza fue colocada para que la reina pudiera ver el macabro cuadro cada vez que se asomara a la ventana. Tras la ejecución de su cornudo marido, Ma. Antonieta fue trasladada junto a sus hijos el 21 de enero de 1793 a la Conciergerie. Una vez ahí, fue separada de los retoños a los cuales nunca les había puesto mucha atención cuando era feliz y frívola. El 16 de octubre del mismo año, tras ocho meses de cautiverio, fue llevada a la guillotina tras haber apelado a las madres francesas para que no la mataran, lo cual resultó ridículo ya que como madre Ma. Antonieta no fue de las mejores.Una vez ante la muerte, se entregó con dignidad y luciendo una pinta bastante sobria, lo cual contrastaba con su habitual lujo.
Cecilia Ruiz de Ríos
Quizás porque es una de las personas más obnoxias que han pasado por este mundo, he venido ignorando la figura de la altiva Ma.Antonieta de Habsburgo, pero han sido tantos los que me la han solicitado que no tengo más remedio que escribir sobre ella. María Antonia de Habsburgo, que era el nombre real de esta monarca, prueba que no todo hijo de tigre sale rayado, pues su madre era una mujer de ñeque.
Esta rubia chavala era la hija menor de nada menos que la formidable emperatriz Ma. Teresa de Austria-una de las mejores estadistas de la historia-y de su zanganete maridito Francisco de Lorena.Vino al mundo un 2 de noviembre de 1755 y creció muy mimada. Siendo apenas una chiquilla, recibió su primera oferta de matrimonio: cuando el prodigio infantil Wolfgang Amadeus Mozart llegó a tocar ante la familia real austríaca, el muchachito que era el futuro genio se cayó y comenzó a llorar. La emperatriz Ma. Teresa corrió a chinearlo y Ma. Antonieta lo besó. El agradecido chiquito expresó su gratitud ofreciéndole boda a la archiquesa niña, y muchos, sabiendo el triste final de Ma. Antonieta, opinan que quizás hubiera sido mil veces más feliz con el alegre músico que con su sonso y feo marido Luis XVI. Apenas había tenido Ma. Antonieta su primera regla cuando sehicieron los amarres finales para una boda con el delfín de Francia, el futuro rey Luis XVI, y en 1774 Ma. Antonieta(quien optó por llamarse así afrancesando su nombre)se vio matrimoniada sin amor con el fofo Luis.
Al inicio, Ma. Antonieta fue muy amada por todos, aunque no por su marido quien no le puso la mano encima en la noche de bodas ni en años posteriores porque padecía de fimosis.La joven era idolatrada por su bondad y dulzura con los menos privilegiados. A veces se disfrazaba e iba con sus doncellas por los barrios pobres de París para conocer las vicisitudes del pueblo. En su fuero interno, Ma. Antonieta fue muy desdichada al ver que su marido no podía consumar el matrimonio con ella. Luis debería ser operado antes que pudieran relacionarse comno marido y mujer, pero en el diario de su noche de bodas quedó plasmado el fatídico NADA. Pasarían 3 años antes que Luis pudiera operarse para quedar "servible." El trauma que le dejó a Ma. Antonieta la impotencia inicial de su esposo la haría fría y distante en sus relaciones personales, y se hizo muy discriminativa en cuanto a quiénes eran dignas de sus confidencias. Muchas damas de la corte le cobraron odio y se encargaron de regar las más lúbricas historias en cuanto a su comportamiento.
Para colmo, Ma. Antonieta al estar lejos de la disciplina férrea de su madre, se había echado " a la calle de en medio" en cuanto a sus formas de vestir y comportarse. Era extravagante en sus gastos, comprando ropas y joyas a más no poder. La abundancia de su vestuario no significaba que anduviera elegante, e hizo gala de un mal gusto altamente criticable. Al no encontrar solaz en su lecho matrimonial, comenzó a tener amantes que pudieran satisfacer su insaciable líbido. El populacho, odiando su derroche y malas costumbres, comenzó a llamarla "la p...austríaca" y "Madame Déficit". Cuando estalló el escándalo de un costosísimo collar que ella compró mientras el pueblo se moría de hambre, el resentimiento del pueblo francés no tuvo límites. Nunca se ha podido comprobar si en realidad Ma. Antonieta espetó "Pues que se harten tortas!" cuando un funcionario le mencionó que los pobres de París no tenían pan, pero la leyenda negra en torno a esta chela cada vez se fue haciendo peor.Entre los amantes de la reina se mencionan a Arthur Dillon, el Duque de Lauzun y el enamoradísimo Axel von Fersen(quien la pronunció "absolutamente deliciosa y fogosa"), sin obviar a Barón de Besenval, el Príncipe de Ligne y el conde de Vaudreuil. María Antonieta en una ocasión confesó estar llevando peor vida que una meretriz despreciable, y la noche antes de la coronación en 1775, ella estuvo en la Porte de Neuve en Reims ataviada como bacante. En esa noche pasó tres horas completas copulando desenfrenadamente con un joven a quien ella llamó Hercules, mientras su tonto esposo Luis suponía que estaba rezando al igual que él. Posteriormente, se supo que se encerró con el conde de Artois en Le Trianon con varios manuales de técnica sexual oriental para aprender posiciones nueva e inventar algunas propias. El colmo fue cuando se dijo que también le gustaban las mujeres y que algunas de sus damas de compañía le servían además para refocilarse con ella.
Ma. Antonieta además era una ludópata que podía pasar horas y días enteros con los juegos de azar apostando cantidades navegables. Luis XVI, su marido, era el hazmerreír de todos. Lo llamaban "La Corona de Cuernos" y se mofaban de su carácter manso y pusilánime. Los ecologistas de odian al atolondrado Luis pues salía a cazar indiscriminadamente en los bosques de París, y se cree que él llevó a la extinción a varias especies locales. En 1789, Ma. Antonieta pudo saborear la amargura del desprecio público.Al pasar por una muchedumbre, todos gritaban en contra suya y pedían su muerte. El hecho de que ya había parido varios herederos a Luis XVI no servía de atenuante. Cagliostro, un charlatán que frecuentaba el círculo de la nobleza francesa, le predijo a Ma. Antonieta y a su esposo una muerte violenta.
El 14 de julio de 1789 una enfurecida muchedumbre parisina asaltó la fortaleza de la Bastilla, liberando un puñado de prisioneros entre los cuales iba pegando gritos el rubio Marqués de Sade. La revolución francesa avanzaba entre sangre y violencia, y cuando la monarquía absoluta se abolió en Francia, eso fue el inicio del fin de esta altiva señora.La familia real fue encerrada en el temple bajo vigilancia de la comuna. La princesa de Lamballe, una de las amigas más fieles de Ma. Antonieta, pagó por su devoción siendo llevada a la guillotina. Su cabeza fue colocada para que la reina pudiera ver el macabro cuadro cada vez que se asomara a la ventana. Tras la ejecución de su cornudo marido, Ma. Antonieta fue trasladada junto a sus hijos el 21 de enero de 1793 a la Conciergerie. Una vez ahí, fue separada de los retoños a los cuales nunca les había puesto mucha atención cuando era feliz y frívola. El 16 de octubre del mismo año, tras ocho meses de cautiverio, fue llevada a la guillotina tras haber apelado a las madres francesas para que no la mataran, lo cual resultó ridículo ya que como madre Ma. Antonieta no fue de las mejores.Una vez ante la muerte, se entregó con dignidad y luciendo una pinta bastante sobria, lo cual contrastaba con su habitual lujo.
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