El Odioso padrastro de la magna carta: Juan sin Tierra
Cecilia Ruiz de Ríos
Hace muchísimas lunas cuando era estudiante de secundaria, en la blanqueadísima y censuradísima historia(o atol) que nos daban nos pusieron al rey inglés Juan Sin Tierra como el sonriente monarca que redactó la primera real constitución de su país, por lo cual no me dio molestia que mis condiscípulos me llamaran Juan Sin Tierra a mí porque la rama paterna de mi alborotada familia me había deprovisto de mi herencia...Cuando ya fui a estudiar a Francia, la venda cayó de mis ojos y como allá no hay tapujos y al pan se le llama pan, descubrí que el tal Juan Sin Tierra fue uno de los soberanos más asquerosos de la historia, para gran decepción mía.
Juancito vino al mundo como producto de un parto difícil -por cierto el último-de la bellísima y sesuda reina Leonor de Aquitania, habiendo sido engendrado por el pavoso y desafortunado esposo de ésta, Enrique Ii de Plantagenet, rey de Inglaterra. Nacido un 24 de diciembre de 1167 como mal regalo de Niño Dios, era el favorito de su papi, pero le tocó presenciar las tiraderas de mechas entre sus padres, quienes comenzaron a pelear como ratones en celo durante su infancia. Dado que era el 4to. hijo macho, ya la cobija no dio para él y no se le destinaron tierras como herencia, por lo cual le llamaron Lackland(Sin Tierra). En casa del fiscal aprendería lo básico para gobernar y en el castillo de su hermano mayor Enrique lo necesario para las lides caballerescas. En ninguno de los dos sitios destacó por su brillantez. Juan, siendo el cumiche de la familia, a menudo se veía tropellado por sus hermanos mayores, entre los cuales estaban Guillermo, Enrique, Matilda, Ricardo(futuro Corazón de León), Geoffrey, Leonor y Juana La Malcriada.
A los 22 años, Juancito se casó con Isabella, apodada Hadwisa, hija del Earl de Gloucester. En 10 años de matrimonio la fea Hadwisa no pudo darle hijos a Juan, aunque por parte de una amante logró procrear a la bastarda Juana, quien posteriormente sería entregada en boda al rey de Gales Llywelyn. Juan estaba casado con Hadwisa cuando conoció a la bellísima y lujuriosa Isabella de Angulema, quien estaba destinada a casarse con Hugo de Lusignan. Ayme de Taillefer, conde de Angulema y papá de Isabella, desbarató el compromiso de su hija y optó por darla como segunda esposa de Juan en 1200.
Con esta mujer Juan tendría a sus hijos Enrique, Ricardo, Juana(repitiendo el nombre de su hija mayor bastarda) Isabella y Leonor, y al convencerse de que Isabella le odiaba y no le era fiel, procrearía por lo menos 11 bastardos más con diversas mujeres que iban desde criadas hasta condesas. El matrimonio de Juan con Isabella logró ser un genuino pozo de hiel, a pesar de que Juan se casó tan infatuado. Isabella se las pegaba hasta con el mozo caballerizo, y Juan a menudo le ató los amantes desnudos al pie de la cama para que presenciar cómo él los azotaba y humillaba. Juan a menudo se desquitaba en su esposa los desaires y derrotas sufridas... y vaya que tuvo numerosas, incluso antes de ser un hombre casado. En 1184 había enlazado cuernos con su hermano homosexual Ricardo, quien se negó a obedecer al padre de ambos que solicitaba al maricón que entregara las tierras de Aquitania a Juancito. En 1185 el viejo rey había mandado a su cumiche a gobernar Irlanda, donde Juan se enemistó tanto con la clase dominante como con los campesinos celtas. Cuando en 1189 Ricardo por fin se aplastó en el trono como rey, trató de ganarse la confianza de Juan entregándolo cantidades navegables de tierra, pero Juan ya llevaba en su corazón gran ponzoña contra su rubio hermano mayor. Tanto fue el rencor de Juan que cuando Ricardo se fue a las Cruzadas y fue capturado por los germanos en camino de regreso, Juan hizo todo lo posible por quitarse de encima a los administradores de Ricardo y casi usurpa la corna. Cuando Ricardo fue puesto en libertad en 1194, Juan tuvo que arrodillarse ante él pidiendo perdón y vivió como el sapo bajo la piedra por 5 años más.
Cuando Juan por fin se vio coronado un 27 de mayo de 1199 en la Abadía de Westminster, estaba apenas comenzando lo que sería uno de los reinados más turbulentos de la historia. Un pleito con la Iglesia Católica resultó en que Inglaterra fuera colocada "en capilla" por el Papa en 1207, siendo Juan excomulgado 2 años después cuando se negó a aceptar al candidato papal Stephen Langdon como arzobispo de Canterbury. Juan tuvo que bajar la frente ante Inocencio III. Los súbditos odiaron intensamente a Juan cuando ordenó el atroz asesinato de su sobrino Arturo de Bretaña, a quien hizo castrar previamente. No solo le odiaron en Irlanda, sino que los vasallos franceses le detestaron a tal punto que en 1205 perdió la última de sus posesiones francesas. Los 10 años finales de su reinado se agotaron en la búsqueda de formas para recuperar las tierras francesas perdidas. Tras incrementar los impuestos para poder pagar sus campañas bélicas, los barones hicieron una revuelta y capturaron Londres en mayo de 1215. El pueblo inglés, los nobles y la iglesia asediaron a Juan, logrando que por fin firmara la Magna Carta, o sea la constitución propiamente dicha de Inglaterra. Es falso que Juan haya redactado este documento, y probablemente solo estampó un garabato como firma pues su letra no era muy buena ya que era casi analfabeto. Los nobles, aún después de lograr queJuan firmara la Magna Carta, siguieron haciéndole la vida imposible y llegaron hasta a ofrecerle el trono a Luis, el hijo del rey galo Felipe II. Juan acabó su vida en medio de la turbulencia que había vivido, y durante la invasión de los franceses por el lado sur y la rebelión de sus barones en el norte, expiró agotado. Su trono fue heredado por su hijo Enrique III, quien siendo menor de edad fue coronado con una diadema de su lujuriosa madre Isabella. Isabella por su parte, ya libre del marido a quien tanto aborreció,desbarató el compromiso entre su hija Juana y Hugo de Lusignan, su primer prometido, y se quedó con el mandado casándose en segundas nupcias con quien fue el genuino amor de su vida. Hoy en día, muchos historiadores juzgan en otra perspectiva a Juan Sin Tierra, recordándole como un atribulado hombre que fue víctima de su propio carácter y quien llegó sin justicia a una corona que obviamente le quedaba demasiado grande.
Cecilia Ruiz de Ríos
Hace muchísimas lunas cuando era estudiante de secundaria, en la blanqueadísima y censuradísima historia(o atol) que nos daban nos pusieron al rey inglés Juan Sin Tierra como el sonriente monarca que redactó la primera real constitución de su país, por lo cual no me dio molestia que mis condiscípulos me llamaran Juan Sin Tierra a mí porque la rama paterna de mi alborotada familia me había deprovisto de mi herencia...Cuando ya fui a estudiar a Francia, la venda cayó de mis ojos y como allá no hay tapujos y al pan se le llama pan, descubrí que el tal Juan Sin Tierra fue uno de los soberanos más asquerosos de la historia, para gran decepción mía.
Juancito vino al mundo como producto de un parto difícil -por cierto el último-de la bellísima y sesuda reina Leonor de Aquitania, habiendo sido engendrado por el pavoso y desafortunado esposo de ésta, Enrique Ii de Plantagenet, rey de Inglaterra. Nacido un 24 de diciembre de 1167 como mal regalo de Niño Dios, era el favorito de su papi, pero le tocó presenciar las tiraderas de mechas entre sus padres, quienes comenzaron a pelear como ratones en celo durante su infancia. Dado que era el 4to. hijo macho, ya la cobija no dio para él y no se le destinaron tierras como herencia, por lo cual le llamaron Lackland(Sin Tierra). En casa del fiscal aprendería lo básico para gobernar y en el castillo de su hermano mayor Enrique lo necesario para las lides caballerescas. En ninguno de los dos sitios destacó por su brillantez. Juan, siendo el cumiche de la familia, a menudo se veía tropellado por sus hermanos mayores, entre los cuales estaban Guillermo, Enrique, Matilda, Ricardo(futuro Corazón de León), Geoffrey, Leonor y Juana La Malcriada.
A los 22 años, Juancito se casó con Isabella, apodada Hadwisa, hija del Earl de Gloucester. En 10 años de matrimonio la fea Hadwisa no pudo darle hijos a Juan, aunque por parte de una amante logró procrear a la bastarda Juana, quien posteriormente sería entregada en boda al rey de Gales Llywelyn. Juan estaba casado con Hadwisa cuando conoció a la bellísima y lujuriosa Isabella de Angulema, quien estaba destinada a casarse con Hugo de Lusignan. Ayme de Taillefer, conde de Angulema y papá de Isabella, desbarató el compromiso de su hija y optó por darla como segunda esposa de Juan en 1200.
Con esta mujer Juan tendría a sus hijos Enrique, Ricardo, Juana(repitiendo el nombre de su hija mayor bastarda) Isabella y Leonor, y al convencerse de que Isabella le odiaba y no le era fiel, procrearía por lo menos 11 bastardos más con diversas mujeres que iban desde criadas hasta condesas. El matrimonio de Juan con Isabella logró ser un genuino pozo de hiel, a pesar de que Juan se casó tan infatuado. Isabella se las pegaba hasta con el mozo caballerizo, y Juan a menudo le ató los amantes desnudos al pie de la cama para que presenciar cómo él los azotaba y humillaba. Juan a menudo se desquitaba en su esposa los desaires y derrotas sufridas... y vaya que tuvo numerosas, incluso antes de ser un hombre casado. En 1184 había enlazado cuernos con su hermano homosexual Ricardo, quien se negó a obedecer al padre de ambos que solicitaba al maricón que entregara las tierras de Aquitania a Juancito. En 1185 el viejo rey había mandado a su cumiche a gobernar Irlanda, donde Juan se enemistó tanto con la clase dominante como con los campesinos celtas. Cuando en 1189 Ricardo por fin se aplastó en el trono como rey, trató de ganarse la confianza de Juan entregándolo cantidades navegables de tierra, pero Juan ya llevaba en su corazón gran ponzoña contra su rubio hermano mayor. Tanto fue el rencor de Juan que cuando Ricardo se fue a las Cruzadas y fue capturado por los germanos en camino de regreso, Juan hizo todo lo posible por quitarse de encima a los administradores de Ricardo y casi usurpa la corna. Cuando Ricardo fue puesto en libertad en 1194, Juan tuvo que arrodillarse ante él pidiendo perdón y vivió como el sapo bajo la piedra por 5 años más.
Cuando Juan por fin se vio coronado un 27 de mayo de 1199 en la Abadía de Westminster, estaba apenas comenzando lo que sería uno de los reinados más turbulentos de la historia. Un pleito con la Iglesia Católica resultó en que Inglaterra fuera colocada "en capilla" por el Papa en 1207, siendo Juan excomulgado 2 años después cuando se negó a aceptar al candidato papal Stephen Langdon como arzobispo de Canterbury. Juan tuvo que bajar la frente ante Inocencio III. Los súbditos odiaron intensamente a Juan cuando ordenó el atroz asesinato de su sobrino Arturo de Bretaña, a quien hizo castrar previamente. No solo le odiaron en Irlanda, sino que los vasallos franceses le detestaron a tal punto que en 1205 perdió la última de sus posesiones francesas. Los 10 años finales de su reinado se agotaron en la búsqueda de formas para recuperar las tierras francesas perdidas. Tras incrementar los impuestos para poder pagar sus campañas bélicas, los barones hicieron una revuelta y capturaron Londres en mayo de 1215. El pueblo inglés, los nobles y la iglesia asediaron a Juan, logrando que por fin firmara la Magna Carta, o sea la constitución propiamente dicha de Inglaterra. Es falso que Juan haya redactado este documento, y probablemente solo estampó un garabato como firma pues su letra no era muy buena ya que era casi analfabeto. Los nobles, aún después de lograr queJuan firmara la Magna Carta, siguieron haciéndole la vida imposible y llegaron hasta a ofrecerle el trono a Luis, el hijo del rey galo Felipe II. Juan acabó su vida en medio de la turbulencia que había vivido, y durante la invasión de los franceses por el lado sur y la rebelión de sus barones en el norte, expiró agotado. Su trono fue heredado por su hijo Enrique III, quien siendo menor de edad fue coronado con una diadema de su lujuriosa madre Isabella. Isabella por su parte, ya libre del marido a quien tanto aborreció,desbarató el compromiso entre su hija Juana y Hugo de Lusignan, su primer prometido, y se quedó con el mandado casándose en segundas nupcias con quien fue el genuino amor de su vida. Hoy en día, muchos historiadores juzgan en otra perspectiva a Juan Sin Tierra, recordándole como un atribulado hombre que fue víctima de su propio carácter y quien llegó sin justicia a una corona que obviamente le quedaba demasiado grande.
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