LINDA, OCURRENTE Y DE BUEN CORAZON :NELL GWYN LA QUERIDA BENEFICIOSA DE CHARLES II
Cecilia Ruiz de Ríos
Una de las mujeres más beneficiosas de la historia fue la inglesita Leonor Gwyn, más conocida como Nell Gwyn “la puta protestante”(a como ella se autollamaba muerta de risa) que hizo opíparamente feliz al alegre rey inglés Charles II Stuart de Inglaterra. Entre el establo de 13 queridas que tuvo este monarca, la única que no fue una arpía golosa fue Nell, quien jamás olvidó a los pobres ya que ella en su infancia también pasó hambre.
Nell nació a fines de febrero de 1650, hija de Thomas Gwyn y su esposa Rose. De extracción campesina, Nell conoció la pobreza y las privaciones desde niña, pero era bella con una gran mata de pelo rojizo, ojos magnéticos y un sentido del humor invencible. Siendo una llamativa adolescente, se puso a vender naranjas peladas para el consumo de los aficionados al teatro que visitaban el Teatro del Rey para gozar con dramas y comedias. Ocurrente, salaz, atrevida y muy alegre, sus bromas e inteligencia atrajeron la atención del famoso actor Charles Hart, quien no solo se la llevó al lecho sino que también convenció al literato John Dryden para que escribiera obras en las cuales Nell podía lucir su talento natural. Charles terminó de educarla y pronto fue reconocida como una gran comediante en un tiempo en que ser actriz era casi como una declaración abierta de ser prostituta. Cuando Charles Hart se aburrió de ella, la recomendó a su mecenas, Charles Sackville(Lord Buckhurst). Cuando llamó Nell la atención del rey Charles II, pasó sin reparos a su lecho. Posteriormente, en un derroche de buen humor, Nell se referiría al actor Hart como Charles I, al mecenas como Charles II y al monarca como Charles III.
El soberano, quien también tenía muy buen carácter y una lengua picante, se enamoró como loco de su rubicunda actriz, pero había un problema. Cuando el rey se enamoró de Nell, ya llevaba años de relaciones adúlteras con la lasciva y ambiciosa Bárbara Palmer, Lady Castlemaine. Bárbara se puso bárbaramente celosa y comenzó a perseguir a Nell. Bárbara estaba harta de compartir al rey con otras como la francesa Louise de Kerouaille-una francesa odiosa y católica que se creía prima hermana de Dios- y Francis Stewart(una peligrosa mosquita muerta con cara de monito tití). El arribo de Nell a este “harén”real era demasiado. Hubo escenas de celos, lágrimas y recriminaciones públicas por parte de Bárbara, quien a menudo no podía controlar sus malos modales y malacrianza de yegua consentida(ya le había parido varios espurios al rey, y el mismo monarca confesaba que tenía dudas en cuanto a si le “habían ayudado” a preñar a la lujuriosa Barbarita). Nell nunca fue codiciosa como las otras que le extricaron joyas, casas, carruajes y títulos al monarca a cambio de retozones en la cama. Nell confesaba amarlo sin reservas. Cuando Charles II le ofreció un título nobiliario, ella le sonó una risotada y le espetó,”Y para qué juco quiero yo ser una ramera titulada como tu Bárbara o tu Louise?Mejor regálame una lora para que haga juego conmigo!”
En una ocasión en que su carruaje modesto fue interceptado por una furiosa chusma, Nell sacó su linda carita, se bajó del vehículo y les dijo en tono meloso,”Oigan gentes, yo soy pueblo también, soy la puta protestante del Rey, no sean bandidos conmigo!” La plebe estalló en carcajadas y la dejaron pasar, ya que Nell no era odiada como Louise de Kerouaille o la altiva Bárbara Palmer.
Nell , aunque jamás pidió nada material al rey, pronto recibió una casa y una pensión anual de 5000 libras esterlinas. Cuando salió pipona del monarca,en 1669, se retiró de las tablas para parir al bebé. Este varoncito logró sobrevivir, no así el segundo bebé que tuvo Nell del rey en 1671. La relación entre Charles II y Nell siempre fue alegre y sincera, y ambos amaban a los animales y los niños con pasión. Ella por su parte, lo instó a fomentar las artes y le pidió que creara un hospital para los indigentes. Charles II no dudó en complacerla, enternecido por su buen corazón. Aunque ella nunca quiso título nobiliario, consiguió uno para su hijito. El muchachito ya correteaba, y el rey se horrorizó al oír a Nell llamarlo a gritos,”Ven acá, diablejo bastardo!” Nell le ripostó al rey,”Y como más lo puedo llamar si tú nunca lo has reconocido, tonto?”
Ipso facto, el monarca ennobleció a su hijito creándole Duque de San Albans.
Ya en su lecho de muerte el soberano, se acordó del apetito proverbial de Nell, quien comía como caballo pero siempre permanecía esbelta.”No me dejes que se muera de hambre mi Nell cuando yo fallezca, ella come mucho!”le dijo el moribundo mandamás a su heredero(su hermano menor James, Duque de York, y futuro rey como James II). Charles II-quien jamás amó a su regia pero infértil esposa portuguesa Catalina de Braganza-murió en 1685, sin dejar un solo hijo legítimo que pudiera asumir su corona.
Al morir el rey, los acreedores de Nell le cayeron como zopilotera para cobrar las deudas. Casi la mandan al tabo por deudas impagas, pero ella acudió a su “cuñado” el rey James II, quien pagó todo lo que ella tenía pendiente y le asignó una pensioncita de 1,500 libras esterlinas al año. James II incluso tuvo el atrevimiento de pedirle a Nell, quien siempre había sido protestante, que bautizara como católico al hijo que ella había tenido de Charles II, pero Nell, siempre aferrada a su dignidad, se negó a hacerlo. Nell sobreviviría a su adorado y regio amante solo por 2 años, muriendo el 17 de noviembre de 1687 en la casa de Pall Mall que había recibido del monarca.
Hoy en día, la historia reconoce a la hermosa y ocurrente Nell Gywn como una benéfica influencia en la gestión del rey Charles II, y el amor del pueblo inglés sigue colocándola en un sitio muy especial de la inmortalidad histórica. Otros, como yo sin ser inglesa, le admiramos su ingenio a tal punto que una de las hermosas mininas que parió mi gata” Manuela Sáenz” (nombrada así por la concubina de Bolívar)lleva su nombre.
Cecilia Ruiz de Ríos
Una de las mujeres más beneficiosas de la historia fue la inglesita Leonor Gwyn, más conocida como Nell Gwyn “la puta protestante”(a como ella se autollamaba muerta de risa) que hizo opíparamente feliz al alegre rey inglés Charles II Stuart de Inglaterra. Entre el establo de 13 queridas que tuvo este monarca, la única que no fue una arpía golosa fue Nell, quien jamás olvidó a los pobres ya que ella en su infancia también pasó hambre.
Nell nació a fines de febrero de 1650, hija de Thomas Gwyn y su esposa Rose. De extracción campesina, Nell conoció la pobreza y las privaciones desde niña, pero era bella con una gran mata de pelo rojizo, ojos magnéticos y un sentido del humor invencible. Siendo una llamativa adolescente, se puso a vender naranjas peladas para el consumo de los aficionados al teatro que visitaban el Teatro del Rey para gozar con dramas y comedias. Ocurrente, salaz, atrevida y muy alegre, sus bromas e inteligencia atrajeron la atención del famoso actor Charles Hart, quien no solo se la llevó al lecho sino que también convenció al literato John Dryden para que escribiera obras en las cuales Nell podía lucir su talento natural. Charles terminó de educarla y pronto fue reconocida como una gran comediante en un tiempo en que ser actriz era casi como una declaración abierta de ser prostituta. Cuando Charles Hart se aburrió de ella, la recomendó a su mecenas, Charles Sackville(Lord Buckhurst). Cuando llamó Nell la atención del rey Charles II, pasó sin reparos a su lecho. Posteriormente, en un derroche de buen humor, Nell se referiría al actor Hart como Charles I, al mecenas como Charles II y al monarca como Charles III.
El soberano, quien también tenía muy buen carácter y una lengua picante, se enamoró como loco de su rubicunda actriz, pero había un problema. Cuando el rey se enamoró de Nell, ya llevaba años de relaciones adúlteras con la lasciva y ambiciosa Bárbara Palmer, Lady Castlemaine. Bárbara se puso bárbaramente celosa y comenzó a perseguir a Nell. Bárbara estaba harta de compartir al rey con otras como la francesa Louise de Kerouaille-una francesa odiosa y católica que se creía prima hermana de Dios- y Francis Stewart(una peligrosa mosquita muerta con cara de monito tití). El arribo de Nell a este “harén”real era demasiado. Hubo escenas de celos, lágrimas y recriminaciones públicas por parte de Bárbara, quien a menudo no podía controlar sus malos modales y malacrianza de yegua consentida(ya le había parido varios espurios al rey, y el mismo monarca confesaba que tenía dudas en cuanto a si le “habían ayudado” a preñar a la lujuriosa Barbarita). Nell nunca fue codiciosa como las otras que le extricaron joyas, casas, carruajes y títulos al monarca a cambio de retozones en la cama. Nell confesaba amarlo sin reservas. Cuando Charles II le ofreció un título nobiliario, ella le sonó una risotada y le espetó,”Y para qué juco quiero yo ser una ramera titulada como tu Bárbara o tu Louise?Mejor regálame una lora para que haga juego conmigo!”
En una ocasión en que su carruaje modesto fue interceptado por una furiosa chusma, Nell sacó su linda carita, se bajó del vehículo y les dijo en tono meloso,”Oigan gentes, yo soy pueblo también, soy la puta protestante del Rey, no sean bandidos conmigo!” La plebe estalló en carcajadas y la dejaron pasar, ya que Nell no era odiada como Louise de Kerouaille o la altiva Bárbara Palmer.
Nell , aunque jamás pidió nada material al rey, pronto recibió una casa y una pensión anual de 5000 libras esterlinas. Cuando salió pipona del monarca,en 1669, se retiró de las tablas para parir al bebé. Este varoncito logró sobrevivir, no así el segundo bebé que tuvo Nell del rey en 1671. La relación entre Charles II y Nell siempre fue alegre y sincera, y ambos amaban a los animales y los niños con pasión. Ella por su parte, lo instó a fomentar las artes y le pidió que creara un hospital para los indigentes. Charles II no dudó en complacerla, enternecido por su buen corazón. Aunque ella nunca quiso título nobiliario, consiguió uno para su hijito. El muchachito ya correteaba, y el rey se horrorizó al oír a Nell llamarlo a gritos,”Ven acá, diablejo bastardo!” Nell le ripostó al rey,”Y como más lo puedo llamar si tú nunca lo has reconocido, tonto?”
Ipso facto, el monarca ennobleció a su hijito creándole Duque de San Albans.
Ya en su lecho de muerte el soberano, se acordó del apetito proverbial de Nell, quien comía como caballo pero siempre permanecía esbelta.”No me dejes que se muera de hambre mi Nell cuando yo fallezca, ella come mucho!”le dijo el moribundo mandamás a su heredero(su hermano menor James, Duque de York, y futuro rey como James II). Charles II-quien jamás amó a su regia pero infértil esposa portuguesa Catalina de Braganza-murió en 1685, sin dejar un solo hijo legítimo que pudiera asumir su corona.
Al morir el rey, los acreedores de Nell le cayeron como zopilotera para cobrar las deudas. Casi la mandan al tabo por deudas impagas, pero ella acudió a su “cuñado” el rey James II, quien pagó todo lo que ella tenía pendiente y le asignó una pensioncita de 1,500 libras esterlinas al año. James II incluso tuvo el atrevimiento de pedirle a Nell, quien siempre había sido protestante, que bautizara como católico al hijo que ella había tenido de Charles II, pero Nell, siempre aferrada a su dignidad, se negó a hacerlo. Nell sobreviviría a su adorado y regio amante solo por 2 años, muriendo el 17 de noviembre de 1687 en la casa de Pall Mall que había recibido del monarca.
Hoy en día, la historia reconoce a la hermosa y ocurrente Nell Gywn como una benéfica influencia en la gestión del rey Charles II, y el amor del pueblo inglés sigue colocándola en un sitio muy especial de la inmortalidad histórica. Otros, como yo sin ser inglesa, le admiramos su ingenio a tal punto que una de las hermosas mininas que parió mi gata” Manuela Sáenz” (nombrada así por la concubina de Bolívar)lleva su nombre.
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