Bienvenidos a El Mundo según Cecilia

Ni en broma ni en serio sino que en ambas formas y gracias a la guìa de mi hija Elizabeth, aquì estoy dando a luz a mi cuarta intervenciòn en Internet, siendo mis anteriores websites www.cablenet.com.ni/historyarte , www.cablenet.com.ni/historia/histoper y www.cablenet.com.ni/rubendario .Soy Cecilia, historiadora y profesora de idiomas tan orgullosamente nicaraguense como nuestro rìo San Juan, tengo 48 años y 27 dìas al momento de comenzar este parto, y es un intento por saltarme la barrera de las censuras, derribar el muro de Berlìn de los convencionalismos gazmoños y evitar que mis aportes se vean entorpecidos por la mediocridad. Aquì encontrarèis mis artìculos sobre historia, mis relatos de terror que sacan tinta de la sangre de los campos de guerra de la Nicaragua violenta de los años80, mis pensamientos filosòficos y mi amor incondicional por los animales. Quizàs sea la màxima expresiòn del egocentrismo militante y el sadismo utilitario, pero os prometo que no estarèis indiferente a nada, que ya es algo en este mundo de tedio y aburrimiento. Pasad adelante y gozad, o a como dicen los "cops" en Estados Unidos: Relax and enjoy it!
Cecilia Ruiz de Ríos
31 de octubre de 2007,Managua


domingo, 4 de noviembre de 2007

un combatiente de 14 años





RECORDANDO EL DESEMBARCO DE NORMANDIA
Silvio A.Levallois L., veterano II Guerra Mundial
Traducción del francés de Cecilia Ruiz de Rios

“Qué hace un chico mimado de familia adinerada, un mozalbete de 14 años yéndose a la guerra, dejando atrás una exclusiva escuela donde está perfeccionando su acento británico?
Al otro lado del canal de la Mancha, las costas azuladas de Normandía le despiertan la nostalgia. Allá dejó a su prometida de 13 años, quien le ha sido seleccionada desde los 8 años de edad, su colección de felinos domésticos y varios pintores que cuentan con su regreso para seguirle utilizando de modelo para las pinturas inconclusas. Tres de sus hermanos ya andan en la II Guerra Mundial: Jean como corresponsal de guerra, Bernard- George y Rollon como soldados en las fuerzas libres francesas tras la caída de Francia en manos de los nazis en 1940.
“ Pero he sido amado, y tanto amor no puede quedar impago. Tengo la obligación de luchar por los que me llevan en su corazón. He sido tan adorado que mi hermano inmediatamente mayor por diez años, Bernard, cuando yo cumplí un mes de nacido, me dedicó su granja de cucarachas vivas y me llamó Le Beau Bebé (el Bello Bebé). Ese hombre que ahora tiene 24 años anda en la guerra .Dejando todo en orden como si ando de vago en el poblado cercano, huyo para alistarme en el ejército.Mi elevada estatura hace maravillas por mí, pues me toman de inmediato. Sospecharon que no era mayor de edad? Si tuvieron remilgos por tomar a un niño, no los mostraron. Los aliados necesitan todo lo que sea un aporte, incluidos peleles como yo. El entrenamiento es arduo, esto no es un momento en las anillas del gimnasio selecto donde voy a sudar elegantemente. Constantemente tengo hambre, aunque las raciones para los soldados no son magras. Y tengo miedo. Si mis padres se enteran estaré como gato en aceite caliente. No quiero ni escribirle a nadie. Sé que las cartas son censuradas. Un trozo lleno de tinta y hoyos que si acaso llega, solo es oriflama de esperanza para que la familia se entere que su chico está aún vivo. Ahora, en retrospectiva, analizo y comprendo que la operación Overlord, a como fue llamada en términos militares el Desembarco de Normandía, fue uno de los operativos mejor resguardados de la historia. Muchos aún nos preguntamos cómo la mayor operación anfibia de la historia pudo ser planificada sin que a alguien se le saliera el micifuz del costal. Qué diría Bernard si supiera que yo iría a la guerra? Estaba feliz y asustado al mismo tiempo. A veces intentaba rezar. Mi padre era ateo, y se hubiera disuelto en lágrimas avergonzadas si supiera que yo deseaba que existiese un dios que me garantizara salir vivo de la aventura a la que me había metido por mi gusto y antojo. Entre mis camaradas habían de toda suerte de credos. Para aquellos que nunca han tenido información sobre esta página particularmente sangrienta de la historia occidental, la enormidad de Overlord no puede ser calculada.
“Desde los primeros meses del año 1944 Gran Bretaña se convirtió en un enorme campamento militar para albergar unos 3.5 millones de soldados que participarían en esta operación. Era una especie de versión verde olivo de la Torre de Babel, pues entre las tropas iban ingleses, norteamericanos, canadienses, irlandeses, escoceses, australianos, neocelandeses, indios, belgas, holandeses, franceses, noruegos, polacos y checos. Millones de toneladas en camiones, equipos, armamento, municiones y vituallas procedían de los Estados Unidos traídos a través del Atlántico. El nombre del operativo de traslado de tantos fierros a lo largo de 2 años fue llamado Bolero, como mi obra favorita de Ravel.
“El objetivo de esta operación llamada Overlord era sacar a los nazis de Francia y de ahí proceder a derrotarlos.13 mil aeronaves, 3500 deslizadores, 1200 barcos de guerra, 1600 barcos de marina mercante y 4 mil unidades de asalto de distintas configuraciones estaban listos en diversos partes a lo largo de la línea costanera del sur de Inglaterra. Cómo no se filtró el secreto es un milagro de la disciplina y organización. Dado que el Paso de Calais, el punto más estrecho entre Francia e Inglaterra, era la escogencia obvia, los Aliados optaron por evitarlo. Fue cuando Normandía se perfiló como objetivo indiscutible. Se acordó que habrían cinco playas de arribo cubriendo más o menos una distancia de 40 millas. Cinco divisiones atacarían en la primera oleada, con cuatro divisiones más siguiéndoles en las siguientes 24 horas. Los norteamericanos llegarían a los puntos denominados Omaha y UTAH, a ambos lados de la desembocadura del río Vire. Los británicos y canadienses estarían desembarcando en las playas orientales por el estuario del río Orne, y sus códigos serían Sword(Espada), Juno y Gold(oro).
“Los arribos a las playas se realizarían antes del amanecer, y los operativos aéreos debían hacerse de noche. Se requería que la luna estuviera particularmente esplendorosa para realizar las maniobras aéreas. La única noche para esto sería la del lunes 5 de junio de 1944, con posibilidades en las dos siguientes noches. El experto Bernard Law Montgomery se relamía pensando en derrotar de nuevo a su viejo rival, Erwin Rommel, “El Zorro del Desierto” a quien ya hubiera vencido en la Batalla de El Alamein en el norte de Africa. En julio de 1943 Hitler había reasignado a Rommel al área que iba desde Bélgica hasta el norte de Francia. Rommel había supervisado el montaje de la Muralla Atlántica creyendo que el Paso de Calais era el sitio más oportuno. Algunos de los obstáculos colocados por Rommel en Normandía lograron abrirle la panza a muchos barcos durante el Día D. Algunos de los obstáculos llevaban carga de minas, y muchas de ellas estallaron cuando los barcos y los hombres arribaron, causando muchas pérdidas a los Aliados. Inicialmente el operativo iba a iniciarse el día 5 de junio, pero habiendo ya partido algunos efectivos el General Eisenhower, viendo que las condiciones perfectas no existían, hizo que se abortara el asalto a Normandía. Muchos lloramos como chiquillos de la decepción. Postergando el “día más largo” para el Martes 6 de junio, temblábamos de impaciencia por ir a nuestro encontronazo con el destino. Las tropas francesas de la Brigada No. 10 Commando InterAliado , bajo las riendas del mayor Philippe Keiffer, acompañaron al 4to.Comando Británico, atacando el poblado de Ouistreham, ubicado en el punto más oriental de la playa Sword. Fue ahí donde iba yo, muerto de miedo como un cachorro de koala que ha perdido de vista a su madre y el eucalipto favorito, escuchando el estertor más horrible del mundo, los gritos de dolor de hombres quienes perecieron machacados por tanques, o con las entrañas desgarradas por las ametralladoras. Recuerdo que iba disparando y llorando al mismo tiempo, como bestia herida de muerte. Llamaba a gritos a mi hermano Bernard, quien también iba en este operativo pero aterrizó en otra playa lejos de mí.
“ Afortunadamente, todos los cuatro hermanos que estuvimos en el Desembarco quedamos vivos para contar los horrores de la guerra El objetivo de la tropa donde iba yo era acabar con una batería ubicada alrededor del casino del poblado. Dichas armas ya habían causado gran mortandad entre las tropas británicas apenas éstas ponían pie en la playa Sword. A final de cuentas valiéndonos de informaciones proporcionadas por un gendarme francés, logramos desmantelar la batería, pero hubo muchas bajas por lo cual nos vimos salvados por la oportuna intervención de Lord Lovatt, quien estaba a cargo de las brigadas del comando a nivel general. El entró con el 6to. Comando a la cabeza. Las defensas alemanas se vieron desbaratadas y se tomaron el poblado de Colville-Montgomery. Los paracaidistas de la 6ta. Británica bajo el mayor general Gale terminaron de reforzar el ataque. Su gaitero personal, Bill Millen, estuvo ahí tocando “Todos los Sombreritos Azules allá de la Frontera.”Unos 50 alemanes se rindieron finalmente. Ouistreham estaba liberado. Fue hasta que vi a los alemanes salir con cara de canes ofendidos que sentí unas punzadas en el trasero. Una bala había penetrado muy cerca del orificio anal, dos charneles me rozaron superficialmente la espalda y una bala pequeña estaba alojada cerca de mis costillas. No recuerdo nada más hasta que iba en un vehículo que sirvió de ambulancia. A mi lado iba un menudo soldado oscuro con los ojos más magnéticos que he visto en toda mi vida. Un enfermero, al quitarle la camisa militar al extraño soldado, descubrió un hermoso pero sangrante seno. Era la escritora india Kamala Napurdalah, quien burlando hasta a Ike Eisenhower, había cubierto el Desembarco de Normandía. Un charnel se alojaba cerca del pezón. Yo había leído ya dos de las novelas de esta señora y era algo pavorosamente excitante poderla conocer en persona, aunque ambos íbamos en condiciones bastante lamentables.
“Solo unos días estuve en cama de hospital. Ninguno de mis proyectiles lograron ser extraídos. Luego fui reubicado en las fuerzas aliadas para seguir en la guerra. Esto me permitió que cuando se firmó el fin de la guerra en Europa en mayo de 1945, pude traerme de Holanda casi secuestrados a dos niños holandeses de un orfanato. Para entonces Peter Alfonso y Beatriz Roxelana, de 2 años y 8 meses respectivamente, me habían flechado tan apasionadamente que los llevé de regreso a mi natal Ruán conmigo y los adopté, siendo ellos con quienes comencé mi prole de 9 hijos en total.
“El año pasado, en 2005, logré estar en las celebraciones del 60 aniversario del Desembarco. Ya para entonces dos de mis hermanos que estuvieron en el Desembarco estaban muertos: Bernard fallecido ridículamente en el accidente aéreo de Sahsa en Honduras en 1989, Y Juan Alejandro quien falleció de cáncer hace unos años. Solo Rollon y yo quedábamos. La vanidad me hizo ponerme a régimen para caber de nuevo en el uniforme de soldado (talla 28) y me perfumé más que una meretriz en oferta para unirme a mis camaradas en el acto en Arromanches. Logré ver a la reina inglesa y me asusté de no sentir nada. Al pasar por las cruces simétricamente arregladas de los camposantos, me permití el lujo de unas cuantas lágrimas. Ya tengo casi 75 años (los cumplo el 15 de junio) y los inicios de una leucemia que me asusta más que el haberme ido a la guerra a los 14 años o haberme infatuado como chiquillo a los 50 años en París. Cada vez somos menos los veteranos que nos juntamos cada año a recordar que por una vez en la vida, luchamos olvidando que el mismito diablo cabalgaba en nuestras botas militares, quizás con la esperanza que algún día ya no hayan más veteranos de guerra sencillamente porque ya no exista ni la palabra combate.”

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